Un hospital murciano desarrolla un programa que permite diagnosticar y extirpar un cáncer de mama en menos de una semana

Con este sistema ha logrado salvar la vida de 151 mujeres, además de chequear a otras 100 bajo sospecha
Por EROSKI Consumer 9 de diciembre de 2003

Sólo seis días necesita la nueva Unidad de Mama del Hospital de La Arrixaca (Murcia) para detectar un tumor incipiente en el pecho de una mujer, confirmar que es cancerígeno y extirpárselo cuando aún es casi imperceptible. De esta forma ha logrado salvar la vida de 151 mujeres, además de chequear a otras 100 bajo sospecha.

Este sistema funciona de la siguiente manera: la Consejería de Sanidad de la Región de Murcia envía cartas a las mujeres en el rango de edad con más riesgo (de 50 a 69 años) para que se sometan a mamografías gratuitas en la sede de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) o en las unidades móviles. A partir de ese cribado, Isidro Durán, radiólogo, examina cada miércoles todas las placas que han ejecutado los expertos de la AECC y selecciona las mamografías que han captado lesiones en el pecho.

Sin dilación, Durán se pone en contacto con las pacientes con anomalías al día siguiente. «Tenemos que ser cuidadosos al comunicarles que se ha encontrado una lesión que podría ser oncológica porque se asustan, y algunas rechazan acudir al hospital. Al ser detección precoz, las pacientes no sienten dolor y se refugian en eso para no aceptarlo», explica este radiólogo.

El mismo viernes el equipo del doctor Julián Illana, cirujano y coordinador de la Unidad de Mama, recibe en consulta a las posibles pacientes. Este equipo de expertos se moviliza para determinar si esas alteraciones son cancerígenas y si es urgente entrar al quirófano.

Mediante una gammagrafía mamaria (MIBI) se logra despejar la incógnita. «Consiste en inyectarle a la paciente un contraste radiactivo, totalmente inocuo, en el pecho. Después, con un aparato denominado gammacámara se localiza el tumor con facilidad y se aprecia si es maligno», explica Francisco Nicolás, médico nuclear de la Unidad.

Además se efectúa una ecografía doppler, de alta resolución, y se le extrae sangre de la zona afectada para identificar las características del microtumor. Si todas estas pruebas confirman un diagnóstico oncológico, la afectada se somete a una biopsia con anclaje.

«Abima»

El doctor Illana ha diseñado y patentado el artilugio capaz de realizar este proceso. «Le he bautizado con el nombre de «abima». Ya existe un aparato, que fabrican en Estados Unidos, con esta función, pero es carísimo, y creamos nuestro propio instrumento».

Con el «abima», de aspecto similar a un sacacorchos, los radiólogos introducen un finísimo hilo metálico, con un arpón diminuto en la punta, en el pecho de la paciente. El anclaje se engancha a la zona exacta donde se ha localizado la lesión, a veces sólo visible a través de microscopio. De este modo, cuando los cirujanos inician la intervención cuentan con una guía para extirpar únicamente el área dañada y acotar al máximo la zona de amputación.

El equipo médico destaca que «la colocación del arpón no requiere anestesia porque el pinchazo es insignificante. Las mujeres no deben tener miedo a esta prueba». Los miércoles se abre el quirófano, y si no hay complicaciones, la paciente sólo permanecerá hospitalizada 3 días.

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