Nicholas Negroponte, presidente y cofundador del prestigioso laboratorio Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachussets (EE.UU.), ha presentado esta semana las líneas maestras de un ambicioso proyecto para construir y distribuir un ordenador portátil que reduzca el abismo digital entre ricos y pobres.
El objetivo de Negroponte es que la informática e Internet dejen de ser tecnologías exclusivas del mundo desarrollado. Este ordenador portátil aspira a ser comercializado por unos 100 dólares (unos 83 euros) y para su manejo no se necesitará electricidad. La máquina podrá alimentarse a través de un enchufe, pero también con un mecanismo de cuerda. Llevará además un recubrimiento de goma que lo hará prácticamente indestructible y todos sus componentes estarán detrás de la pantalla.
Negroponte pretende distribuir decenas de millones de estos portátiles entre la infancia de los países más pobres. A su juicio, «el ordenador es la única forma de dar a esos estudiantes acceso real a las habilidades necesarias para el siglo XXI».
Para canalizar la producción de este ingenio, el responsable de Media Lab ha fundado una entidad sin ánimo de lucro llamada «One Laptop per Child» («Un portátil por cada niño»). Sus ambiciosos planes incluyen la producción de 15 millones de unidades el año que viene, con la posibilidad de llegar a 150 millones anuales para 2007, lo que permitirá abaratar precios. La distribución empezaría por países como Brasil, China, Egipto, Tailandia y Sudáfrica.
A la espera de un prototipo definitivo para noviembre, el portátil ideado por Negroponte promete ser capaz de doblarse de varias maneras y conectarse a Internet sin cables. Hasta la pantalla -la pieza más costosa- podrá cambiarse de color a monocromo para garantizar su visibilidad bajo la brillante luz del sol. El mecanismo de manivela retractable utilizado para su propulsión permitirá diez minutos de funcionamiento por cada minuto de esfuerzo manual para darle cuerda.
