«Hospital imaginario» busca voluntarios para contar cuentos a niños hospitalizados

Esta ONG lleva desde 1998 desempeñando esta labor en un centro de Logroño
Por EROSKI Consumer 24 de octubre de 2002

«Hospital imaginario» es una ONG formada por cinco personas que cada semana acuden al Complejo Hospitalario San Millán de Logroño para alegrar la estancia de los niños ingresados mediante la tradicional labor del «cuentacuentos». Ahora, esta organización piensa que podría haber muchas más personas que compartieran su afición voluntariamente y así aumentar el número de visitas a los niños. Por este motivo, acaba de poner en marcha una campaña de promoción para captar nuevos voluntarios.

El fundador de la asociación, Jesús Mari Martínez, relata que desde 1998 cuentan cuentos a los niños hospitalizados, a raíz de un proyecto para la creación de un «cuentacuentos» en una biblioteca de la zona oeste de Logroño.

De este modo, Martínez lidera actualmente una asociación sin ánimo de lucro a la que pueden unirse «aquellos que estén dispuestos a pasar una hora a la semana contando cuentos, adivinanzas o juegos con niños enfermos».

Comprometidos

En concreto, los cinco miembros de la asociación acuden al centro los miércoles, de 17,30 a 19,30 horas, único momento de la tarde en el que los niños cuentan con tiempo para escuchar a los «cuentacuentos». Tal y como explican, «para contar una historia no hacen falta especiales conocimientos, sino interés, compromiso y querer hacer olvidar a los niños por un rato el lugar en el que se encuentran», explican.

En este sentido, aseguran que «los niños suelen recibirlo muy bien y también los padres. Muchas veces están tristes y, a veces, les sorprendemos muchísimo porque no saben que estamos allí». No obstante, la improvisación y la empatía son facultades que deben dominar, dado que la planta de Pediatría del hospital cuenta con niños de edades muy distintas -desde bebés con meses hasta niños de 14 años, más reacios a escuchar cuentos-.

Para librar la reticencia de algunos niños, los cinco voluntarios fabrican sus propios muñecos de colores para llamar su atención. «Hay veces que sólo puedes contarles cuentos con los muñecos y haciendo ruidos e imitando los sonidos de los animales porque no entienden otra cosa o porque son inmigrantes y no hablan tu idioma, algo cada vez más habitual», comentan.

Además, juegan con otras normas no escritas, adquiridas con los años de experiencia. «Es mejor que el cuentacuentos no esté vestido con ropa blanca o verde para que el niño no se asuste al identificarlo con una enfermera o un médico, a los que a veces tienen cierto miedo. Tampoco deben verte dudar y has de observar en todo momento si les está gustando o no el cuento para adaptarte a lo que quieren», añaden.

Por otra parte, la mayoría de los niños no están más de una semana hospitalizados por lo que «ni les conoces ni te conocen y has de ir adaptándote a él durante el cuento». Normalmente, los niños que pueden caminar y tienen ánimo para ello, acuden a la sala de juegos de la planta para escuchar colectivamente el relato. No obstante, los voluntarios también realizan visitas personalizadas a las habitaciones de los niños «si los familiares y las enfermeras nos dicen que están bien».

Aumento de visitas

Según explica Martínez, «esperamos que se unan más personas hasta llegar a una docena más o menos, para poder ampliar el servicio a dos visitas por semana». De hecho, la iniciativa contó con una buena cartera de voluntarios en años anteriores. En este sentido, «Hospital imaginario» realiza un llamamiento a los interesados «para que vean primero como espectadores la forma en la que trabajamos y luego decidan si merece o no la pena», relatan.

Por otra parte, el servicio que presta la asociación es gratuito y no recibe ningún tipo de financiación, aunque están esperando que la Dirección de Servicios Sociales de La Rioja apruebe su solicitud de subvención.

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