La crisis económica y los derechos de los trabajadores extranjeros centran el Foro Social Mundial de las Migraciones

En su tercera edición reunirá a más de dos millares de representantes sociales
Por EROSKI Consumer 12 de septiembre de 2008

Bajo el lema «Nuestras voces, nuestros derechos, por un mundo sin muros», el Foro Social Mundial de las Migraciones celebra su tercera edición, centrada en los efectos que la actual crisis económica mundial tiene en los movimientos migratorios y la defensa de los derechos de los trabajadores extranjeros, así como el derecho al voto inmigrante y la ciudadanía universal que no distinga entre migrantes legales e ilegales.

El FSMM nació del Foro Social Mundial de Porto Alegre (Brasil), creado en 2001 como alternativa al Foro Económico de Davos (Suiza). Se espera que unos 2.000 miembros de organizaciones sociales y de la sociedad civil participen en el foro, que irá precedido de una reunión mundial de autoridades locales.

En opinión de Ignacio Díaz de Aguilar, presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), coorganizadora del evento, «se puede decir que, a nivel internacional, hay un ánimo de cerrar fronteras, prueba de ello son la directiva de retorno de la Unión Europea, el proyecto de muro en la frontera sur de Estados Unidos y el intento de España de frenar la inmigración legal».

Inmigración ilegal

Ante el aviso del Gobierno de que bajarán los contratos legales a extranjeros, varias organizaciones han advertido que esa tendencia incrementará la inmigración ilegal, sobre todo la que llega desde África a España en embarcaciones precarias. «No podemos cerrar todas las vías. El intento en España de frenar incluso la inmigración legal, por el desempleo que causa la crisis, está abocando a muchas personas a subirse en cayucos porque no tienen otra salida».

El presidente de CEAR considera que los responsables políticos hacen un uso totalmente mediático de la inmigración, «pero sin consistencia, porque incluso con la crisis, hay trabajos que los nacionales no quieren hacer. Los últimos datos europeos confirman que, a medio y largo plazo, es imprescindible la incorporación de nuevos migrantes para mantener al menos los niveles de vida de la Unión Europea».

Las voces críticas afirman que Europa necesita a los inmigrantes, pero los quiere desciudadanizados, precarios, sin derechos, porque sólo así son rentables y competitivos, como «mano de obra súper explotable».

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