El Codex Alimentarius contribuye a la protección de la salud pública

Por EROSKI Consumer 7 de septiembre de 2004

El Codex Alimentarius incluye normas generales y específicas relativas a la seguridad alimentaria, que han sido formuladas con el fin de proteger la salud de los consumidores y de garantizar unas prácticas equitativas en el comercio de los productos alimentarios, según informa el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (Eufic).

Creado en los años 60 por dos organizaciones de las Naciones Unidas (FAO y OMS), el propósito del Codex era servir como pauta y fomentar la elaboración y el establecimiento de definiciones y requisitos para los alimentos con el fin de contribuir a su armonización. Un total de 166 países son miembros del Codex, y como tales participan en la elaboración de las normas y a veces en su aplicación a nivel nacional y regional.

Aunque las normas adoptadas por el Codex Alimentarius no son vinculantes desde el punto de vista jurídico, tienen un gran peso y una base científica sólida. Cuando procede, la Organización Mundial del Comercio (OMC) recurre a las normas del Codex para resolver conflictos comerciales relativos a productos alimentarios. Las normas del Codex suelen servir como punto de partida para las legislaciones y las normativas nacionales y regionales. Básicamente, la influencia del Codex Alimentarius se extiende a todos los continentes, y su contribución a la protección de la salud pública y las prácticas equitativas en la industria alimentaria es extremadamente valiosa.

Normas

El Codex Alimentarius abarca miles de normas, que pueden ser normas generales aplicables a todos los alimentos, o normas específicas para ciertos alimentos o productos. Las normas generales comprenden las relativas a la higiene, el etiquetado, los residuos de pesticidas y medicamentos usados en veterinaria, los sistemas de inspección y certificación de las importaciones y exportaciones, los métodos de análisis y muestreo, los aditivos alimentarios, los contaminantes, así como la nutrición y los alimentos para usos dietéticos especiales.

Además, existen normas específicas para todo tipo de alimentos, desde las frutas y verduras frescas, congeladas o procesadas, los zumos de fruta, los cereales y las legumbres, hasta las grasas y los aceites, el pescado, la carne, el azúcar, el cacao y el chocolate, y la leche y los productos lácteos. Una norma ve la luz cuando un gobierno nacional, o un comité de la Comisión del Codex, propone la creación de una norma relativa a un tema o producto alimentario en particular. Si la Comisión del Codex (o su Comité Ejecutivo) decide que es necesario elaborar una norma, la Secretaría de la Comisión del Codex redactará un anteproyecto de norma y lo someterá a los gobiernos de los países miembros para su examen.

El comité del Codex correspondiente examinará los comentarios y, tras elaborar un texto, lo presentará en forma de proyecto de norma ante la Comisión del Codex. Si la Comisión del Codex aprueba el proyecto de norma, éste se transmitirá a los gobiernos en un proceso por etapas que culminará con un proyecto final, que se convertirá en una norma del Codex. El número de etapas varía entre cinco y ocho; este sistema está ideado para conseguir un consenso lo más amplio posible. El proceso completo puede llevar varios años. Mientras tanto, el comité correspondiente, con el apoyo de la Secretaría, va modificando y adaptando los detalles según las necesidades. En ocasiones, algunas etapas pueden repetirse. Una vez aprobada por la Comisión del Codex, la norma se añade al Codex Alimentarius -el «código alimentario» mundial.

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