Una comida al día no es suficiente, pero es todo lo que tienen miles de personas en África para sobrevivir. En Sudán del Sur se ha declarado de manera oficial la hambruna y organizaciones como ACNUR piden fondos con urgencia para cubrir las necesidades de un millón de personas. Las malas cosechas y el aumento del número de refugiados han obligado a recortar las raciones de comida hasta el 50%. En este país se está dando la mayor crisis de refugiados del continente africano pero, después de tres años de guerra, la atención mediática se ha reducido y la financiación escasea en el momento más necesario. El artículo muestra la realidad del hambre en África y de cómo los refugiados sursudaneses llegan a Uganda. También explica en qué se traduce el apoyo económico que llega a las organizaciones que trabajan con los cinco millones de refugiados que hay en esta región del mundo.
El hambre en África
Las malas cosechas y la falta de financiación han obligado al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y al Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) a recortar el número de raciones de comida en 10 países de África. El impacto de esta decisión en las familias, cuya fuente de alimento es la ayuda humanitaria, es dramático. Tras huir de la violencia en su país, el hambre y la desnutrición son el mayor peligro para cinco millones de africanos refugiados.
Dos de los países más pobres del mundo, Sudán del Sur y la República Centroafricana, necesitan fondos de manera urgente para poder atender las necesidades alimentarias de los desplazados y refugiados en los próximos meses.
Y es que en países como Sudán del Sur, Uganda, Camerún, Chad o Mauritania, las raciones de comida se han reducido a la mitad, aunque la situación aún podría empeorar en caso de que no se consigan los fondos necesarios. Por el momento, el 40% de los refugiados en el Cuerno de África sufre anemia.
Refugiados de Sudán del Sur que llegan a Uganda
En apenas tres semanas han llegado a Uganda más refugiados que en todo el primer semestre de 2016. Todas estas personas acuden desesperadas a campos de desplazados o países vecinos, huyendo de la violencia que azota varias zonas de Sudán del Sur, un país que vive un conflicto desde hace más de tres años. Más del 85% de los refugiados que recibe son mujeres y niños, muchos de los cuales sufren desnutrición infantil. Y el 65% son menores de 18 años.
En 2016 se duplicaba el número de refugiados respecto a los años entre 2011 y 2015, pasando de 2,6 a 5 millones de personas. Por desgracia, la falta de financiación conlleva recortes de comida en los campos de refugiados y desplazados de 10 países, lo que dispara el hambre y la desnutrición infantil.
Los refugiados sursudaneses se encuentran en una situación desesperada y necesitan ayuda humanitaria urgente para poder vivir en los centros de tránsito y en los campos de refugiados que se están montando.
A través de ACNUR se puede colaborar de forma mensual o puntual aportando la cantidad que se desee. Aunque acabar con el hambre requiere de un plan más ambicioso y el compromiso de muchas personas, el reparto de alimentos puede ser una solución a corto plazo.
- Con 25 euros se proporciona alimento tres veces al día a un niño durante 25 días.
- Con 30 euros una mujer embarazada puede recibir atención médica.
- Con 50 euros se está facilitando un tratamiento nutricional para un menor y leche terapéutica F75 para dos.
- Con 75 euros se aportan alimentos durante tres meses para un niño refugiado.
- Con 100 euros se consigue que nueve personas refugiadas tengan acceso al agua.
- Con 200 euros se puede disponer de cuatro lonas de plástico resistente para reforzar los refugios.
