El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) recibirá del Gobierno español 228 millones de euros para los próximos tres años -repartidos en 72, 78 y 79 millones-, según el acuerdo firmado entre ambas partes. La ONG destinará un 50% de esos fondos a los países más pobres de África Subsahariana, de forma prioritaria, para programas que ayuden a reducir la mortalidad infantil.
«Con este acuerdo se pasa de una relación basada en proyectos puntuales a otra mucho más madura, pues implica que UNICEF sabe que puede contar con estos fondos para organizar su trabajo y que no se le van a acabar a mitad de un proyecto», destacó la directora de Cooperación Sectorial y Multilateral del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, Rosa Elcarte. «España, por haber firmado la Convención de los Derechos del Niño, tiene el deber de colaborar», añadió.
Por su parte, la directora ejecutiva adjunta de UNICEF, Hilde Johnson, destacó los resultados conseguidos hasta el momento con la ayuda de España y de otros donantes. Entre los logros subrayó el hecho de salvar la vida de 10.000 menores de cinco años cada día y los avances en el área de agua y saneamiento, gracias a los cuales 1.500 millones de personas tienen acceso a agua potable. Otras dos áreas en las que España se ha esforzado son educación y protección a la infancia. En la primera se ha conseguido que «el 84% de niños del mundo tengan acceso a la educación primaria, 33 millones en los últimos 10 años», apuntó. En materia de protección, se ha logrado «salvar a miles de niños soldados, incrementar la edad para casarse de las niñas y se ha reducido en varios países el nivel de casos de mutilación genital femenina», detalló.
La representante de UNICEF recordó que la ONG trabaja en 155 países y que el 96% de los recursos van de manera directa al terreno. «Cada euro que se invierte merece la pena porque no se malgasta en burocracia», aseguró. Al referirse a la situación de crisis financiera, Johnson indicó que golpea con más fuerza a los países en desarrollo y puso el ejemplo de la República Centroafricana y Chad, cuyos ingresos nacionales cayeron este otoño un 40%. Además, destacó la situación en otros países que dependen de las exportaciones, «donde la subida de precios ha provocado que las familias hayan tenido que reducir las comidas diarias de tres a dos o incluso de dos a una», afirmó.
Johnson señaló que la organización también ha notado la crisis, ya que «se han producido recortes significativos en las ayudas procedentes de Francia, Italia e Irlanda, aunque también un incremento en la financiación de donantes como Bélgica o España, así como en el número de socios». Avanzó que en el año 2010 la situación estará bien, pero que la preocupación viene para los años 2011 y 2012.