Bajo el título «Cuidado por dónde pisas, peligro de minas», Cruz Roja Barcelona ha puesto en marcha una campaña de sensibilización sobre los efectos de las minas antipersona, que cada año provocan entre 15.000 y 20.000 víctimas en todo el mundo.
El objetivo de esta iniciativa es que la población conozca las consecuencias y el coste de la rehabilitación de una víctima, señaló el presidente de esta organización humanitaria, Josep Marqués. Para ello, se ha instalado un campo de minas simulado en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) por el que los visitantes pueden caminar con la incertidumbre de si pueden verse sorprendidos por una mina.
Los visitantes podrán además ver varios paneles y videos explicativos sobre la lucha contra este tipo de armas, que contienen entre 10 y 250 g de explosivo y explotan al ser pisadas con una presión de más de medio kilo. Desde la entrada en vigor del Tratado de Otawa para la eliminación de las minas antipersona, hace cinco años, un total de 141 Estados han firmado el acuerdo y se han comprometido a no usar estas armas bajo ninguna circunstancia, así como a prohibir su producción, almacenamiento y venta a otros países. Sin embargo, todavía hoy 45 países tienen minas enterradas en su territorio y acechando a la población civil.
Entre 15.000 y 20.000 personas murieron o quedaron mutiladas en 2003 tras pisar una mina terrestre. El 23% de las víctimas eran menores de edad y una gran mayoría, mujeres y pequeños campesinos, según comentó Marqués, quien recordó el elevado coste que supone la rehabilitación de estas personas.
Cada herido hospitalizado debe pasar por el quirófano una media de dos veces y someterse a una trasfusión de sangre, lo que supone un coste de «unos 120 euros diarios». En el caso de los niños, el proceso es más complicado y el coste todavía es mayor, ya que «deben cambiar de prótesis unas quince veces a lo largo de su vida».
Con esta campaña, que estará en vigor hasta el 8 de febrero, además de sensibilizar a la ciudadanía, Cruz Roja pretende recaudar fondos para poner en marcha un proyecto de apoyo a las familias con heridos de minas antipersona en las comunidades kosovares de Malishevo y Suharekë.
