Cómo ahorrar al disfrutar del tiempo libre

Hacer deporte, leer o asistir a un espectáculo sin gastar un euro es posible y, a largo plazo, supone un ahorro considerable para las familias
Por José Ignacio Recio 26 de junio de 2013
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Practicar deporte, leer un buen libro, asistir a un espectáculo o repasar toda la prensa es muy gratificante. Y, además, todas estas actividades se pueden realizar de forma gratuita. Como se indica en este artículo, buscar el modo de hacerlo así supone, a medio y largo plazo, un ahorro mensual considerable en las cuentas familiares.

Ahorrar sin renunciar al ocio

Disfrutar y no gastar ni un euro es posible. Se pueden mantener las aficiones favoritas sin tener que hacer desembolso económico alguno. Muchas veces no es un problema de dinero, sino que se trata de buscar soluciones puntuales para que estas buenas costumbres no reporten ningún gasto. Practicar deporte, leer un buen libro o repasar toda la prensa son actividades gratificantes para la mayoría, y se pueden desarrollar de forma gratuita. Esta estrategia económica, a la larga, es un ahorro considerable para las cuentas familiares.

No hay por qué renunciar a la práctica de deportes o a la lectura de las últimas novedades por estar en crisis, pues hay canales para hacerlo de manera gratuita

Merece la pena hacerlo, pues no se renuncia a ninguna afición y se planifica mejor el presupuesto familiar. Pero, ¿de qué forma llevar a cabo esta estrategia de ahorro? Es muy sencillo: tan solo hay que aplicar una serie de pautas de comportamiento que permitan hacer efectivo este plan ahorrador. Pasa por buscar alternativas más económicas, que no hagan desaparecer estos hábitos tan saludables, así como abrir nuevos canales para disfrutar del ocio.

¿Cómo se puede ahorrar?

  1. Hacer deporte es una de las aficiones más saludables para el ser humano y cada vez son más los españoles que se decantan por ella. Muchos optan por inscribirse en gimnasios, clubes deportivos o centros especializados para satisfacer estos deseos. No obstante, ello requiere un desembolso económico mensual a través de una cuota que puede variar entre 20 y 100 euros. Hoy en día, no todos los hogares pueden cuadrar su presupuesto manteniendo ese gasto. ¿Eso quiere decir que tienen que renunciar a practicar sus deportes favoritos? No es preciso, ya que hay formas de hacer deporte sin gastar nada.

    Como correr, uno de los deportes aeróbicos más recomendados por los especialistas de la salud para mejorar el estado general de quien lo realiza. Además, no requiere de una gran inversión, ya que basta con tener unas buenas zapatillas y ropa adecuada, y se puede llevar a cabo en el terreno que se desee (asfalto, campo, montaña…) sin desembolsar un euro.

    Los amantes de deportes colectivos (fútbol, baloncesto, balonmano…) tampoco tienen que renunciar a ellos, ya que la mayoría de ayuntamientos y comunidades autónomas disponen para practicarlos de excelentes instalaciones accesibles para todos a módicos precios o incluso de manera gratuita.

  2. La lectura supone otra afición muy recomendable, pero que en principio puede parecer cara. En momentos como el actual, en que los hogares españoles tienen que apretarse el cinturón para llegar a fin de mes, este sector cultural es uno de los más vulnerables para ejercitar las estrategias de ahorro.

    Pero no tiene por qué ser así. En toda España hay una amplia red de bibliotecas que permiten acceder a todo tipo de libros, desde la última novedad de Carlos Ruiz Zafón a los clásicos de la Literatura Universal, sin olvidar los libros de consulta. Y de forma gratuita, pues basta con poseer un carné para retirar varios libros a la vez.

    En las bibliotecas nacionales y municipales hay otros soportes culturales que pueden cogerse en régimen de préstamo (música, películas, documentales, etc.) y hay incluso cursos audiovisuales para estudiar idiomas.

  3. Dar un repaso a la prensa diaria también está entre las aficiones más habituales. Además, comprar un periódico cuesta poco más de un euro. No obstante, esta labor se complica cuando los usuarios más exigentes demandan la revisión de muchos medios de comunicación (diarios, revistas, etc.) que elevan de manera excesiva el presupuesto mensual destinado para este fin.

    Aunque tampoco deberían tener problemas los demandantes de una información tan masiva. A través de Internet, donde tienen casi todos los medios a su alcance, se pueden mantener informados con gasto cero. Además, en las bibliotecas y hemerotecas se puede acceder también a revistas y periódicos sin coste económico alguno.

  4. Los amantes del séptimo arte también pueden disfrutar de los estrenos de las películas mediante varias fórmulas de ahorro.

    Una de ellas es a través de bonos con los que se reduce el precio de las entradas de las salas de cine. Se basa en pagar una tarifa fija por este producto que incluye varios tiques para acceder a las salas y que permite un ahorro considerable con respecto a la compra de entradas de forma individualizada.

    Otra herramienta para ahorrar dinero para ir al cine consiste en acudir a las promociones y ofertas que realizan las distribuidoras y que posibilitan rebajas en la proyección de la película.

    Si se conoce bien Internet, se pueden encontrar páginas webs donde conseguir entradas más baratas para teatro, cine, conciertos y espectáculos es posible. Hay numerosos portales que ofrecen algún descuento a la hora de comprar entradas; algunos rebajan entre el 5% y el 20%, pero en otros se puede comprar el mismo tique hasta un 50% más barato.

Abaratar la conexión a Internet

Buena parte de las ofertas y promociones en el sector cultural provienen de Internet, incluso con el fin de rastrear los servicios gratuitos para fomentar la lectura o para practicar algún deporte. Todos estos datos se pueden comprobar desde la Red a través del móvil o el portátil, donde también se puede ahorrar dinero por medio del “pincho” de conexión.

Es frecuente despilfarrar dinero por medio de tarifas que se desaprovechan y que cuestan entre 20 y 30 euros de media al mes. Si el móvil o portátil solo se usa para navegar por Internet, atender el correo electrónico y pocas cosas más, se pueden evitar estos gastos con tarifas más económicas. En las ofertas que lanzan las operadoras de telecomunicaciones, hay propuestas por debajo de 10 euros, lo que implica un ahorro de entre 120 y 240 euros todos los años.

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