La Comisión Europea cree que es hora de prestar una mayor atención a los niños. Los pequeños, según el Ejecutivo comunitario, necesitan de un enfoque global que implique a todas las naciones de Europa y que garantice la protección de sus derechos en cualquier país de la UE en que se encuentren.
Para ello, ha propuesto a los países miembros que habiliten un teléfono único en todo el continente al que pueda llamar cualquier menor que se encuentre en dificultades, en el que pueda recibir ayuda independientemente del idioma que hable o del país en que se encuentre.
El número del teléfono único tendría seis cifras y comenzaría por 116. Al mismo tiempo, se pondría en marcha otro número para las llamadas de urgencia sobre niños desaparecidos o víctimas de explotación sexual. Los planes de Bruselas pasan por que el Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno dé su visto bueno a la propuesta, a ser posible, antes de que finalice el año.
El objetivo de este plan es, además, vigilar que todas las políticas externas e internas de la UE respetan los derechos del niño. Para conseguir que esta política sea lo más visible que se pueda, la Comisión Europea nombrará un coordinador que será la persona de contacto entre los diferentes países, así como entre las distintas instituciones europeas para velar por la protección de los derechos de la infancia. Otra iniciativa será crear una base de datos centralizada con todos los datos de niños desaparecidos y un sitio en Internet destinado a los menores.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha asegurado que su objetivo «no es adquirir nuevas competencias, sino que queremos tratar la cuestión de los derechos de los niños de forma más sistemática en la UE. Es imperativo asegurar una coordinación de las iniciativas puestas en marcha en todas las políticas».
