Israel muestra una «indiferencia general» hacia sus obligaciones respecto la ley humanitaria internacional, según un informe confidencial sobre la situación en Jerusalén Este realizado por el Comité Internacional de la Cruz Roja.
«The New York Times», diario al que se facilitó una copia del informe sobre la situación en Jerusalén Este y sus alrededores, explica que este comité, que observa el cumplimiento de la ley humanitaria según la Convención de Ginebra de 1949, no publica sus informes pero los facilita a las partes y a número reducido de países.
Israel utiliza sus derechos como potencia ocupante para «favorecer su propio interés o los de su propia población en detrimento de la población del territorio ocupado», según el comité, que no acepta la anexión de Jerusalén Este por parte israelí. Mediante la construcción de una barrera de separación, el establecimiento de asentamientos judíos más allá de los límites municipales y la creación de una red de carreteras que comunican barrios y asentamientos dentro y fuera de Jerusalén, Israel «está dando nueva forma al desarrollo del área metropolitana de Jerusalén», según el informe, que denuncia las consecuencias humanitarias de estas medidas.
Este trabajo, que considera como ocupado todo el territorio que Israel conquistó en la guerra de 1967, fue entregado en febrero a Israel y a un pequeño número de países extranjeros con posibilidades de ayudar al comité en sus esfuerzos por que se aplique la ley humanitaria. «Rechazamos la premisa del informe de que Jerusalén Este es un territorio ocupado», según dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, Mark Regev. «Si hay alguna población en Jerusalén que está prosperando y creciendo es la árabe», añadió.
El informe es consecuente con las decisiones de la Corte Internacional de Justicia, que en 2004 emitió una opinión en la que señaló que la barrera de seguridad de Israel era ilegal cuando entra en territorio ocupado, afirmó por su parte el portavoz del Gobierno palestino, Mustafá Barghouti. «Israel viola la ley internacional con impunidad y no podría mantener esa violación por 40 años si no se sintiera impune hacia la comunidad internacional», aseguró Barghouti.
