Fusión de plataformas digitales

La integración podría conducir a un aumento de las cuotas
Por J. Ángel Pérez 8 de enero de 2003

La absorción de Vía Digital por parte de Sogecable, accionista principal de Canal Satélite Digital, ha preocupado a los usuarios. Numerosos interrogantes se plantean a los consumidores: ¿subirán las cuotas? ¿tendré que cambiar el decodificador? ¿seguiré viendo el fútbol? Algunos expertos incluso cuestionan la rentabilidad de la operación.

¿Qué es una Plataforma Digital?

La tecnología digital permite la creación de canales de TV de pago o “encriptados” cuyas señales codificadas no pueden ser vistas por aquellos que no sean clientes de una oferta de televisión digital. Para la Asociación de Ingenieros de Telecomunicación de Andalucía Oriental (A.S.I.T.A.N.O) el término de Plataformas Digitales no es correcto.

Con este término se entiende un conjunto o “paquete” de canales de televisión transmitidos de forma digital a través de un satélite. Los usuarios necesitan una antena parabólica capaz de sintonizar el satélite correspondiente y un aparato descodificador de las señales digitales junto a una clave de acceso si la programación es de pago.

El gran avance que supone la televisión digital estriba en que el consumidor puede recibir muchos más canales que la televisión analógica, con menor coste y mayor calidad. Otros servicios son la selección de películas a la carta o la transmisión de espectáculos deportivos.

Exigencias del mercado

La unión entre las dos plataformas se enmarca dentro de la ola de fusiones que experimenta el sector en los últimos meses debido a las grandes pérdidas por las que atraviesan las televisiones digitales europeas. El pasado 30 de noviembre el Gobierno aprobó la operación. La nueva plataforma resultante controlará el 90% del mercado de la televisión de pago en España y contará con 2 millones de abonados y una facturación de 1.300 millones de euros.

La Unión de Televisiones Comerciales Asociadas (UTECA), integrada por Tele 5, Antena 3 y Sogecable, ha manifestado en una nota su apoyo a la integración de Vía Digital y Sogecable. “Fortalecerá el sector audiovisual en España”, indican. Por su parte, Koldo Navascues, presidente de la Asociación de Consumidores y Usuarios Vasca (EKA/OCUV) señala que todo aquello que tiende al monopolio es perjudicial para los consumidores. “Cuando no hay pluralidad en la oferta, los consumidores vemos mermados y restringidos nuestro derechos”, añade.

El mercado ha tocado techo

Las situación económica en que se encuentran ambas compañías no es la más adecuada. La nueva empresa nace con una deuda inicial cercana a los 1.200 millones de euros, cantidad que podría alcanzar los 2.000 millones el próximo año por los costes de la reestructuración y las desmedidas obligaciones financieras contraídas por Vía Digital y Canal Satélite con los clubes de fútbol españoles. También deberán hacer frente a los costes de los derechos cinematográficos de las productoras norteamericanas.

El propio Jesús de Polanco, presidente del Grupo PRISA, confesó que la competencia ha traído consigo estos años un incremento considerable del precio de los derechos, y también prácticas comerciales y ofertas de promoción muy agresivas, que han originado en el ejercicio 2001 pérdidas cuantiosas en el resto de las operadoras de televisión de pago.

Ahora bien, ¿cómo salir de los números rojos? Los expertos consideran que para acabar con las pérdidas serían necesario alcanzar 2.800.000 clientes. La futura plataforma contará con sólo 2 millones (800.000 y 1.200.000). A esto hay que sumarle el escaso crecimiento que ha experimentado la televisión de pago en los últimos años. Según los expertos del sector, parece que el mercado ha tocado techo y será difícil conseguir la rentabilidad a medio plazo.

“Lo cierto es que en España no hay público suficiente para la existencia de dos plataformas de pago en régimen de competencia. El fenómeno no es únicamente español. Es, por decirlo así, un monopolio inevitable. Diría más: sin la existencia del fútbol ni siquiera podría sobrevivir una, y falta por demostrar que la plataforma resultante de esta fusión consiga niveles de rentabilidad razonables”, señala Antonio López, portavoz de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU).

La desaparición de Quiero TV

Tras la desaparición de Quiero TV, la fusión de Vía Digital y Canal Satélite refuerza la posición dominante que ya tenían ambas plataformas en el mercado de la televisión de pago. Como señalan los expertos, si ya es difícil que dos televisiones digitales sobrevivan en un mercado como el español, resulta imposible que tres salgan adelante. Dos años después de comenzar sus emisiones, con 900 millones de euros invertidos y otros 400 millones perdidos, el Consejo de Administración de Quiero TV decidió cerrar la televisión. “Las condiciones actuales hacen inviable continuar con la explotación de la concesión del servicio público de carácter nacional”, explicaron en un comunicado. Quiero TV pretendía que los usuarios enviasen y recibiesen correos desde su propia televisión, navegasen por Internet o participasen desde su casa en el concurso 50×15. Pero esto nunca funcionó bien y Quiero TV pasó de 200.000 a 95.000 clientes mientras sus competidores se adueñaban del mercado.

Medidas frente al monopolio

Para evitar la situación de monopolio y garantizar el interés general de los ciudadanos, el Ejecutivo ha incluido una serie de medidas. Entre estas propuestas se encuentran las 10 presentadas por el Tribunal de Defensa de la Competencia (TDC), las presentadas por el sector del cable (Aunacable, R, Retecal, Reterioja, Retena, Telecable y Euskaltel) y las asociaciones de consumidores contrarias al acuerdo.

