Amnistía Internacional alerta de la «desastrosa» situación de los derechos humanos en Irak

Un nuevo informe de la ONG revela que cada mes pierden la vida de forma violenta centenares de civiles
Por EROSKI Consumer 17 de marzo de 2008

Cinco años después de la invasión de Irak, el país sigue sumido en el caos. La situación de los derechos humanos «es desastrosa, predomina un clima de impunidad, la economía está por los suelos y la crisis de refugiados no para de crecer», denuncia Amnistía Internacional. Las sucesivas administraciones desde que el poder ejecutivo le fue devuelto al Gobierno local iraquí, en junio de 2004, han sido incapaces de poner fin a la violencia y de construir una paz duradera.

Según un nuevo informe de la ONG, titulado «Irak: Cinco años de matanza y desesperación», pese a la numerosísima presencia de fuerzas de seguridad estadounidenses e iraquíes, Irak es uno de los países más peligrosos del mundo. De hecho, cada mes pierden la vida de forma violenta centenares de civiles. Sólo entre marzo de 2003 y junio de 2006 murieron 151.000 personas. «Los grupos armados, entre ellos los que se oponen al Gobierno iraquí y a la fuerza multinacional dirigida por Estados Unidos, han sido responsables de ataques indiscriminados con bombas, ataques suicidas, secuestros y torturas», denuncia Amnistía.

Desde principios de 2006, la violencia se ha intensificado y se ha vuelto más sectaria: grupos armados sunníes y chiíes han atacado a los seguidores de distinto credo y han obligado a marcharse a comunidades enteras de barrios de población mixta. Esta situación ha sido, según Amnistía, uno de los factores que han contribuido al desplazamiento interno de más de cuatro millones de personas. Dos millones de ellas están ahora en Siria y Jordania en calidad de refugiados.

La población civil corre también peligro ante las prácticas de la fuerza multinacional y de las fuerzas de seguridad iraquíes. «Son muchas las personas que han perecido a causa de la aplicación excesiva de la fuerza, y decenas de miles las que están privadas de libertad sin que en su contra se hayan presentado cargos y sin haber sido sometidas a juicio», indica el informe. Además, desde que en 2004 se volvió a aplicar la pena capital, centenares de personas han sido condenadas a muerte, muchas en juicios sin las garantías procesales mínimas.

Con el auge de grupos religiosos fundamentalistas, también han empeorado las condiciones de vida de las mujeres. Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizado entre los años 2006 y 2007, el 21,2% de las mujeres iraquíes ha experimentado alguna forma de violencia física.

Falta de servicios mínimos

La situación económica sigue siendo muy mala. El informe señala que la mayoría de los iraquíes sufren carencias alimentarias, de alojamiento, de suministro de agua, de servicios sanitarios, de educación, atención médica y empleo.

Según informó en julio pasado la ONG Oxfam Internacional, el 70% de los iraquíes no tenía acceso a agua potable segura, y el 43% vivía con el equivalente de menos de un dólar al día. Actualmente, ocho millones de iraquíes precisan ayuda de emergencia, situación en la que los niños y niñas se llevan la peor parte. El índice de desnutrición infantil ha aumentado del 19% durante el periodo 1991-2003, hasta el 28% en 2007.

La región del norte de Irak, de población predominantemente kurda, permanece algo más estable, con menos actos de violencia, y ha experimentado cierta prosperidad. Sin embargo, también aquí han seguido cometiéndose violaciones graves de derechos humanos, como detenciones por disidencia política pacífica, torturas, malos tratos, pena de muerte y homicidio de mujeres por «motivos de honor».

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