Entrevista

Eneko Etxebarrieta, aventurero

Para viajar, lo indispensable es tener ganas
Por Marieta Vargas 22 de marzo de 2007
Img etxebarrieta

Este mes de marzo se cumplen dos años desde que Eneko Etxebarrieta (Vitoria, 1968) y su mujer Miyuki Okabe iniciaron desde Vitoria la vuelta al mundo en tándem. Desde la Península Ibérica dieron el salto hasta Ushuaia (Argentina) para comenzar a pedalear hacia el norte del continente americano. En estos momentos, este matrimonio aventurero se encuentra recorriendo Brasil y ya acumulan más de 10.000 kilómetros en las piernas. Pero, más allá de ser un viaje, esta vuelta al mundo es un proyecto denominado ‘Acercando el mundo’, cuya filosofía es comunicar diferentes culturas a través de las nuevas tecnologías. Por este componente cultural y solidario, Eneko y Miyuki han sido elegidos para difundir el programa de Naciones Unidas ‘Los Objetivos de Desarrollo del Milenio’, que aúna educación para la paz, el desarrollo y la educación intercultural. La idea de realizar este proyecto le llegó a Eneko Etxebarrieta a raíz de su primera vuelta en mundo, en solitario y en bicicleta. Desde 1999 a 2002, este maestro alavés recorrió 45.000 kilómetros y visitó 35 países. Con este segundo gran viaje, Etxebarrieta seguirá pedaleando por el mundo ocho años más, por lo menos. En total, su intención es visitar 80 países, tras pasar por Argentina, Uruguay y Brasil, para recoger todo tipo de experiencias, anécdotas, apuntes gastronómicos y fotografías; todo disponible para quien lo quiera consultar en la web www.acercandoelmundo.com

Está realizando su segunda vuelta al mundo. ¿Le ha sabido a poco hacerlo sólo una vez?

Ummm! Parece que cuando a uno le pica está mosca necesita continuar. El mundo es lo suficientemente grande para tener siempre nuevos rincones por conocer o para volver a visitar a los amigos dejados en algún lugar.

¿Cómo surgió este proyecto?

La historia viene de la primera vuelta al mundo. Empezó como una experiencia de una persona a la que le apetecía vivir algo distinto. Cogí la bicicleta, una tienda de campaña y la cámara de fotos y me planteé recorrer Europa y llegar hasta Estambul. Ese viaje que iba a ser de unos meses, al final duró casi cuatro años que supusieron una satisfacción muy grande en cuanto a la posibilidad de conocer cómo es nuestro planeta. Cuando regresé se dieron ciertas circunstancias para pensar en este segundo proyecto, como haber encontrado a Miyuki. Pero si el primer viaje supuso un aprendizaje, este segundo implica sacar un gran provecho de ello.

Su primera gran experiencia la realizó solo, pero ahora lo hace en compañía de su mujer. Aun así, ¿recomienda hacer al menos un viaje en solitario en la vida?

Absolutamente. Vivimos demasiado protegidos y no nos damos la posibilidad de conocernos y ponernos a prueba. Un viaje en solitario es un aprendizaje extraordinario, diría que imprescindible.

“Un viaje en solitario es un aprendizaje extraordinario, diría que imprescindible”

Su medio de transporte elegido es la bicicleta, ¿por qué?

Es un vehículo alternativo, no contaminante, silencioso, ecológico. Hay muchos mensajes incluso desde la propia elección del vehículo. Es un reto deportivo, pero también de demostrar que no es necesario ni tan siquiera un motor para ver el mundo y acercarte a él. Lo importante es que debemos acercarnos al mundo y poder hablar con otras culturas, aprender de ellas y enviar esos mensajes hacia nosootros. Es decir, lo que le pasaría a cualquier persona que viva aquí si saliese fuera de una forma tranquila. Es interesante porque es tu propio esfuerzo el que te hace llegar a los sitios, y esto hace que no llegues a los lugares con prepotencia sino con tu esfuerzo. La gente lo agradece, no apareces como quien muestra su dinero.

