La siempreviva, un clásico del jardín

Debe su popularidad a que es capaz de desarrollarse en terrenos inhóspitos y no exige cuidados mayores
Por EROSKI Consumer 2 de septiembre de 2004
Img sempervivum
Imagen: Qwertzy2

Se trata de una planta crasa, acostumbrada a crecer en parajes hostiles y que, por lo tanto, no necesita atenciones especiales para desarrollarse. Forma parte de la familia de las crasuláceas. Constituye en realidad un género, que reúne a su vez a unas 40 especies distintas.

Se llama en general siempreviva a una planta semiarbustiva y de hoja perenne que puede alcanzar una altura de medio metro; su base es leñosa, sus hojas estrechas, carnosas, en forma de lanza y de color verde grisáceo; y sus flores -en forma de estrella- están ubicadas en la punta de los troncos, con pétalos amarillos, rosas, blancos o lilas.

Este género, cuyo nombre científico es sempervivum, pertenece a la familia de las crasuláceas, y estas a su vez a las de las plantas crasas o suculentas, que se caracterizan por su capacidad de acumular grandes cantidades de agua en sus tejidos y poder así sobrevivir en entornos áridos, con muy poca humedad. De ahí se deriva su nombre: parecen seguir siempre vivas, pese a las dificultades que el medio ambiente les plantea.

Tierra arenosa y sol

Las siemprevivas son originarias de la zona que va entre la parte occidental del Mediterráneo (los Pirineos y Marruecos) hasta regiones asiáticas como Irán y Armenia. Su gran resistencia a las exigencias del clima, en particular a las heladas, las hacen muy populares como plantas de jardín. El único requisito que necesitan es recibir la luz directa del sol y, en el mejor de los casos, ser regadas una vez a la semana.

La siempreviva se ha considerado una planta con poderes medicinales, y su cultivo tiene numerosos adeptos

Por la misma causa, tampoco precisan una tierra muy especial. Basta con que sea porosa y ligera, como puede serlo la tierra arenosa, en la cual las partículas son grandes y están sueltas y apiladas unas encima de otras, o rocosa. Si de todos modos se desea aplicar algún nutriente, el momento idóneo es durante la época de la floración, a finales de la primavera y comienzos del verano.

La multiplicación de ejemplares también se puede realizar a través de un mecanismo sencillo: la división de sus raíces. Un dato negativo al pensarla como planta de jardín es que tarda bastante en florecer. Antes de desarrollar sus primeras flores, debe crecer durante varios años. Luego se reproduce con facilidad incluso por medios naturales.

Es un género con muchos amantes, los cuales suelen tener grandes cultivos y colecciones. Además, la siempreviva siempre se consideró una planta medicinal: ha sido utilizada para la elaboración de medicinas caseras y en muchas regiones estaba extendida la creencia de que servía para proteger las casas de los rayos.

Difíciles de clasificar

Las plantas del género de las siemprevivas son sencillas de reconocer pero difíciles de clasificar. Esto se debe, según los expertos, a que la evolución de estas especies aún no alcanzó estabilidad. Como consecuencia, dos ejemplares surgidos con el mismo origen pueden ser muy distintos en función de las condiciones de crecimiento de uno y otro. Hasta ahora se han reconocido 40 especies de siemprevivas, pero los especialistas afirman que hay muchas poblaciones locales de plantas de la misma familia con características propias y, al menos de momento, sin valor nomenclatural.

Algunas de las especies más conocidas son las llamadas barba de Júpiter, consolva, siempreviva mayor, alcachofa de gatos, hierba puntera, inmortal, flor de paja o flor de papel. Y se destacada por su belleza la sempervivum pittonii, cuyas flores amarillas solo se pueden apreciar en dos laderas de montañas cerca de Kraubath an der Mur, en Austria, y que está en peligro de extinción.

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