El Ministerio de Economía, de acuerdo con la fusión, explica que esas condiciones suponen unas importantes limitaciones para la plataforma naciente, con el fin de garantizar los intereses generales de los ciudadanos. Entre las medidas destacan la de limitar la duración de los contratos de derechos audiovisuales de la Liga de Fútbol a tres años y los acuerdos alcanzados con los grandes estudios cinematográficos -de un año máximo de duración-, pues no hay que olvidar que fútbol y cine son los pilares de la programación de este tipo de plataformas. El Gobierno también obliga a que un porcentaje de los canales que distribuya la nueva plataforma sean suministrados por terceros.

“La fusión no debe afectar a los derechos contraídos por los abonados con sus antiguas plataformas. Ni sus derechos ni los costes de integración deben repercutir sobre los usuarios. Además las tarifas deben ser uniformes en todo el territorio nacional”, han manifestado desde el Tribunal de Defensa de la Competencia.

Asignaturas pendientes

El Anuario de Televisión de 2001 recoge que dos de cada tres usuarios piensan que las cuotas de ambas plataformas son elevadas. Se teme que la actitud del nuevo gigante de la televisión de pago que controlará tras su alumbramiento el 90% del mercado español puede empeorar la situación. Para la Asociación de Usuarios y Consumidores Vasca es negativa y temen que se aproveche de su posición predominante para imponer nuevas subidas de cuotas. “Para nosotros es un monopolio encubierto por el Estado”, ha afirmado Koldo Navascues.

Para tranquilizar a los abonados respecto a la evolución de los precios de la nueva plataforma de pago, el Gobierno ha establecido que las cuotas de la nueva plataforma digital no pueden subir en el 2003 y se mantendrán por debajo de la inflación en los próximos tres años. Según un informe de Ibersecurities Activobank, esta inesperada regulación de los precios no afectará a la fusión. Telefónica y Prisa tienen un plazo de dos meses para aceptar las condiciones.

Descodificadores y la exclusiva del fútbol

Descodificadores

Otro de los temas por resolver es el de los descodificadores. En el medio digital el descodificador es el intermediario que permite a la persona acceder a una serie de servicios (además de los cientos de canales de TV) que le ofrece el operador de televisión sin moverse de la butaca de casa. Tras la fusión existe la posibilidad de que haya que elegir un nuevo descodificador común y prescindir de los actuales. “Es un problema que tendrá que resolver la nueva empresa. Denunciaríamos ante los tribunales cualquier repercusión sobre el usuario”, indica Antonio López desde la CECU. A este respecto, fuentes de Vía Digital señalan que los descodificadores proporcionados a sus clientes son receptores universales basados en el sistema Multicryp.

Este sistema de descodificación de la señal “permite acceder a cualquier oferta de televisión digital, tanto nacional como extranjera, que se ajuste a la normativa standard europea, así como a las distintas ofertas de cable que operarán en nuestro país en un futuro próximo”. Por lo tanto, técnicamente, “los clientes de Vía Digital pueden recibir cualquier señal de otras ofertas sin cambiar de descodificador, siempre que los distintos operadores se pongan de acuerdo”, añaden desde la operadora.

Otra decisión que repercutirá en los abonados es la elección del satélite por el que transmitirá la futura televisión de pago. Sogecable emite su señal por el satélite Astra y Vía Digital lo hace a través de Hispasat. Este último está más centrado en la península ibérica lo que permite que el diámetro de las parabólicas sea menor que el de las que recogen la señal del satélite Astra.

Telefónica y Sogecable deben decidir qué satélite utilizará la nueva plataforma digital. Esto puede ocasionar que abonados que se hayan salvado de cambiar el descodificador porque es compatible con la nueva señal (como podría ocurrir con los aparatos de Vía Digital) tengan que comprar nuevas parabólicas. En cualquier caso, todos los usuarios se verán obligados a cambiar la dirección de sus antenas aunque es muy posible que la propia empresa asuma el coste.

La exclusiva del fútbol

El fútbol es otro de los interrogantes. Actualmente Sogecable y Vía Digital (a través de Audiovisual Sport) tienen los derechos en exclusiva del deporte que más dinero mueve en España. La adquisición de estos derechos sobre las retransmisiones deportivas ha elevado la deuda de ambas plataformas el año pasado a cerca de 500 millones de euros.

Vía Digital presentó en el 2001 unas pérdidas de 162 millones de euros debido sobre todo al fiasco que supuso la adquisición de los derechos del Mundial de fútbol de Corea y Japón de junio. Vía Digital no consiguió después revender los derechos de emisión de esos partidos a ninguna otra cadena debido al alto precio solicitado y sólo después de intervenir el Gobierno se consiguió que Antena 3 emitiese los partidos considerados de “interés general”.

Este progresivo endeudamiento para conseguir los derechos sobre el fútbol unido al fracaso de las expectativas creadas, ya que la gente parece reacia a pagar por ver los partidos, es una de las razones que han conducido a la fusión. La nueva televisión de pago nace por tanto con la exclusividad de la Liga, la Copa del Rey o la Liga de Campeones, un activo cuyo precio podría aumentar para tratar de reducir sus cuantiosas pérdidas. “Dudo mucho que desde el punto de vista social la plataforma consiga monopolizar este tema. Sería muy insostenible socialmente.

Los poderes públicos tienen que asegurar que este fenómeno sea universal. Quiero decir aquellos partidos que concitan las mayores adhesiones. Copa de Europa, selección española, Mundiales de fútbol, finales de copa o similares”, indica Antonio López desde la CECU. Para suavizar la situación de monopolio y garantizar la competencia una de las condiciones que ha puesto el gobierno es la apertura del mercado del fútbol a terceros.

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