Hospitales bajo tierra y Puntos Azules para proteger a la infancia de Ucrania

La situación en Ucrania es de extrema gravedad, sobre todo para los niños y las niñas. Te contamos qué papel desempeñan los hospitales subterráneos y los Puntos Azules en su supervivencia
Por UNICEF Comité País Vasco 30 de abril de 2022
bebes en hospitales de Ucrania
Imagen: UN0619527
Ya son más de dos meses de conflicto. Más de dos meses desde que comenzara la guerra en Ucrania. Más de dos meses de crisis de la infancia y la adolescencia. Sin embargo, los combates y ataques indiscriminados continúan. Millones de familias, niños, niñas y adolescentes se han visto obligados a abandonar sus hogares hacia países vecinos o huir a otro lugar dentro de su propio país. El 90 % de las personas refugiadas son mujeres, niñas y niños. ¿Hay esperanza para la infancia de Ucrania?

Hospitales bajo tierra

En Ucrania, ni siquiera los hospitales están a salvo de los bombardeos. Y hay que seguir atendiendo a pacientes, incluso a madres a punto de dar a luz y a bebés recién nacidos con problemas de salud. Por ello, UNICEF trabaja contra reloj para trasladar las instalaciones bajo tierra y crear refugios subterráneos. Todo para asegurar la supervivencia.

La Unidad de Cuidados Intensivos para Neonatos del Hospital Regional de Lviv es solo un ejemplo de ello. Los sótanos son los lugares más seguros para que bebés recién nacidos pasen sus primeras horas de vida lo más protegidos posibles. Allí, el sonido de las sirenas antiaéreas se mezcla con los pitidos de las máquinas que mantienen con vida a los niños y niñas. Hay quien depende del funcionamiento de esas instalaciones de techos bajos para salir adelante.

Somos muy conscientes de la importancia de los suministros en los hospitales, más aún en tiempos de guerra. Por ello, adquirimos más de 22.000 toneladas de suministros de emergencia para apoyar a los niños y niñas y las familias atrapadas en esta crisis de Ucrania. UNICEF ya ha facilitado la entrega de medicamentos y material médico que salva vidas a 49 hospitales del país, incluso en algunas de las regiones más afectadas o más difíciles de alcanzar.

Puntos Azules en la superficie

Sobre la tierra, el trabajo de UNICEF está ahora centrado en la creación de los Puntos Azules en las fronteras de Ucrania y lugares de tránsito: son sitios que apoyan la prestación de servicios de emergencia a las familias más vulnerables. En concreto, permiten proporcionar información y protección a las familias que se desplazan, servicios esenciales, apoyo psicosocial y hacer derivaciones a los trabajadores sociales o a los servicios de salud cuando es necesario.

En estos espacios, los niños y niñas refugiados, junto a sus familias, pueden descansar y jugar, en definitiva, disfrutar de la protección y olvidar, aunque sea por un momento, los peligros que han vivido hasta llegar allí. También se trabaja en un proceso de registro, fundamental para garantizar que ningún niño o niña quede expuesto a la violencia, tráfico o abuso.

Además, estos espacios seguros cuentan con tiendas de campaña calefaccionadas donde se ofrece alimentos y agua potable.

UNICEF ha puesto en marcha 19 Puntos Azules iniciales en Moldavia, Rumanía y Polonia que han proporcionado servicios a más de 33.000 personas, incluyendo niños y niñas no acompañados, niños y niñas que han sufrido violencia de género, niños y niñas con discapacidad y niños y niñas sin documentación.

Los Puntos Azules desempeñan un papel importante en el caso de los niños y niñas no acompañados, ya que facilitan los esfuerzos de localización y reunificación familiar cuando se han separado de sus familias durante el viaje. Son, además, niños y niñas que están moviéndose solos y que corren especial riesgo de sufrir traumas, enfermedades o ser víctimas de violencia o explotación.

Uno de los objetivos de estos centros es identificar y proteger a estos niños y reunirlos con sus familias cuando sea posible, teniendo siempre en cuenta lo que es mejor para ellos, el interés superior del menor, analizando caso por caso la situación.

Por fortuna, gracias a la ayuda de muchas personas, habrá niños y niñas que sobrevivirán a los bombardeos, al hambre, a las enfermedades… pero también debe preocuparnos la huella emocional que esta guerra dejará en la infancia y adolescencia de Ucrania. Hay que seguir trabajando.

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