La degradación de las tierras y la escasez de agua amenazan la seguridad alimentaria

Un 40% de las tierras degradadas en el mundo están en zonas de elevadas tasas de pobreza
Por EROSKI Consumer 29 de noviembre de 2011

La degradación de las tierras y la cada vez mayor escasez de agua pone en peligro a varios sistemas clave de producción de alimentos en todo el mundo, lo que plantea «un profundo desafío a la tarea de alimentar a una población mundial que para 2050 habrá llegado a los 9.000 millones de personas». La advertencia la lanza el informe «El estado de los recursos mundiales de tierra y agua para la alimentación y la agricultura», elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

El estudio indica que si bien en los últimos 50 años se ha producido un aumento notable en la producción de alimentos, en demasiados lugares los logros se han asociado a prácticas de gestión que han degradado las tierras y los sistemas hídricos de los que depende la producción de alimentos. Así, muchos de esos sistemas corren el riesgo de pérdida progresiva de su capacidad productiva por una mezcla de excesiva presión demográfica y prácticas y usos agrícolas insostenibles.

Desde el punto de vista del hambre y la pobreza, las consecuencias de esta degradación de la integridad ambiental y su capacidad productiva «son inaceptables», por lo que debe acometerse ya una acción correctiva, urgió el director general de la FAO, Jacques Diouf.

El documento de la agencia de la ONU asegura que nunca ha sido mayor el reto de proporcionar alimentos suficientes para un planeta que cada vez tiene más hambre, en especial en los países en desarrollo, donde son menos abundantes las tierras de buena calidad, los nutrientes del suelo y el agua. Un 40% de las tierras degradadas en el mundo están en zonas de elevadas tasas de pobreza, un 30% en zonas que tienen niveles moderados de pobreza, mientras que un 20% se encuentra en áreas de bajas tasas de pobreza.

La FAO estima que para 2050, el crecimiento demográfico y el aumento de los ingresos exigirán un incremento del 70% de la producción mundial de alimentos. Esto equivale a una producción anual de otros 1.000 millones de toneladas de cereales y 200 millones de toneladas de productos pecuarios.

Para que mejore la nutrición y retrocedan la inseguridad alimentaria y la subnutrición, la producción agrícola futura tendrá que crecer más rápidamente que la población y las pautas de consumo tendrán que adaptarse, indica el informe. Más de cuatro quintas partes de las ganancias en materia de producción deberán producirse en gran parte en las tierras agrícolas de hoy a través de una intensificación sostenible que haga un uso eficaz de los recursos de tierras y aguas, pero que no produzca daños, añade.

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