Una depresión más leve

Una de las señales más claras de esta forma menos grave de depresión es que el afectado se muestra taciturno
Por José Andrés Rodríguez 22 de enero de 2012
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Imagen: dimmushka

Cerca de seis millones de personas sufren depresión en España. Pero no todas la padecen con la misma intensidad. La denominada depresión subclínica es una forma menos grave de la enfermedad, aunque también es causa de sufrimiento. A pesar de que los síntomas son menos intensos que en la depresión clínica, los afectados de depresión subclínica tienen dificultades para seguir las actividades cotidianas y ven alterado su bienestar y, por consiguiente, su calidad de vida. En este artículo se aportan más detalles sobre esta enfermedad que se estima que afecta a entre el 2,3% y el 12,9% de la población.

La depresión es una enfermedad mental compleja, que puede deberse a diferentes motivos y que varía en intensidad. Una de las manifestaciones menos conocida es la subclínica que, según la definición más aceptada por la comunidad científica, se diagnosticaría cuando se dan «dos o más síntomas simultáneos de depresión, presentes la mayor parte del tiempo, al menos durante dos semanas, asociados a evidencia de disfunción social, en un individuo que no cumple criterios para el diagnóstico de depresión menor, depresión mayor y/o distimia».

Depresión subclínica: depresión con moderada infelicidad

Aunque los síntomas son leves, la depresión subclínica causa un deterioro significativo del estado de salud
La persona que sufre depresión subclínica se ve afectada por una especie de humor depresivo. No siente apenas alegría por actividades que antes le satisfacían y se instala en una moderada infelicidad. Es decir, es una forma menos grave de depresión, aunque no por ello esté exenta de sufrimiento. Se estima que su prevalencia oscila entre el 2,3% y el 12,9%; este sería el porcentaje de la población afectada.

Pese a que las personas gozan de una mejor calidad de vida que quienes sufren cuadros de mayor gravedad, su vida diaria está alterada -en funcionalidad y bienestar- en comparación con las personas que no tienen ningún tipo de enfermedad depresiva. En el ámbito de las relaciones sociales, algunos estudios apuntan que, incluso, tendrían los mismos problemas en sus relaciones que las personas con depresión mayor. Y de la misma manera, estas personas solicitan más bajas laborales que otras sin la patología.

La depresión subclínica: un problema de salud importante

El síntoma que se percibe más claro es que el afectado se muestra taciturno. Por otra parte, las personas acostumbradas a tener un buen autocontrol y capaces de mantener una agradable fachada social, logran enmascarar eficazmente la depresión subclínica e, incluso, negarse la enfermedad, según explica el psicólogo Giovanni Jervis, en su libro ‘La depresión: dos enfoques complementarios’. Este experto añade que sería una especie de depresión ‘sonriente’, porque la persona se esfuerza en aparentar un estado de ánimo alegre.

Las personas acostumbradas a tener un buen autocontrol logran enmascarar eficazmente la depresión subclínica
Según algunos estudios, su incidencia podría ser importante en la tercera edad. Aunque los ancianos que sufren depresión tienen más dificultades para recuperarse que los más jóvenes, una reciente investigación señala que quienes tenían este tipo de depresión tuvieron una mejoría progresiva superior que quienes padecían la forma más grave de esta enfermedad psiquiátrica.

Según los autores del estudio «Depresión subclínica en España: prevalencia e impacto sobre la salud», publicado en Revista de Psiquiatría y Salud Mental (2011), después de controlar la interacción de las variables demográficas, ser mujer resulta ser el único predictor significativo para la presencia de depresión subclínica. Y además, un peor estado de salud se asocia significativamente con presentar depresión subclínica, tener una edad elevada, un bajo nivel de ingresos, un menor número de años de educación formal y ser viudo. Para llegar a estas conclusiones, los científicos utilizaron datos obtenidos de la Encuesta Mundial de Salud, un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que recoge información de 68 países de todas las regiones del mundo.

Al analizar su impacto en el bienestar de la población española, los autores consideraron que causa un deterioro significativo del estado de salud. Añaden que la disminución del estado de salud afecta a los componentes más asociados con los síntomas depresivos, como el ánimo, el sueño y la energía, así como a otros cuya relación no parece tan directa, como es el caso de la visión.

La distimia: otro trastorno del estado de ánimo

La distimia es un trastorno más grave que la depresión subclínica, pero menos que la depresión clínica. Afecta a alrededor del 4% de la población. Los síntomas son similares a la forma clínica, pero más leves y duraderos. Algunos de los más significativos son: pérdida o aumento del apetito, insomnio o hipersomnia, falta de energía o fatiga, baja autoestima, dificultades para concentrarse o para tomar decisiones y sentimientos de desesperanza. La mayoría de los afectados pueden llevar una vida más o menos normal aunque, en muchos casos, la enfermedad progresa a una depresión más importante.

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