Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han realizado con éxito por primera vez en España un experimento conocido como el efecto interferometría Hanbury-Brown-Twiss en puntos cuánticos semiconductores. Detrás de este complejo nombre se esconde un sistema que ayudará a mejorar la lucha contra el espionaje y la piratería informática.
Los responsables del proyecto explican que este sistema permitirá fabricar dispositivos basados en criptografía cuántica que mejoren el actual proceso de transmisión de información, que es vulnerable. «El experimento demuestra que los puntos cuánticos se comportan como átomos artificiales y son capaces de emitir fotones individuales, lo que permitirá generar códigos criptográficos inviolables. Esto ocurre porque el estado cuántico que porta el código en cada fotón emitido por la fuente queda destruido automáticamente si se intenta descifrar ilegítimamente. Así, los nuevos sistemas de transmisión de datos serían invulnerables al espionaje y la piratería informática», afirma Benito Alén, del Instituto de Microelectrónica de Madrid (perteneciente al CSIC) y director del experimento.
El carácter cuántico del fotón individual es lo que permite detectar a un potencial espía, ya que no se puede realizar una medida sobre un estado cuántico sin modificar sus propiedades, afirma el CSIC. Si un pirata informático intentase realizar esas medidas sobre los fotones individuales para obtener la clave, introduciría unas modificaciones que serían detectadas por el emisor y receptor auténticos, explica el Consejo.
«Si se detecta al espía, el sistema, simplemente, desecha la clave y empieza otra vez con una clave nueva. Sólo cuando se completa la clave sin intromisiones se valida la clave privada para ser utilizada en las comunicaciones futuras», comenta Alén.
Los sistemas de criptografía actuales se basan en que el emisor y el receptor poseen una o varias claves que sólo ellos conocen y que utilizan para encriptar y desencriptar los mensajes. Existen diversos sistemas criptográficos, pero todos están subordinados a la integridad de la transmisión de las claves privadas. «Si se usara un sistema criptográfico cuántico, la clave podría ser enviada sin problemas. Si una persona pinchase la línea para acceder a la clave, inmediatamente se detectaría su presencia analizando el mensaje transmitido junto a la clave», asegura el investigador del CSIC.