Dieta en niños con epilepsia

La dieta cetogénica, alta en grasas y pobre en azúcares, puede ayudar a controlar las convulsiones
Por Elena Piñeiro, Maite Zudaire 23 de mayo de 2008
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Imagen: CONSUMER EROSKI

La dieta cetogénica, rica en grasas, pobre en carbohidratos y controlada en proteínas, ayuda a disminuir el número de las convulsiones de los niños con epilepsia que no responden bien a la medicación. Esta terapia dietética ya se venía utilizando en estos casos desde los años 20, pero el estudio publicado recientemente en la revista «Lancet Neurology» refuerza su valor y confirma que su uso es seguro y eficaz en la población infantil que sufre esta enfermedad.

Evidencias científicas consistentes

El estudio concluye que las crisis convulsivas de los niños que recibieron la dieta cetogénica disminuyeron sustancialmente, en comparación con el grupo de control (sin dieta) en el que, por el contrario, estas crisis aumentaron. La investigación, realizada en el Institute of Child Health at Great Ormond Street Hospital de Londres, se llevó a cabo con 145 niños de edades comprendidas entre los dos y los 16 años que sufrían crisis epilépticas al menos una vez al día o más de siete veces a la semana. Una característica común en todos estos pequeños es que habían mostrado, con anterioridad a la investigación, resistencia al tratamiento con medicamentos antiepilépticos.

La alimentación cetogénica simula la respuesta bioquímica del cerebro a situaciones de ayuno

Aunque no se conocen exactamente los mecanismos fisiológicos que llevan a la reducción de las crisis, se sabe que este tipo de alimentación simula la respuesta bioquímica del cerebro a situaciones de ayuno. Los cuerpos cetónicos, sustancias derivadas de la digestión de las grasas, se convierten en la principal fuente de energía para el sistema nervioso central y sustituyen a la glucosa. Ésta podría ser la clave que explicara la mejoría de los enfermos.

Según las autoras del estudio, Helen Cross, del Institute of Child Health, y la dietista Liz Neal, su trabajo demuestra que «la dieta puede ser tan efectiva como cualquier fármaco anticonvulsivante, lo que la debería convertir en un tratamiento fácilmente asequible para los niños en los que ha fallado la terapia farmacológica».

Dieta cetogénica

La dieta cetogénica consiste, de manera esencial, en una dieta rica en grasas y pobre en hidratos de carbono y proteínas, que se traduce en la aparición de cetosis y un mejor control de las crisis. Su mecanismo de acción último es totalmente desconocido, pero la mayoría de hipótesis apuntan a la modificación del metabolismo energético cerebral, que varía al tener como fuente de energía los cuerpos cetónicos en vez de la glucosa.

Parece ser que la dieta, al modificar el metabolismo energético del cerebro, influiría sobre la «excitabilidad neuronal». Produciría cambios en las propiedades celulares, que llevarían a disminuir esta excitabilidad y al cese de la descarga epiléptica. También podría ocasionar modificaciones en la función neurotransmisora y asociarse a cambios en diversos factores circulantes, que actúan como neuromoduladores, regulando la excitación del sistema nervioso central.

Hay diferentes variantes de la dieta cetogénica. La más tolerable, por ser la más fácil de poner en práctica, se basa en un 15% de la energía total procedente de los carbohidratos (cereales y derivados, legumbres o patatas, entre otros), un 10% de las proteínas (carnes, pescados, huevos, lácteos), un 30% de grasas de cadena larga (mantequilla, aceites, lácteos), que son las que normalmente ingerimos y hasta un 45% de triglicéridos de cadena media (TCM), que se suelen aportar en forma de un tipo especial de aceite proveniente del aceite de coco procesado y que se adquiere en la farmacia.

La ventaja de utilizar este aceite como suplemento es que se metaboliza mucho más rápido que el resto de grasas y además es mucho más cetogénico. El resultado es bueno sin que la dieta sea tan estricta como la versión clásica, en la que el 80-90% de la energía procede de la grasa de los alimentos. En la versión más flexible, se pueden añadir más azúcares y proteínas, y se consiguen los mismos niveles de cetosis, lo que permite que las comidas sean más variadas y atractivas.

