Un estudio detecta en agua del grifo contaminación con trihalometanos o herbicidas

Por EROSKI Consumer 30 de octubre de 2002

Un estudio publicado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) concluye que una tercera parte de las 100 muestras de agua del grifo analizadas está contaminada con trihalometanos o herbicidas. A pesar de esta detección, la OCU asegura que las cantidades no son tóxicas a corto plazo.

El estudio, que ha contado con el apoyo del Instituto Nacional del Consumo (INC), recoge los resultados del agua en 100 muestras repartidas en 88 ciudades españolas, algunas de las cuales comparten punto de abastecimiento con otras localidades vecinas. Los principales problemas detectados por los técnicos de la OCU se refieren a la presencia de trihalometanos en 27 de las 100 muestras del agua del grifo analizadas. Veinte de ellas superaban el límite legal establecido por la futura normativa, que establece una cantidad máxima de 100 mg/l.

En otras 7 muestras se han detectado cantidades que llegaban a exceder el nivel provisional (150 mg/l durante los cinco primeros años desde su trasposición). En 6 de las muestras se han superado además los niveles de pesticidas triazinas, establecidos por normativa en 0,1 mg/l. La OCU asegura que la presencia en el agua del grifo de estos tres tipos de contaminantes en límites superiores a los permitidos pueden causar daños en el hígado, el riñón o el sistema sanguíneo.

La OCU ha presentado diversas fuentes de contaminación. Los trihalometanos se originan a consecuencia de la reacción de la materia orgánica que transporta el agua, con el cloro empleado en la planta potabilizadora para su desinfección. Evitar esta contaminación implicaría limitar el uso del cloro. Los compuestos volátiles, por otra parte, son sustancias que elabora la industria química para ser añadidas a disolvente, gasolinas y productos de limpieza. Una de las vías de contaminación más común son los vertidos ilegales o accidentes.

En cuanto a los herbicidas triazinas, se trata de sustancias producidas con el fin de eliminar las malas hierbas que aparecen en los suelos agrícolas. Un uso indiscriminado de estas sustancias suele darse en frutas y verduras, pero también en el agua cuando son arrastrados por las lluvias y los regadíos. A pesar de todo, la OCU insiste en que se puede seguir bebiendo agua del grifo con tranquilidad, pero no descarta la necesidad de tomar medidas a medio y largo plazo.

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