Hasta hace pocos años, los productos de la electrónica de consumo destinados a la grabación de vídeo y a la toma de imágenes pertenecían a dos sectores diferentes. Sin embargo, con el avance tecnológico y las nuevas propuestas de los fabricantes, esta barrera se ha difuminado. En la actualidad, es posible tener ambas funciones en un solo dispositivo.
En el segmento de las cámaras de fotos compactas, la posibilidad de grabar vídeo se desarrolló de forma temprana, como una característica más de estos dispositivos orientados a la captura de imágenes de forma directa y sencilla. En la actualidad, muchos usuarios prefieren disponer de un único aparato que les permita a la vez grabar vídeo y realizar fotografías de calidad sin necesidad de desembolsar dinero por dos productos diferentes.
El salto a las réflex
El gran salto se dio cuando las cámaras réflex, destinadas a los profesionales, se pusieron a la venta con esta posibilidad
Sin embargo, el gran paso se dio cuando las cámaras de fotos destinadas al segmento profesional y semiprofesional, como son las réflex, aparecieron en el mercado con esta posibilidad. Tras incorporar la grabación de vídeo en la Fuji FinePix S100FS, una cámara de fotos «bridge» -a medio camino entre una compacta y una réflex-, la primera réflex en soportar tal función fue la Nikon D90, lanzada al mercado en agosto de 2008. Esta cámara, aún presente en el mercado, dispone de grabación de vídeo en alta definición a 720p y 24 fotogramas por segundo (fps). Pocas semanas después, en septiembre de ese mismo año, Canon ponía a la venta su primer modelo en el segmento profesional con capacidad para grabar vídeo. La Canon EOS 5D Mark II puede grabar vídeo hasta una resolución de 1.920 x 1.080 píxeles a 30 fotogramas por segundo.
Este nuevo rol de las cámaras de fotos se ha considerado por muchos fotógrafos profesionales y fotoperiodistas, no sólo como una característica más, sino que ha cambiado la forma de trabajo de estos profesionales. Una encuesta realizada por el portal Quesabesde en octubre de 2010, revelaba que el 90% de los profesionales piensan que esta funcionalidad repercute en la calidad de su trabajo al tener que hacer fotos al mismo tiempo que grabar vídeo a un único precio por trabajo.
A pesar de estas opiniones, las cámaras de fotos réflex que disponen de tal característica se han convertido en una opción principal para muchos usuarios y han sustituido la compra tanto de videocámaras domésticas como de profesionales, ya que una de sus principales ventajas es la utilización de objetivos intercambiables. Estos permiten obtener una calidad de imagen que sólo está al alcance de videocámaras profesionales y en el cine. Uno de los últimos largometrajes que se han realizado sólo con una cámara de fotos ha sido la película de terror uruguaya «La casa muda», filmada con una Canon EOS 5D Mark II.
D5000 y D3100
En los últimos meses, la grabación de vídeo se ha convertido en una funcionalidad de serie de las nuevas cámaras de fotos réflex. El fabricante japonés Nikon dispone, en el segmento más bajo de las réflex, de los modelos D5000 y D3100 con esta capacidad. El modelo D5000, lanzado al mercado en 2009, tiene la misma resolución que la D90 en cuanto a grabación de vídeo (720p a 24 fps), mientras que el modelo D3100, presentado el pasado mes de agosto, permite grabar vídeo a una resolución máxima de 1920 x 1080 píxeles y 24 fotogramas por segundo en formato H.264. En el caso de elegir la grabación a 720p, los fotogramas por segundo aumentan hasta 30.
La gran novedad de la D3100 es que dispone de un sistema de enfoque automático continuo para la grabación de vídeo, que permite enfocar de forma permanente sin necesidad de tener que realizar esta función de modo manual. Es habitual que en las primeras cámaras réflex con la opción de grabar vídeo se desenfoque la grabación al cambiar de plano, ya que el sistema de enfoque estaba pensado sólo para la toma de imágenes fijas, sin grandes cambios de foco dentro del plano. La D90 no dispone de la opción de autofoco.
Las cámaras de fotos con espejos translúcidos, conocidas como cámaras SLT, una tecnología que ha implementado Sony en sus nuevas cámaras réflex A55V y A33, incluyen un sensor destinado en exclusiva al enfoque automático mediante detención de fase, lo que permite mantener el enfoque sin interrupciones y una mayor velocidad de enfoque que en modelos anteriores. Estas cámaras de fotos tienen una resolución máxima de 1080p y 30 fotogramas por segundo o bien a 1080p y 60fps.