Riguroso control dietético

La dieta cetogénica se traduce en una alimentación muy diferente a la dieta mediterránea, cuyo aporte principal proviene de los carbohidratos, con un 55-60% de la energía total de la dieta, a los que les siguen las grasas, que representan el 30%, y las proteínas, con un 15-18%. Esto significa que los tipos de alimentos y platos son diferentes de los de las comidas habituales en nuestro país, por lo que toda la familia tiene que estar sensibilizada.

La instauración de la dietoterapia cetogénica en la actualidad se lleva a cabo con el paciente ingresado en el centro médico de referencia y con la estrecha supervisión del médico y del nutricionista. Ambos expertos se encargan de ajustar la dieta a las particularidades de cada niño, al mismo tiempo que instruyen a los padres en el control alimentario y en la prevención de complicaciones.

Según los expertos de la Unidad de Nutrición Clínica del Hospital 12 de octubre de Madrid, algunos factores clínicos influyen en la efectividad de la dieta. Los niños de entre dos y diez años consiguen alcanzar el estado de cetosis más rápidamente. Su cerebro es capaz de extraer y usar más eficazmente los cuerpos cetónicos como fuente de energía.

El tipo de convulsiones es otro factor que influye, ya que la dieta es particularmente efectiva en el control de distintos tipos de epilepsias como la mioclónica infantil, la crisis de ausencia y la crisis atónica. Un factor muy influyente en el éxito de la dieta es la motivación que requieren tanto la familia y el paciente como el equipo responsable del tratamiento. Cualquier error en el cumplimiento puede llevar a perder su efecto beneficioso.

Contraindicaciones

La dieta cetogénica sólo debe ponerse en práctica bajo estricta supervisión médica y nutricional, ya que suele presentar efectos secundarios. El más común es el estreñimiento, que puede acompañarse de dolor abdominal. En ocasiones, la dieta con aceites de cadena media puede provocar vómitos, cólicos y diarrea, que mejoran al disminuir la cantidad de estos triglicéridos.

Sólo debe ponerse en práctica bajo estricta supervisión médica y nutricional

La pérdida de energía y el mal humor son dos síntomas que acompañan a casi todos los enfermos que la ponen en práctica. Los niños pueden presentar una ligera pérdida de peso, sobre todo al inicio del plan dietético, además de necesitar suplementos de vitaminas y minerales durante largos períodos para prevenir la aparición de carencias nutricionales que dificulten su crecimiento y desarrollo. Además esta dieta puede interactuar con algunos fármacos anticonvulsivantes, razón de más para que se lleve a cabo una estrecha monitorización.

ENFERMEDAD COMPLEJA

ImgImagen: edward wLa epilepsia es un trastorno cerebral que conlleva convulsiones repetitivas de cualquier tipo. Los síntomas que experimenta una persona durante una crisis epiléptica dependen del lugar en el cerebro en el que tiene lugar la alteración de la actividad eléctrica. Una persona que sufre una crisis tonicoclónica puede gritar, perder el sentido y desplomarse, ponerse rígida y padecer espasmos musculares. Otro tipo de crisis epiléptica es la denominada crisis parcial compleja, en la que el paciente puede parecer confundido o aturdido y no podrá responder a preguntas ni instrucciones.

Otras personas sufren ataques muy leves que ni siquiera son percibidos por la gente de su alrededor. Algunas veces, la única manifestación de la crisis epiléptica es un parpadeo rápido o algunos segundos de mirada perdida con desconexión del medio; a este tipo de crisis epiléptica se la denomina “ausencia” y es relativamente frecuente en la infancia.

Aproximadamente un 1% de la población española padece epilepsia, enfermedad que tiene una enorme repercusión médica y socioeconómica en nuestro país, con más de 400.000 pacientes diagnosticados y una incidencia de 20.000 nuevos casos por año. En España, según los datos disponibles, más del 20% de los enfermos no responde adecuadamente al tratamiento médico, por lo que el desarrollo de otras estrategias en la terapia, como la dieta cetogénica, pueden abrir una puerta en la ayuda a las personas afectadas.

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