Una máquina desvela los trucos de la industria del tabaco para rebajar los índices nocivos

Será utilizada por la Junta de Andalucía para plantear su demanda contra las tabaqueras
Por EROSKI Consumer 26 de abril de 2002

Es capaz de fumar una cajetilla de tabaco en 15 minutos y 300 caladas. Ésta es una de las habilidades de la máquina «atrapa humos» que será utilizada por la Junta de Andalucía para plantear su demanda contra las tabaqueras. Este «pulmón mecánico» puede detectar lo que el fumador se lleva a sus pulmones y separar sus componentes.

Después de probar durante meses todas las marcas, el instrumento ha sacado varias conclusiones muy claras que sostienen la querella andaluza. Así, la máquina ha desvelado que los índices de nicotina o alquitrán que aparecen en el lateral del paquete de cigarrillos no son falsos, sin embargo no se corresponden con lo que el fumador se lleva a los pulmones, que por lo general es mucho más nocivo.

El condensado de humo arroja tres componentes fundamentales: nicotina, alquitrán y dióxido de carbono. Este último pronto deberá aparecer junto a los otros en las cajetillas, pero, de momento, las empresas no están obligadas a declararlo. Junto a estos ingredientes, otros cientos de sustancias, de 300 a 400, dan cuerpo al cigarrillo. Químicas, naturales y adictivas. Entre estas últimas, el famoso amoniaco, que fue descubierto después de que la máquina desglosara todos los ingredientes. La misión de este producto no es otra que aumentar el poder de adicción: el amoniaco, al evaporar más la nicotina, facilita su absorción por el organismo, con lo que el poder de adicción aumenta.

Luego están los agujeros de ventilación realizados con láser que perforan las boquillas de algunos cigarros. Estos pequeñísimos agujeros, sólo visibles a contraluz, permiten que en la «máquina de fumar» los componentes perjudiciales para la salud arrojen valores más bajos de lo que realmente después se inhala. El motivo es que la posición del cigarro en la máquina permite que estas perforaciones queden libres y por ahí escape parte del humo, rebajándose los niveles. Sin embargo, las perforaciones están a una altura idónea en la boquilla para que el fumador los tape con los dedos al inspirar.

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