Dónde guardar las joyas de valor

Las opciones más utilizadas son el alquiler de una caja en un banco o contar con una caja fuerte en casa
Por Anna Elisa Savelli 15 de abril de 2009
Img joyas
Imagen: Christa Richert

Las joyas, además de un valor estético y sentimental, son una inversión rentable con un indudable interés económico. Para mantenerlas a buen recaudo, con la seguridad de que no estarán expuestas a manos ajenas, sus propietarios pueden optar por alquilar una caja de seguridad en un banco. En caso de querer conservarlas en casa por comodidad -si, por ejemplo, se utilizan con cierta frecuencia y no sólo se poseen como inversión- lo más acertado es contar con una caja fuerte en la vivienda o con un eficaz sistema de seguridad.

Invertir en seguridad

A raíz de la crisis financiera y del consecuente descrédito de depósitos y de la Bolsa, no son pocos quienes han optado por invertir de forma alternativa, por ejemplo en la compra de joyas. Tanto si son una inversión como si se tienen de herencia, llevar estos preciados objetos a un banco constituye una decisión acertada, y quizás la más segura. Para que el banco se convierta en guardián de los mismos, basta con solicitar un servicio de cajas de seguridad, que ofrece al cliente un compartimento cerrado y blindado para depositar lo que estime adecuado, a cambio de pagar una cuota a la entidad. La caja o banco permitirá el acceso al recinto en un horario pactado, y en ocasiones se exigirá la firma en un libro de visitas. El banco no tiene conocimiento de lo que se deposita en la caja, pero quien la alquila se compromete a no introducir objetos de tráfico o elementos peligrosos.

La demanda de cajas de alquiler ha aumentado un 50% desde el inicio de la crisis

El banco como guardián

El servicio de cajas de seguridad empezó a prestarse en la segunda mitad del siglo XIX, cuando en 1861 se fundó en Nueva York la Safe Deposit Company. Siguió su ejemplo la National Safe Deposit Company Limited, fundada en Londres, desde donde se extendió la costumbre al resto de Europa. La seguridad de las cámaras está garantizada; en el caso de España, el Ministerio del Interior establece los parámetros de seguridad de cámaras acorazadas y cajas de alquiler, que “deberán tener las características y el nivel de resistencia establecidos en la Orden de 23 de abril de 1997“. Por ejemplo, las tradicionalmente denominadas cajas fuertes deben tener un sistema de apertura automática retardada que debe estar activado durante la jornada laboral; en el caso de las cámaras de compartimentos de alquiler, el sistema electrónico de detección de ataques debe estar conectado las 24 horas del día.

A pesar de ser un proceso sencillo, alquilar una de las mencionadas cajas supone esperar un plazo de tiempo bastante largo (que puede ser de meses) si no se es un cliente asiduo o importante de un banco, ya que las principales cajas de seguridad, que ascienden a más de 10.000 en los bancos españoles, se encuentran ocupadas. Además, la demanda de las cajas está en claro aumento, y fuentes del sector aseguran que se ha incrementado en más de un 50% desde el comienzo de la crisis económica por la que atravesamos. Y ello a pesar de que no es un servicio precisamente barato: el coste anual de un alquiler base oscila entre 400 y 600 euros anuales, cada visita tiene un coste (mínimo de 3 euros), se debe contratar un seguro y, en ocasiones, dar un depósito al inicio de un promedio de 300 euros. En suma, se pagan cerca de 800 euros anuales.

El auge de la seguridad privada

El auge de la seguridad privadaHay quienes prefieren tener sus posesiones al alcance de la mano, aunque no a disposición de cualquiera. Para estos usuarios, la opción idónea es la de contar con sistemas de seguridad en su propio domicilio, bien instalando alarmas o una caja fuerte. Para tener una caja de seguridad en casa se debe contar con suficiente espacio y un pavimento resistente, porque su peso es considerable. Aunque hay modelos sencillos, que se empotran en la pared, la instalación debe correr siempre a cargo de profesionales; de lo contrario, son muy vulnerables, según asegura Javier Ruiz Gil, vicepresidente de la Asociación Española de Empresas de Seguridad (AES).

En España, según los expertos, no hay cultura en la utilización de cajas fuertes de un buen nivel de seguridad, y se suele creer que todas valen, aunque lo cierto es que -a pesar de que tienen una apariencia similar- el nivel de seguridad es muy distinto en unas y otras. Este grado se mide por el tiempo que se tarda en abrirlas, con unos determinados medios. Respecto a sus precios, varían en función del grado de seguridad contemplado en la Norma Europea UNE EN 1143-1, que dispone de 11 niveles. Por ejemplo, una caja fuerte de nivel III de la Norma Europea UNE EN 1143-1 cuesta cerca de 1.000 euros. Si la caja fuerte es de un nivel inferior, su precio rondaría los 600 euros (ambas con 25 litros de capacidad). Una caja homologada en grado IV ronda los 2.000 euros, y además necesita medidas adicionales de seguridad: puerta acorazada (2.000 euros), sistema de detección-alarma (600 euros, más 16 euros al mes por conexión a la central receptora).

Las cajas de seguridad más baratas rondan los 600 euros, pero son menos seguras

La instalación de una caja fuerte se acompaña generalmente de un sistema de alarma. El desembolso inicial -si es comprado, ya que también se puede alquilar- sería cercano a 300 euros, más la conexión a la Central Receptora de Alarmas (CRA), con un coste de entre 40 y 60 euros mensuales.

A pesar de estos precios, la mayoría de vendedores de cajas fuertes aseguran haber experimentado cierto crecimiento. La necesidad va unida a la situación de seguridad del país que está condicionada por distintas variables, como la situación económica general, la permeabilidad de las fronteras, la eficacia policial o la permisividad de los jueces. Debido a la suma de todas estas razones, asegura que la exigencia de seguridad privada en el entorno doméstico es creciente. Confirma esta situación Benito Pérez Jarauta, presidente de la Asociación de Profesionales de España en Cerrajería y Seguridad (APECS), quien señala haber detectado un aumento creciente de petición de instalaciones, en parte debido a que actualmente los inversores “buscan valores tangibles, y las joyas y el oro están en alza. Por ello, deben buscar sistemas de seguridad acordes con su inversión”.

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