Niños y niñas, las víctimas más vulnerables de las atrocidades de la guerra

Unos 400 millones de niños y niñas viven en zonas de conflicto o huyen de ellas. UNICEF trabaja para ofrecer una sólida respuesta de protección infantil que llegue a quienes más la necesitan en áreas en conflicto o en tránsito
Por UNICEF Comité País Vasco 24 de junio de 2023
niño en Irak
En los últimos años, guerras como la de Ucrania o Siria han saltado a la primera plana de los medios de comunicación. Pero hay otros muchos conflictos armados que perduran invisibles para la mayoría de las personas; entre ellos, los que tienen lugar en Yemen, Sudán, República Centroafricana o Nigeria. Estas realidades afectan a cientos de miles de niños y niñas que se ven abocados a vivir la guerra y, en muchos casos, a convertirse en combatientes involuntarios. 

Los conflictos armados afectan a la infancia, a las familias y a las comunidades de una manera directa y devastadora. En la actualidad, 400 millones de niños y niñas en todo el mundo viven en zonas de conflicto o huyen de ellas, es decir, aproximadamente uno de cada cinco niños y niñas del planeta.

Durante la Conferencia de Oslo sobre la protección de los niños y niñas en los conflictos armados celebrada recientemente, Naciones Unidas dio a conocer que, en los últimos 25 años, ha verificado más de 315.000 violaciones graves de los derechos de la infancia en áreas de conflicto. Cada una de esas violaciones registradas esconde una tragedia detrás y, en su conjunto, son una denuncia de un mundo que ha abandonado a demasiados niños y niñas a vivir una realidad que no les corresponde.

Frente a esta situación, UNICEF trabaja en más de 190 países en todo el mundo para ofrecer una sólida respuesta de protección infantil que pueda llegar a los niños y niñas más vulnerables, ya estén en áreas en conflicto o en tránsito, buscando seguridad.

Violaciones graves contra los derechos de los niños y las niñas

 El Derecho Internacional Humanitario identifica seis tipos de violaciones graves contra la infancia:

  • 1. El asesinato y la mutilación, como resultado de un ataque directo o indirecto, incluida la tortura.
  • 2. El reclutamiento o la utilización de niños y niñas en fuerzas o grupos armados, que se refiere a la conscripción o el alistamiento obligatorio, forzado o voluntario.
  • 3. Los ataques a escuelas u hospitales que causen la destrucción total o parcial de dichas instalaciones.
  • 4. La violación de niños y niñas y su sometimiento a otras formas de violencia sexual.
  • 5. El secuestro o traslado ilegal.
  • 6. La privación o impedimento intencionado de acceso a la asistencia humanitaria para los niños y las niñas.

Las violaciones graves afectan de forma diferente a los niños y las niñas:

  • El 85 % de los menores reclutados y utilizados son niños y también, los principales afectados por los secuestros (76 % ) y la matanza y la mutilación (70 %).
  • En cambio, un 98 % de los actos de violencia sexual se cometen sobre las niñas, aunque siguen sin denunciarse gran parte de los actos de violencia sexual debido a la estigmatización, las normas culturales y la ausencia de servicios. 

Así, no todas las historias y circunstancias son iguales, por lo que el trabajo de protección debe responder a las diferentes vulnerabilidades y necesidades específicas de los niños y niñas afectados por el conflicto armado. 

niños en Alepo, Siria
Imagen: UN013175 / Unicef

Niñas y niños vinculados a grupos armados

Un buen ejemplo de este trabajo de protección adaptado a las diferentes vulnerabilidades es el apoyo a la reinserción de niños y niñas vinculados a grupos armados, ya que, en muchos casos, han vivido varias de las violaciones más graves y su reintegración suele ser dolorosa y muy compleja, tanto para ellos como para la comunidad a la que regresan. Supone un intenso trabajo de información, sensibilización y concienciación a las comunidades y, también, a los grupos armados.

Un trabajo que desde UNICEF Comité País Vasco se ha apoyado durante años con fondos de las administraciones públicas vascas en países como Sudán del Sur, República Centroafricana, Burundi o Colombia, y que tiene como eje principal la protección y atención integral a los niños y niñas liberados y el apoyo a su reinserción, así como la prevención y la respuesta a la violencia sexual y de género.

Algunos de estos niños y niñas son secuestrados; otros, en cambio, toman esa vía como salida a la situación de pobreza en la que viven, los malos tratos o presión social que sufren o motivados por el deseo de vengarse de la violencia ejercida contra ellos o sus familias. En definitiva, son víctimas de las atrocidades de la guerra. 

En cualquier conflicto armado, los niños y las niñas son las víctimas más vulnerables: son las que primero sufren y las que más sufren. Las guerras desgarran el tejido social de naciones enteras y, por ello, la protección de la infancia es fundamental, ya que las violaciones graves cometidas contra los niños y las niñas dificultan todavía más la búsqueda de la justicia y el restablecimiento de la cohesión social, la paz y la seguridad.

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