¿En qué se diferencia un turista y un viajero?

El viajero acude a los sitios con un ansia, buscando una cultura, conocer gente diferente, cosas nuevas, a veces buscándose a sí mismo… El turista no es tan profundo y busca una continuidad de su forma de vida en otro lugar durante un corto espacio de tiempo. Tan sólo quiere descansar o disfrutar de las vacaciones,

“Mientras que el viajero acude a los sitios con un ansia especial y en busca de una cultura, el turista no es tan profundo y tan sólo quiere descansar o disfrutar de las vacaciones”
normalmente no interactúa tanto con el medio y atiende más a las modas.

Entre los dos se pueden defender en castellano, japonés, portugués, inglés, francés, alemán… Pero, ¿es tan importante saber idiomas para viajar por el mundo?

No. Facilita, pero no es indispensable, y menos una excusa, “no viajo porque no sé idiomas”. Y el hecho es que se aprende idiomas viajando. Una vez, pedaleando por el desierto australiano me salió un hombre de detrás de un cactus preguntándome en perfecto castellano ‘¿Sabes donde están las Bolas del Diablo?’ Resulta que era un cántabro que viajaba con su esposa y buscaba unas rocas con forma redonda a las que los locales llamaban así. Esta pareja, José Sua y Marian, ahora muy buenos amigos, viajan por todo el mundo sin saber otro idioma y se arreglan perfectamente.

¿Qué viaje había realizado antes de emprender estos dos proyectos de vuelta al mundo?

Bastantes, con la mochila en la espalda conocí Europa, Centroamérica y Canadá, donde llegué a vivir un año en Montreal.

¿La única forma de conocer bien un país es ir, como comúnmente se dice, ‘de mochilero?’

En cierta forma sí. Al menos con esa filosofía de conocer el lugar como lo hace la gente local, subiendo al urbano, caminando por las calles y hablando mucho con la población. Sin la gente, un lugar no tiene ningún interés.

¿En qué le ha cambiado personalmente el hecho de viajar?

Supongo que mucho aunque desde dentro es difícil saber cuánto. Al menos sí me siento una persona feliz, que ya es mucho.

Aunque será complicado, ¿podría decantarse por su país preferido?

India, China, Japón, Argentina, Brasil, Tailandia, Turquía…, y todos los que no menciono.

Según su experiencia, ¿cuál es el país que más le ha sorprendido porque quizás se tiene una imagen equivocada de él?

Uno de los países que más me ha sorprendido es China porque la gente es muy amable y cuida muy bien del viajero extranjero.

“Uno de los países que más me ha sorprendido es China porque la gente es muy amable y cuida muy bien del viajero extranjero”

Además de viajar, otra de sus pasiones es la fotografía. ¿Concibe un viaje sin su cámara?

Difícilmente. Me parece el complemento perfecto y un instrumento que ayuda mucho, te obliga a fijarte más, a observar de otra forma…

¿El tiempo y el dinero son indispensables para viajar?

El dinero es necesario pero no tanto como podemos pensar, depende de cómo queramos viajar.

“El dinero es necesario pero no tanto como podemos pensar, depende de cómo queramos viajar”
A veces no lo hacemos porque no tenemos suficiente presupuesto para ir a un buen hotel. Pero resulta que además de mucho más barato, es más interesante quedarte en una pequeña posada que te da la posibilidad de interactuar con la gente, o incluso dormir gratis en una tienda de campaña pidiendo permiso en una granja. Tener tiempo sí es necesario y normalmente es lo más difícil de conseguir. Al final, para viajar, lo realmente indispensable es tener las ganas que puedan con el resto.

Por último: ¿un consejo básico para viajar?

Abrir bien los sentidos, disfrutar con lo que se ve, se escucha, se habla, se come, se toca, se huele… Aprender y sacar conclusiones. Y, sobre todo, respetar a la gente.

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