Lengua azul, nuevos retos a nuevos brotes

Varios estudios analizan el origen del virus de la lengua azul responsable de los últimos brotes detectados en varios países de la UE, entre ellos España
Por Marta Chavarrías 8 de septiembre de 2008
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Imagen: salssa

El virus de la lengua azul vuelve de nuevo a mermar la producción ganadera española, especialmente la de ovino, después de la detección, desde el pasado mes de agosto, de varios brotes en el norte de España. El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) ya ha respondido con varias medidas, entre ellas la ampliación de la zona de vacunación a todo el país.

Una de las cuestiones que se plantean ahora desde la Dirección General de Consumo de la UE no es la presencia del virus durante el verano, sino que no haya desaparecido durante el invierno puesto que las bajas temperaturas bloquean el ciclo reproductor del mosquito responsable de la enfermedad, del género «Culicoides». Cómo y en qué medida puede llegar a ser endémica la lengua azul en la UE han sido, y continúan siendo, algunos de los interrogantes que aún están pendientes de resolver. Ya lo advertía en 2006 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas inglesas) y ahora lo reiteran también las autoridades comunitarias.

En España, el MARM ha ampliado la zona de vacunación contra la lengua azul, que ya afecta a reses vacunas y bovinas de todo el país. Y es que la situación en España, tal y como ha reconocido en una nota Carlos Escribano, director general de Recursos Agrícolas y Ganaderos, la situación «se está agravando» y aumenta «de forma alarmante» en la zona de Pirineos, en el norte de España y el sur de Francia.

Sin riesgos en personas

La lengua azul afecta principalmente a la producción de ganado bovino y ovino y no tiene consecuencias para los humanos

Pese a que la enfermedad no tiene efectos perjudiciales en la salud de las personas, sí provoca importantes pérdidas en el sector ya que los animales rinden menos, producen menos leche y engordan más despacio. En este sentido, es de vital importancia conocer cómo actúa el vector «Culicoides», implicado en la extensión de la infección, para comprender el comportamiento de la enfermedad y cómo podría llegar a establecerse en la UE. Ahora surge un nuevo interrogante, ¿cómo puede el virus sobrevivir al invierno, si hasta ahora se había demostrado que el frío mataba los mosquitos que infectaban a los animales?

Cambios ambientales o una evolución viral. Éstas eran dos de las posibles respuestas vigentes hasta el momento. Ahora, expertos del Instituto de Salud Animal británico aseguran que el mecanismo principal de transmisión del virus de la lengua azul actúa a través del mosquito «Culicoides», que se alimenta de rumiantes infectados y que transmiten el virus a través de las picaduras.

Algunas respuestas

Las evidencias hasta ahora demostraban que este mosquito no sobrevivía a las bajas temperaturas de los inviernos. Sin embargo, ahora parece haberlo hecho, lo que se explicaría, según los expertos británicos, por el hecho de que el de 2006-2007 fue uno de los inviernos más suaves que ha tenido el norte de Europa en los últimos años, lo que permitió al virus sobrevivir.

La investigación británica, publicada en «PLoS Biology», da cuenta de que en Australia se ha demostrado que el virus de la lengua azul puede sobrevivir en una pequeña proporción de ganado infectado entre tres y cuatro meses. Los brotes recientes detectados en la UE, el último de ellos en Dinamarca y confirmado por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), sugieren también que el virus podría crecer y sobrevivir durante la gestación en el feto.

De origen subsahariano

Australia, EE.UU., África, Asia y el sur de Europa son algunos de los países que han confirmado brotes de lengua azul de forma estacional. En 2006, las temperaturas registradas en el norte de Europa coincidieron con los primeros brotes detectados en los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Alemania. El virus, que hibernó hasta el año 2007, confirmó que algunas enfermedades animales estaban cruzando las fronteras internacionales con mayor frecuencia. Pero para comprender mejor esta situación, un estudio publicado en «Virology» y realizado por 24 expertos de seis institutos de investigación de todo el mundo, han comparado el virus descubierto inicialmente en Sudáfrica con el que se detectó en el sur de Europa a finales de los años 90.

El objetivo era determinar si se trataba del mismo virus, algo que los expertos consideraban remoto por la dificultad de que el virus pudiera llegar a sobrevivir a las frías temperaturas de los países europeos. ¿Se trata de la misma cepa? Según la investigación, el virus actual «representa la introducción de una nueva cepa originaria de África subsahariana». Ahora, los expertos esperan que estos resultados aporten mayor conocimiento no sólo sobre el origen de los virus emergentes sino que ayudarán a desarrollar nuevas vacunas más eficaces.

El papel de la vacunación

Una de las mayores dificultades para el control de la lengua azul es la existencia de varios serotipos de la enfermedad. Hasta el año 2006, en España se utilizó la vacunación para el control del serotipo 1. Sin embargo, y desde mediados de 2007, se han confirmado el serotipo 1 y el serotipo 8, lo que ha obligado a intensificar la vacunación de emergencia. En este sentido, el Comité de la Red de Alerta Sanitaria Veterinaria, además de constatar la necesidad de intensificar la campaña de vacunación en las zonas afectadas por los recientes brotes, especialmente en el norte, donde el nivel de riesgo ha ido aumentando, determina ampliar la medida en todo el territorio español. El protocolo que se sigue actualmente es, por cada animal enfermo, se analiza un radio de 150 kilómetros. El objetivo final es, aseguran los responsables ministeriales, “controlar el mosquito transmisor”.

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