Uno de cada diez seropositivos europeos ofrece resistencia a los tratamientos antisida

El índice es mayor entre aquellos portadores del subtipo B del virus VIH
Por EROSKI Consumer 17 de julio de 2003

Prevenir la aparición de resistencias a los fármacos en los pacientes infectados con el virus del sida, es el objetivo principal de los investigadores y clínicos. Sin embargo, un estudio coordinado por David Van de Vijver, de la Universidad holandesa de Utrecht, ha supuesto un varapalo para la comunidad científica. Según este trabajo, uno de cada diez seropositivos europeos que han contraído la infección recientemente ofrece resistencia a alguno de los medicamentos antirretrovirales empleados contra la enfermedad.

Van de Vijver y su equipo analizaron a 1.633 pacientes de 17 países a los que se les había diagnosticado recientemente la infección. «Nuestro ensayo es el mayor realizado hasta el momento y se llevó a cabo entre 1996 y 2002», señaló el científico. Aproximadamente el 9,6% de los seropositivos estudiados mostró resistencia, al menos, a un medicamento de las diversas familias de fármacos antirretrovirales actuales, entre ellos los inhibidores de las enzimas transciptasa inversa y proteasa del virus de la inmunodeficiencia humana. Estos niveles de resistencia son comparables a los detectados anteriormente en Canadá (entre el 8 y 9%), así como en un ensayo realizado por especialistas de los Centros de Control de Enfermedades de Atlanta, en Estados Unidos. Este índice de resistencia es significativamente superior entre aquellos portadores del subtipo B del virus VIH.

Actualmente, los índices de resistencia farmacológica y los patrones de resistencia específica no están definidos, en general, con claridad. Estos índices pueden variar según los regímenes del tratamiento terapéutico, que puede consistir en dos o tres fármacos antirretrovirales. También influye el historial clínico del paciente, el estado de la infección y el método de cálculo utilizado.

Falta de consenso

Hasta la presentación del estudio del investigador holandés, se creía que estos índices de resistencia son más elevados en pacientes pretratados que en aquellos que nunca habían recibido medicamentos para frenar la replicación del virus en el organismo. También los índices de resistencia aparecen con mayor frecuencia cuando los regímenes terapéuticos son menos potentes. El momento y la forma en la que hay que suministrar a un paciente infectado el tratamiento antirretroviral todavía no ha conseguido un consenso mayoritario entre los clínicos, ya que algunos piensan que el número de linfocitos debe ser menor de quinientos para ofrecer una combinación de dos o más fármacos.

El material terapéutico del que disponen los clínicos en Estados Unidos, Europa y Japón está integrado actualmente por 19 medicamentos que, en teoría, son capaces de frenar la replicación viral. Desde un punto de vista matemático no son centenares, sino miles, las potenciales combinaciones que se pueden hacer con estos fármacos. Sin embargo, en los países subdesarrollados, sobre todo en África, Iberoamérica y Asia, los infectados por el virus no tienen acceso a todos ellos.

Pero la aparición de resistencias a los fármacos de última generación no es el único problema al que se enfrentan los investigadores y clínicos, ya que numerosos pacientes no siguen las pautas terapéuticas establecidas, con lo que se facilita que los seropositivos sean más susceptibles de padecer enfermedades oportunistas.

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