Los mayores tienen más riesgo de sentirse solos, una soledad que puede ser real o deberse a la ausencia de visitas o cuidados. Esta situación aumenta el riesgo de exclusión social y dependencia, puesto que los mayores tienden a aislarse, a menudo, sin pretenderlo. Un estudio impulsado por la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP), financiado por el Imserso y desarrollado por la consultora Simple Lógica ha permitido la elaboración de varios índices que miden estos parámetros.
Estos índices se han determinado en el estudio «Protección y prevención de las situaciones de dependencia y abandono entre las personas mayores» y se presentarán durante este año y el próximo a los directivos provinciales y regionales de UDP. Se pretende facilitarles la identificación y localización de situaciones concretas de dependencia extrema o de abandono social y situaciones de alto riesgo medioambiental, indica el estudio, para que analicen los datos correspondientes a su zona y articulen medidas de mejora de manera coordinada con los Servicios Sociales.
Los índices se han elaborado a partir de los datos del Censo de Población y Vivienda del año 2001 (primera fase) y tendrán una aplicación definitiva con los resultados del Censo del año 2011. En la segunda fase del estudio se validaron los resultados obtenidos mediante una encuesta propia a 1.824 personas mayores de 65 años -la primera fase se centró en 1.500 personas de la misma edad-, cuyas conclusiones todavía se conocerán más adelante.
Cada índice se refiere a una necesidad personal, cuyo grado de importancia se evalúa según una escala de 0 a 100: el 0 es la ausencia de necesidad y el 100 indica el nivel más alto de la misma, que debería cubrirse de manera urgente. El estudio ha analizado las necesidades biológicas, de seguridad, afiliación, reconocimiento y autorrealización.
Índice Global de Necesidades Biológicas (IGNB). Para su elaboración, se ha prestado atención a la dificultad para respirar, beber agua, calentarse o refrigerarse, dormir o desplazarse dentro y fuera del hogar, explica UDP. La media nacional se sitúa en el valor 28 sobre 100. Melilla ha obtenido un valor de 100, Sevilla un valor de 0 y Álava, un valor de 4.
Índice Global de Necesidades de Seguridad (IGNS). Se fija en la falta de salud, protección física, seguridad familiar, autoestima y recursos. La media es de 38 sobre 100. En los extremos, Melilla repite con un valor de 100 y Álava llega al valor 0.
Índice Global de Necesidades de Afiliación (IGNAF). Analiza la falta de compañía, afecto, soledad y dificultad para establecer nuevas relaciones. La media llega a un valor de 49 sobre 100. El valor más preocupante es para Orense (100) -Melilla obtiene también en este caso un valor superior a 90- y Álava se mantiene en los primeros puestos (0).
Índice Global de Necesidades de Reconocimiento (IGNR). Se calcula a partir de la falta de dignidad, carencia de estatus o de fama, falta de atención o de reputación. La media es de 28 sobre 100. Melilla obtiene un valor de 100 y Lugo, un valor de 0.
Índice Global de las Necesidades de Autorrealización (IGNAU). Se basa en la falta de confianza, logros, formación o libertad. El valor medio se sitúa en 30. «Solo las provincias vascas (de 0 a 13), la riojana (15), la navarra y Zaragoza (16) tienen mejores condiciones para cubrir este tipo de necesidades», precisa UDP.
Índice Global de Dependencia
La combinación de los índices anteriores da como resultado el Índice Global de Dependencia (IGD), cuya media en España alcanza un valor de 32 sobre 100. De acuerdo a los datos citados, no extraña que las mejores provincias valoradas sean Álava (0), Zaragoza (12), Navarra (14) y Guipúzcoa (15). Los resultados que requieren una mayor atención son los de Melilla (100), Ceuta (69), Huelva (58), Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria (ambos con 57).
El Índice Global de Dependencia en España alcanza un valor medio de 32 sobre 100, con Álava, Zaragoza, Navarra y Guipúzcoa como las provincias mejor valoradas
Por sexos, sobre todo, preocupan las mujeres. El informe «Accidentalidad de las personas mayores fuera del hogar», elaborado por el Instituto de Prevención, Salud y Medio Ambiente de la Fundación Mapfre, reconoce que ellas son más propensas a caerse. Las mujeres mayores de 71 años deben tener cuidado con las aceras, bordillos o escaleras de las vías urbanas. «También los atropellos o accidentes de coche son más frecuentes en personas entre 71 y 75 años de edad», añade el estudio. Un 62% de las personas accidentadas iban solas por la calle.
Índice Global de Preparación para el Envejecimiento
El Índice Global de Preparación para el Envejecimiento (Global Aging Preparedness Index, GAP Index) mide el progreso de los países para enfrentar el envejecimiento global y la dependencia en la vejez. Así lo detalla el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, que ideó este índice tras un estudio publicado en octubre del año pasado. Se fija en el índice de sostenibilidad fiscal y el índice de adecuación del ingreso de un total de 20 países: los más desarrollados -entre ellos España- y una selección de países en vías de desarrollo. La proyección se extiende hacia el año 2040.
En el índice global, nuestro país se sitúa en el noveno puesto (el primero es para Países Bajos). Respecto al grado de vulnerabilidad, ocupa el undécimo puesto y en relación al apoyo de la familia, el séptimo (Países Bajos se queda en el último). Si se tiene en cuenta el índice de sostenibilidad fiscal, cierra la lista de países estudiados.
Si bien los resultados citados merecen una reflexión sobre el modo de paliarlos o mantenerlos en cada provincia, numerosas ONG se dedican desde hace años a atender a las personas mayores y cubrir estas carencias a través de diferentes iniciativas.
Amigos de los Mayores es una entidad de voluntariado centrada en el acompañamiento de personas mayores solas, en su mayoría, mujeres. Su objetivo es crear lazos de sociabilidad para paliar la soledad y el aislamiento de las personas mayores, a la vez que se mejora su autoestima y calidad de vida, explica. Hay delegaciones en Madrid, Cataluña y Valencia.
Solidarios para el desarrollo atiende también a personas mayores de 65 años que viven solas. Así intenta evitar su aislamiento social y mejorar su calidad de vida. Atiende a personas con discapacidad, enfermas, sin redes sociales o familiares o con dificultades económicas. Ante la falta de ánimo y actitud positiva, les ayuda a mantener un envejecimiento saludable, un desarrollo personal y una vejez activa. “Nuestro fin es paliar en la medida de lo posible la soledad, el aislamiento y la inactividad”, indica. Se desarrollan actividades en Madrid, Jaén, Murcia, Sevilla, Santiago y Granada.
UDP cuenta con un Programa de Voluntariado Social de Mayores, que realizan tareas de acompañamiento a mayores dependientes en situación de aislamiento y soledad circunstancial o habitual. El programa se desarrolla en un total de 156 localidades de seis comunidades autónomas.
La Fundación Ande presta servicios a las personas con discapacidad intelectual y a las personas mayores “con más graves carencias y necesidades”. Trabaja en residencias, centros ocupacionales, centros de día, viviendas tuteladas y centros especiales de empleo.
Desarrollo y Asistencia lleva a cabo labores de acompañamiento a mayores en domicilio y voluntariado en residencias. En su propia casa, las personas voluntarias atienden a los mayores “para hacerles un rato de compañía, prestarles apoyo y ayudarles a realizar pequeñas tareas”. En residencias, se intenta prestar una atención individualizada.