El fumador francés podrá saber con mayor exactitud cuánto alquitrán ingiere con sus cigarrillos gracias a un pequeño instrumento de cartón que el mensual «60 millones de consumidores» entregará a sus lectores con su número de febrero. «Impresionar» al consumidor de tabaco es el objetivo de esta iniciativa, que retoma una idea lanzada hace veinte años por Lynn Kozlowski, estudioso del comportamiento de los fumadores en Toronto.
El «medidor» con el que el mensual intenta demostrar las desventajas de fumar es un simple cartón con agujeros de diferentes colores correspondientes a los distintos tipos de cigarrillos comercializados y a las diferentes maneras de consumirlos que pueden tener los usuarios.
El experimento sienta sus bases en las múltiples y personales maneras de fumar existentes, que van de la inhalación profunda del humo de unos pocos pitillos al día, hasta el repetido consumo de cigarrillos, dejándolos a menudo reposar en el cenicero o aspirando profundamente cada una de las caladas.
Por estas mismas razones, «60 millones de consumidores» y el Instituto Nacional del Consumo (INC) estiman que las indicaciones inscritas por los fabricantes de tabaco en sus cajetillas sólo dan una vaga idea del consumo real de alquitrán de cada persona.
