El cólera agrava aún más la crisis humanitaria en Zimbabwe

Las restricciones del Gobierno dificultan la labor de ONG como Médicos Sin Fronteras
Por EROSKI Consumer 18 de febrero de 2009

La epidemia de cólera que sufre Zimbabwe ha deteriorado aún más si cabe la ya de por sí precaria situación que padece la población del país africano, según advierte Médicos Sin Fronteras (MSF). Los equipos de la organización han tratado a casi 45.000 personas afectadas de cólera (aproximadamente el 75% del número total de casos) y la crisis está aún lejos de finalizar.

MSF ha publicado un informe en el que denuncia que la magnitud de esta epidemia «es una manifestación más del desastroso estado en el que se encuentra el sistema de salud pública en Zimbabwe y del colapso de su infraestructura». Muchos centros de atención médica han cerrado o simplemente ya no funcionan y otros cobran «precios exorbitantes» en moneda extranjera. Todo ello está provocando que el acceso a la salud «sea imposible para la mayoría de zimbabwenses», alerta.

Y el Gobierno del país en lugar de favorecer la labor de las ONG, las entorpece. Por ello, MSF pide al Ejecutivo de Mugabe que elimine los obstáculos, que facilite una evaluación independiente de las necesidades y que permita proporcionar una asistencia humanitaria y médica «que es completamente necesaria». Asimismo, solicita a la comunidad internacional que «respete la distinción entre objetivos políticos y el imperativo humanitario, para poder asegurar que los zimbabwenses reciben la asistencia que necesitan urgentemente».

Colapso sanitario

MSF dice que ha tenido que responder de manera masiva a la epidemia de cólera, ya que las estructuras de salud locales no podían afrontar la situación. «Ha habido un colapso devastador del sistema de salud, que no sólo afecta a los pacientes de cólera», afirma Manuel López Iglesias, coordinador general de la organización en el país.

López Iglesias explica que los hospitales públicos «están rechazando a gente, los centros de salud se están quedando sin suministros ni equipamiento, hay una inmensa falta de personal médico, los pacientes no pueden permitirse el transporte para ir a buscar su medicación o para recibir tratamiento contra el VIH/Sida y muchas de nuestras clínicas están desbordadas. Por lo que estamos viendo a diario, no puede estar más claro que esto es una emergencia médica de enormes proporciones, que se está disparando y que se está quedando fuera de control».

Debido a la crisis política y al desmoronamiento económico, el acceso a la asistencia médica pública es «irrisorio», las infraestructuras están colapsadas, hay una epidemia «aplastante» de sida, falta comida y crece la desnutrición. Todo esto ha provocado el desplazamiento interno de la población y la búsqueda de refugio en países vecinos, como Sudáfrica.

«La situación en Zimbabwe está causando un sufrimiento imperdonable. Se deben tomar medidas urgentes para asegurar que los zimbabwenses tengan acceso sin dificultades a la asistencia humanitaria que tanto necesitan», subraya Christophe Fournier, presidente internacional de MSF.

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