Los limacos y los caracoles detestan la cafeína y ésta podría revelarse como un pesticida no sólo eficaz sino también aceptable para el medio ambiente, según un trabajo publicado en la revista Nature y realizado por el departamento de agricultura norteamericano.
La investigación, encabezada por Robert Hollingsworth, constata que una solución de 1 al 2% de cafeína es suficiente para matar a limacos y caracoles. Los investigadores remarcan que concentraciones del 0,01% son suficientes para debilitar de forma significativa a los animales.
Una taza de café instantáneo contiene en torno al 0,05% de cafeína, y el café molido contiene más. De momento, se ignora cómo ocurre el proceso de aturdimiento, aunque sugieren que podría deberse al efecto de una neurotoxina. La cafeína, sustancia de origen vegetal presente en los granos de café, tiene efectos tóxicos en dosis elevadas y es un producto natural clasificado como no peligroso por la FDA Americana.