El Programa Mundial de Alimentos (PAM) de Naciones Unidas ha habilitado desde Kuwait un nuevo corredor humanitario, el quinto ya, hacia el interior de Irak, con el fin de aliviar las necesidades alimentarias de la población del sur del país.
A través de este corredor se envió ayer un convoy de 22 camiones cargados con 880 toneladas de harina, suficientes para cubrir las necesidades de 100.000 personas durante un mes. Su destino es la ciudad de Nasiriya, donde la escasez de alimentos hace temer que los hogares agoten sus reservas en la primera semana de mayo.
La agencia humanitaria ya cuenta con otros cuatro pasillos humanitarios, desde Turquía, Irán, Siria y Jordania, gracias a los cuales está enviando 200 camiones diarios de comida hacia el norte de Irak, donde se han recuperado los niveles de seguridad alimentaria anteriores a la guerra. En el centro también se están cubriendo las necesidades de la población.
Además, Naciones Unidas prepara también el refuerzo inminente de su personal en Irak y el envío de cargamentos de ayuda médica y de equipos para sanear el agua, tras constatar que la escasez de cloro en el sur podría provocar problemas de potabilidad en unas semanas.
«No es exagerado decir que la situación es alarmante en lo que se refiere al saneamiento del agua, en especial para los niños», dijo Carel de Rooy, director del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef). «La gente tiene que entender que los niños que contraen diarrea, por no decir cólera, no pueden retener los alimentos, y se debilitan hasta morir -explicó-. Estamos a punto de ver cómo el agua contaminada fluye directamente desde los pútridos ríos hasta las cañerías de las viviendas».