Un estudio advierte del resurgimiento del raquitismo en España en niños y lactantes inmigrantes

Esta enfermedad, caracterizada por la falta de vitamina D, sigue siendo causa de morbilidad en países en desarrollo
Por EROSKI Consumer 26 de junio de 2003

El raquitismo, una enfermedad que se consideraba en España como una curiosidad médica, está resurgiendo en los últimos años en niños y lactantes inmigrantes, según advierte un estudio de la Unidad de Endocrinología Pediátrica del Hospital Materno-Infantil del Valle de Hebrón, en Barcelona.

El trabajo, elaborado por los doctores Diego Yeste y Antonio Carrascosa, asegura que el raquitismo o déficit de vitamina D afecta de forma selectiva a niños inmigrantes de raza negra o piel oscura procedentes del África subsahariana y Marruecos, que se amamantan exclusivamente con leche materna y sin un suplemento de vitamina D, y que tienen una escasa exposición al sol.

En España, el raquitismo era hasta la actualidad una enfermedad del pasado, aunque sigue siendo una causa de morbilidad en países en vías de desarrollo, pero con los cambios demográficos de nuestro entorno y los flujos migratorios está resurgiendo en las sociedades occidentales.

Hábitos arraigados

Según el estudio, las poblaciones inmigrantes siguen muy arraigadas a sus hábitos socioculturales, como usar indumentaria que cubre la mayor parte del cuerpo o mantener una vida social que transcurre fundamentalmente dentro de las viviendas y con escasa actividad al aire libre. Además, fomentan una lactancia materna exclusiva y muy prolongada, lo que parece ser determinante para que resurja el raquitismo.

En el ser humano hay dos fuentes de vitamina D, una exógena, que procede de la dieta, y otra endógena por síntesis cutánea, que es la principal y que depende del clima, la superficie de piel no cubierta por vestidos, el tiempo de exposición al sol y la pigmentación.

El estudio de los doctores Yeste y Carrascosa indica que el 35% de los casos de raquitismo detectados -un total de 22 niños- eran lactantes de menos de 6 meses, otros 24 tenían entre seis meses y un año, y el resto estaban en la franja de edad de 12 a 36 meses. Señala además que un 61% de los niños eran de raza negra, el 36% tenían piel oscura y solo el 6,4% eran de raza blanca, y que seis de cada diez niños raquíticos se diagnosticaron en invierno. En el momento del diagnóstico, siete de cada diez niños seguían una dieta láctea exclusivamente, y de ellos el 48% se amamantaban, y ninguno había recibido ningún preparado vitamínico o suplemento de vitamina D.

Convulsiones

La forma de presentación clínica más frecuente en los lactantes fueron convulsiones por falta de calcio, seguido por estancamiento de la talla y el peso y dificultades respiratorias, aunque también se han visto niños con signos externos de raquitismo como deformidades costales, abombamiento de la fontanela, hipotonía muscular o dolor de piernas. Los niños de 6 a 12 meses presentaban deformidades óseas y falta de peso y talla, y en los mayores de un año el diagnóstico se estableció fundamentalmente por la evidencia de deformaciones óseas esqueléticas, presentes en el 68% de los menores diagnosticados de esa edad.

El bajo contenido de vitamina D de la leche humana, unido a la escasa exposición al sol de estos niños y el potencial estado de hipovitaminosis D de las madres gestantes, puede también haber contribuido a la gravedad de los síntomas que presentaban los pacientes diagnosticados.

La exposición regular al sol es el mejor medio fisiológico para prevenir el raquitismo, y se estima que con una exposición total de manos y cara de 2 horas por semana o de media hora a la semana sólo con el pañal, los niños no necesitarían un aporte suplementario de vitamina D.

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