Un estudio holandés vincula el consumo de antiácidos a un mayor riesgo de sufrir neumonía

Estos fármacos inhiben las secreciones ácidas, que protegen contra agentes patógenos presentes en los alimentos
Por EROSKI Consumer 30 de octubre de 2004

Una investigación desarrollada por científicos del Centro Médico Universitario de Radboud (Holanda), que publica «Journal of the American Medical Association» (JAMA), asegura que las personas que emplean medicaciones supresoras de los ácidos gástricos pueden encontrarse ante un riesgo elevado de desarrollar neumonía.

El estudio, que duró siete años y que incluyó a 364.683 personas, asocia el consumo de estos medicamentos con un aumento del 27% en el riesgo de padecer neumonía, porcentaje que se eleva a una cifra no determinada si estos fármacos corresponden a inhibidores de la bomba de protones (omeoprazol) o los antagonistas de los receptores H2 (ranitidina). Pese a estos problemas, los especialistas reconocen que «la eficacia de estas medicinas en el tratamiento de los síntomas gastrointestinales es excelente, pero parecen tener algunos inconvenientes significativos».

Los antiácidos son medicamentos que neutralizan el ácido clorhídrico por reacción química en el estómago y son fundamentalmente de dos tipos: los sistémicos, que pueden tener efecto rebote, y los no sistémicos, que presentan una acción más lenta y prolongada en la que se descarta prácticamente el efecto rebote de los primeros.

Estos fármacos inhiben las secreciones ácidas en el estómago, pero al mismo tiempo provocan un aumento de la vulnerabilidad a otros tipos de infección, ya que la acidez del estómago es un proceso mayor de defensa contra agentes patógenos presentes en los alimentos que han sido ingeridos. Al bloquearse la producción de ácidos, los patógenos pueden generar un mayor número de infecciones, entre las que destacan las de las vías respiratorias, como la pulmonía o la neumonía. Según el estudio holandés, las bacterias pueden colonizar más fácilmente el estómago al detenerse la producción de ácidos, y serían capaces de alcanzar el aparato respiratorio con mayor intensidad y facilidad desencadenando infecciones.

En un editorial que publica la revista JAMA, James C. Gregor, de la Universidad de Western Ontario (Canadá), examina la eficacia y los riesgos de los antiácidos y llega a la conclusión de que su peligro puede ser «relativamente pequeño». Sin embargo, «ninguna medicina está fuera de las posibilidades de presentar efectos adversos potenciales», mantiene el especialista, por lo que debe advertirse al paciente de los problemas debido al «uso crónico de estos fármacos aparentemente benignos en la mayoría de los casos».

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