Un análisis realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha detectado niveles de sulfitos más elevados de los permitidos legalmente. Los resultados indican que los sulfitos están siendo ampliamente utilizados en la industria alimentaria: el 100% de los vinos y más del 80% de los mariscos, las frutas y los productos cárnicos analizados los contenían.
Así, el estudio muestra que el 36% de las muestras de carne incumple las normas, bien porque superan los límites o bien por tratarse de productos en los que no está autorizada su utilización. Según el estudio, un tercio de los mariscos analizados está fuera de la legalidad por superar los límites y son contados los productos que advierten en sus etiquetas. Los sulfitos, derivados del azufre, son unos conservantes seguros pero potencialmente peligrosos para algunas personas sensibles a ellos.
Por este motivo es fundamental que su presencia esté indicada en el etiquetado. Sin embargo, el reciente estudio constata que esta información no aparece en más del 90% de las frutas secas portuguesas y en el 75% de los mariscos españoles. Para la OCU, el nuevo etiquetado para alérgicos, obligatorio a partir de noviembre de 2005, debería bastar para cambiar esta situación. La organización denuncia que los niveles detectados sobrepasan en ocasiones los límites legales.
Según la OCU, con un consumo normal de alimentos afectados resulta fácil superar la Ingesta Diaria Admisible (IDA). La organización reclama que los sulfitos se usen sólo en casos imprescindibles, y en las dosis mínimas y no como un recurso fácil para sustituir una buena higiene en la fabricación, y solicita a la UE la revisión de los límites vigentes, muy generosos en algunos casos.
Mientras no se tomen las medidas adecuadas, la OCU recomienda a las personas que hayan experimentado alguna reacción a los sulfitos o a las asmáticas o propensas a alergias que eviten el consumo de salchichas, hamburguesas y carne picada preparada, crustáceos, frutas secas, patatas peladas preparadas y vino.
