Centros intergeneracionales

Se diseñan como espacios de encuentro en los que jóvenes y mayores intercambian experiencias y aprenden a respetarse
Por Azucena García 30 de julio de 2008
Img abuelo nieto
Imagen: Micah Maziar

Un centro intergeneracional es mucho más que un espacio compartido por jóvenes y mayores. Es un lugar de intercambio. Un punto en el que la inocencia coincide con la experiencia, interactúa, mediante actividades planificadas y periódicas. Niños, jóvenes y mayores aprenden unos de otros en encuentros informales que les enseñan, ante todo, a entenderse y respetarse.

Programas intergeneracionales

Más de la mitad de las personas mayores (57%) piensa que los hijos tratan a sus padres peor de lo que trataban las generaciones anteriores a los suyos. Por el contrario, el 35% cree que los padres hoy cuidan a los hijos mejor que las generaciones anteriores. Lo dice la macroencuesta “Deliberación Mayor”, encargada por la Unión Democrática de Pensionistas (UDP) y de la que sólo se ha conocido un avance de los resultados. Las conclusiones se presentarán a comienzos de octubre, durante el XVII Congreso Confederal Internacional que la entidad celebrará en Santiago de Compostela. No obstante, con lo que sabemos hoy, “parece claro que los mayores sienten que sus hijos tienen otras prioridades”, lamenta el presidente de UDP, Luis Martín Pindado.

El Consorcio Internacional para los Programas Intergeneracionales (ICIP) asegura que éstos son agentes de cambio social que conectan a unas generaciones con otras “para beneficio de todas las edades y de las comunidades en las que viven”. Esa conexión favorece que niños, jóvenes y mayores se conozcan mejor y tengan “una oportunidad única de crear conciencia, conformar actitudes y reforzar relaciones“, afirma el ICIP.

En España, la Red de Relaciones Intergeneracionales, puesta en marcha por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), se plantea como objetivo principal la implantación de “una auténtica sociedad para todas las edades”. Creada en septiembre de 2005, esta Red promociona el envejecimiento activo e intenta aprovechar el potencial de la intergeneracionalidad, un “encuentro e intercambio entre personas y grupos pertenecientes a distintas generaciones”. Entre otras cosas, la Red facilita el contacto entre personas y entidades, difunde información sobre esta materia y ofrece apoyo técnico.

Tipos de programas

En un acto organizado en colaboración con la Universidad de Granada sobre “Los centros intergeneracionales en la atención a la dependencia”, la Red Intergeneracional del Imserso presentó un informe con el mismo nombre en el que se destacan los requisitos que ha de cumplir un centro intergeneracional para ser reconocido como tal. Según éstos, ha de estar diseñado para alcanzar sus fines, haber sido planificado cuidadosamente, tener continuidad en el tiempo, conseguir un impacto positivo para las dos generaciones participantes y mejorar la calidad de vida de ambas.

La coincidencia de jóvenes y mayores en un mismo lugar no garantiza que una actividad sea intergeneracional

“Eso sí, conviene dejar bien claro que la naturaleza intergeneracional de un programa no se justifica con la mera co-presencia de niños/jóvenes y personas mayores”, prosigue el informe. La coincidencia de diferentes edades en un mismo lugar no garantiza que una actividad sea intergeneracional y, “mucho menos, que vaya a lograr unos resultados positivos”.

De acuerdo a estos requisitos, los expertos distinguen cuatro tipos de programas intergeneracionales.

  • El primero de ellos engloba aquellas iniciativas en las que los mayores se convierten en mentores, amigos o cuidadores de niños y jóvenes.
  • El segundo atribuye a los menores la capacidad de “servir” a los mayores con visitas, acompañamiento o tutorización de tareas.
  • Los dos últimos tipos se refieren a actividades conjuntas en las que unos y otros sirven a la comunidad o se prestan un servicio mutuo, respectivamente.

Beneficios

Los beneficios de la puesta en marcha de programas intergeneracionales son evidentes para ambas partes. El proyecto “INTERGEN: Descripción, análisis y evaluación de los programas intergeneracionales en España. Modelos y buenas prácticas” intenta demostrarlo. Llevada a cabo con la subvención del Imserso en 2006 y 2007, esta investigación identificó un total de 132 prácticas intergeneracionales en España. Tras analizar 30 de ellas en profundidad, reveló que el 89,4% de los participantes más jóvenes cree que su acción ayuda a que las personas mayores se sientan mejor, mientras que un 85,2% se reconoce más capaz de hacer cosas por sí mismo.

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Por su parte, los participantes mayores sienten en su mayoría (94,3%) que contribuyen a la educación de las generaciones más jóvenes y confiesan sentirse mejor gracias al contacto con otras generaciones. Tres de cada cuatro califica su participación como muy satisfactoria y sólo un 1,5% la cree insatisfecha. Por ello, cuando se pregunta por la posibilidad de repetir en los programas, el 98,5% no duda en participar de nuevo. También el 96,5% de los jóvenes lo recomendaría.

Las personas mayores que interactúan con jóvenes se sienten en una atmósfera “parecida a la de un hogar o una familia”

La organización Generations United (Generaciones Unidas) encuentra también beneficios tanto en las personas mayores como en las más jóvenes. Experta en el tema, esta entidad asegura que las personas mayores que interactúan con jóvenes se sienten en una atmósfera “parecida a la de un hogar o una familia”. A su entender, este tipo de programas promueven el enriquecimiento social, renuevan el interés hacia los otros, mejoran el estado de las personas con demencia u otra discapacidad cognitiva y ayudan a ganar en autonomía y movilidad.

En cuanto a los beneficios en niños, subraya que, de acuerdo a sus análisis, los menores en edad preescolar muestran índices de desarrollo personal y social más altos que otros compañeros que no participan en estos programas, mejoran sus percepciones acerca de las personas mayores o con discapacidad y tienen menos problemas de comportamiento.

Declaración de León

La Conferencia Ministerial sobre el Envejecimiento, celebrada en noviembre del pasado año en León reunió a representantes de los Estados miembros de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE). Todos ellos firmaron la Declaración Ministerial de León, que se compromete a llevar a la práctica la Estrategia Regional de Aplicación del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento.

La Declaración celebra el aumento de la longevidad como “un logro importante de nuestras sociedades”, aunque reconoce que el rápido envejecimiento de la población exige medidas inmediatas y aboga por alcanzar “una sociedad para todas las edades basada en el respeto de los derechos humanos” y “la protección contra la discriminación por motivos de edad”.

El objetivo es alcanzar “una sociedad para todas las edades basada en el respeto de los derechos humanos”

En este contexto, los países firmantes se comprometen a proteger los derechos de las personas de todas las edades, fomentar una imagen positiva de los mayores, facilitar la interacción entre ciudadanos, promover la solidaridad intergeneracional y favorecer las iniciativas destinadas a sensibilizar al público sobre el potencial de los jóvenes y de las personas mayores.

Precisamente, a finales de 2009 en León está previsto que comience a funcionar el Centro de Referencia Estatal de Buenas Prácticas para personas mayores dependientes, también conocido como Ciudad del Mayor. Este centro, que contará con un centenar de plazas, pretende convertirse en una referencia en la promoción de la autonomía de las personas mayores y del entorno familiar. Asimismo, fomentará las relaciones intergeneracionales mediante actividades socioculturales y de entretenimiento.

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