La ministra de Sanidad, Celia Villalobos, defendió ayer la actuación de su departamento en las crisis de la hemodiálisis y del fármaco anticolesterol Lipobay y la calidad del sistema sanitario español, en el transcurso de la reunión del Comité europeo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se celebra en Madrid.
La ministra se mostró menos dispuesta a la autocrítica que el pasado jueves, cuando admitió en el Congreso que los sistemas de vigilancia no habían funcionado «satisfactoriamente» ante la muerte de doce pacientes de hemodiálisis en distintos centros sanitarios de Madrid, Valencia y Barcelona. Ayer, en presencia del director de la OMS para Europa, Marc Danzon, prefirió salir en defensa del buen funcionamiento de la red de alerta y de la Sanidad española en general . «Los controles son adecuados y han funcionado con normalidad», explicó.
Villalobos dejó, no obstante, la puerta abierta a la detección de posibles fallos en las investigaciones que aún efectúan las autoridades sanitarias, encargadas de determinar, además de las causas de las muertes, las razones por las que no se generalizó la alerta preventiva sobre los dializadores de Baxter hasta casi dos semanas después de los primeros fallecimientos de pacientes en el hospital de la Princesa de Madrid.
En el mismo tono defensivo, la titular de Sanidad rechazó las críticas de mutismo e indiferencia que le han hecho llegar organizaciones de enfermos y afectados y los partidos de la oposición. «La implicación de la ministra ha sido la adecuada» -dijo- dentro del esquema de funcionamiento del sistema sanitario y del reparto competencial con las comunidades autónomas. Villalobos comparecerá mañana ante el Congreso para responder sobre los motivos y responsabilidades en las muertes de los enfermos renales y de aquéllas asociadas al consumo de Lipobay, el fármaco anticolesterol de Bayer retirado del mercado en agosto.
