Medir de manera correcta la evapotranspiración (la suma del agua que se desprende al ambiente por evaporación directa y por la transpiración de las plantas) es uno de los grandes desafíos que tienen los agricultores, ya que estas cifras son la base para establecer sus previsiones de riego. Para ayudar a los agricultores a regar de forma eficiente, un equipo internacional de investigadores, entre ellos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), «ha diseñado un nuevo modelo de cálculo que tiene en cuenta factores como la niebla o el rocío, inapreciables hasta ahora», ha informado la UPM.
El centro universitario señaló que hasta la actualidad había variables que no se tenían en cuenta en las mediciones para establecer las previsiones de riego. Entre ellas está el agua aportada por fenómenos como la niebla, la lluvia fina, o el rocío. El nuevo modelo propuesto por el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales (CEIGRAM), la UPM, la Universidad de Davis (California) y las de Sassari y Palermo (Italia) muestra como estos fenómenos afectan a los balances de agua del suelo utilizados para programar los riegos en los cultivos.
El nuevo modelo «resulta de gran utilidad para los agricultores, que podrán ajustar mejor sus gastos en materia de riego sin comprometer la viabilidad de los cultivos. Precisamente, fueron las consultas y problemas de algunos agricultores los que nos animaron a emprender esta investigación», explicó el profesor Rubén Moratiel, del CEIGRAM-UPM y autor principal del artículo que expone esta investigación, publicado en la revista internacional «Irrigation Science».
La clave de la nueva medición está en que en ambientes con humedad provocada por niebla, rocío o lluvia, la transpiración de las plantas se reduce. Hasta ahora, este fenómeno no se consideraba relevante por creer que los valores eran insignificantes. Sin embargo, puede ser de gran importancia en zonas secas en las que el gasto en riego es más elevado para el agricultor y se reduciría al tener en cuenta este factor, indicó la UPM.
«En la mayor parte de las explotaciones agrícolas, el riego se fija mediante un calendario en el que el principal componente es la evapotranspiración. En la mayoría de los casos, la humedad interceptada por los cultivos no se tiene en cuenta y realmente afecta al comportamiento de las plantas», explicó Moratiel. El nuevo ajuste propuesto muestra cómo influye esta situación al balance de agua del suelo, destacó.
