Una nueva técnica revoluciona las operaciones de disección de la aorta

El novedoso procedimiento evita la obligación de abrir a los pacientes y reduce drásticamente la duración de las estancias hospitalarias
Por EROSKI Consumer 2 de diciembre de 2001

Una técnica considerada «revolucionaria» por los especialistas está abriendo la puerta a un horizonte esperanzador en la lucha contra las disecciones de aorta, el daño más catastrófico que puede sufrir esa arteria, la mayor de todo el cuerpo humano. Esta técnica posibilita que los pacientes no se vean obligados a sufrir la agresión de la apertura del tórax o del abdomen y reduce la mortalidad de los enfermos.

Según los jefes de los servicios de Cirugía Vascular de los hospitales Clínico de Granada, La Paz de Madrid y Sant Pau de Barcelona, Eduardo Ros, José Antonio Jiménez Cossío y Emilio Viver Manresa, la disección de la aorta -rotura de parte de la cara interior de la arteria, que impide la normal vascularización- puede llegar a ser mortal en un 95%de los casos.

Hasta ahora, la solución al problema era la de la intervención quirúrgica clásica, consistente en la colocación de una prótesis de material sintético en la zona dañada. Este procedimiento ocasiona un sinfín de problemas para el paciente en el posoperatorio, y además la operación propiamente dicha es sumamente complicada.

La nueva técnica aporta muchos elementos novedosos. En primer lugar no hay que abrir el tórax ni el abdomen, y ni siquiera es necesario recurrir al bisturí. Además reduce drásticamente los problemas del posoperatorio y limita al mínimo la estancia hospitalaria de los pacientes con lo que abre unas perspectivas hasta ahora impensables en la lucha contra esta patología.

Pocos centros

Según manifiestan los doctores Ros, Viver Manresa y Jiménez Cossío, la nueva técnica consiste en la introducción, mediante un catéter, de una malla de acero expandible -llamada stent en el ámbito sanitario- a través de la ingle por la arteria femoral. Desde esa zona del cuerpo, el catéter se dirige hacia la zona dañada de la aorta. El proceso es seguido por los especialistas a través de una pantalla de rayos, que permite ver las incidencias de la intervención y ejecutarla con precisión. Llegado el catéter al área dañada, el stent se desprende y se expande en el interior de la aorta, de forma que sella el desprendimiento de la pared de forma efectiva y soluciona el problema del enfermo.

No obstante, este tipo de intervenciones no está generalizado en los hospitales españoles y sólo se practica en un ramillete de ellos, entre los que figuran el Clínico de Granada, La Paz de Madrid o Sant Pau de Barcelona.

En cualquier caso, estas intervenciones endovasculares no pueden aplicarse en los supuestos en los que el paciente llega a las urgencias hospitalarias con la aorta ya dañada. Sí se realizan, en cambio, de forma programada, pues requieren una serie de pruebas previas como radiografías especiales o resonancias magnéticas o TAC.

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