Bici para ir al trabajo, ¿parte del salario?

Se pretende fomentar el uso de la bicicleta entre los empleados por medio de incentivos similares a los cheques restaurantes o el pago del abono de transporte público
Por José Ignacio Recio 4 de junio de 2014
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Imagen: spatulated

Cada vez más, las bicicletas son una alternativa sólida, viable y económica para quienes se desplazan con ellas al trabajo. Esta elección gana adeptos en las grandes urbes como apuesta por la movilidad y solución real a los atascos. Además, es barata y promueve el ejercicio físico. Ir al trabajo en bici se ha convertido en una opción real para los ciudadanos, que incluso pueden evitarse los gastos del transporte público. Pero, además, como se explica en este reportaje, este auge está generando que en algunos países europeos se considere a las bicicletas como parte del salario, y en nuestro país hasta se requieren incentivos similares a los cheques restaurante o el pago del abono del transporte público a los empleados.

La bici como parte del salario

Se plantea que la fiscalidad de la compra de estos vehículos pueda incluirse como beneficios de retribución flexible para los trabajadores

Además de saludable, ir a trabajar en bici es muy asequible para las economías domésticas más vulnerables, sobre todo si se compara con otros vehículos que acarrean mayores gastos. El precio medio de una bicicleta se ha situado en torno a 180 euros en 2013, aunque si lo que se desea es una gama alta y de mayores prestaciones, habrá que subir el presupuesto hasta los 200 y 400 euros. De cualquier forma, la elección de este modelo de transporte tendrá unos efectos fulminantes sobre el bolsillo de los consumidores, ya que a su menor desembolso inicial habrá que añadir el ahorro en gasolina, en impuestos de circulación y en su mantenimiento. Por eso no es de extrañar que algunas personas, sobre todo las más jóvenes, se decanten por este medio de transporte alternativo para ir todos los días a su centro de trabajo y así evitarse atascos, problemas para encontrar aparcamiento, etc.

Los adeptos que está ganando esta forma de desplazarse ha supuesto que en algunos países se considere a las bicis como parte del salario. No en vano, el incremento en el número de ciudadanos que eligen a la bicicleta como el modo preferido para ir a sus trabajos se está trasladando a las legislaciones europeas, en donde se está incentivando el uso de la bicicleta a los empleados. ¿De qué forma?

  • En Francia se paga 21 céntimos de euro por kilómetro. Como consecuencia de ello, a un trabajador que utilice su bici para ir a su centro laboral, y tenga que realizar cada día 10 kilómetros, se le bonificará con algo más de dos euros en sus desplazamientos.

  • En el Reino Unido las medidas van encaminadas también a beneficiar a las personas que seleccionan estos vehículos para ir hasta su trabajo. En esta ocasión, forma parte de la retribución flexible de los salarios desde hace ocho años, como fórmula para impulsar su empleo para acudir a su centro laboral.

  • En España no hay ninguna medida que se asemeje a las anteriores. Pero desde la Mesa Nacional de la Bicicleta se demanda un cambio en el marco legal, a fin de que «la fiscalidad de la compra de estos vehículos sostenibles pueda incluirse como beneficios de retribución flexible para los trabajadores de las empresas».

    Otra iniciativa proviene de Grass Roots, compañía que ofrece servicios pensados para inspirar y motivar a las personas, y que acaba de presentar un manifiesto «a favor del uso de la bicicleta como retribución flexible». Se incide en que las empresas fomenten el uso de la bicicleta entre sus empleados por medio de incentivos similares a los cheques restaurantes, o con el pago del abono mensual de transporte público. Se recalca que para los trabajadores, supondría un ahorro importante en la compra de la bici, ya que no pagarían la parte del IRPF correspondiente, en función de su banda salarial, que se ahorrarían del precio de su vehículo.

Iniciativas en España

En España la mayoría de los proyectos tratan solo de impulsar el empleo de la bici entre los ciudadanos, primando las ventajas que tiene sobre el medio ambiente, aunque también en favor de la movilidad en las ciudades, pero en ningún caso como medio de transporte para desplazarse al trabajo.

En este sentido, el «Plan Andaluz de la Bicicleta» propone crear más carriles para que transiten las bicis en sus principales capitales.

Madrid, por su parte, ha puesto en marcha el servicio de bicicletas público a través de su alquiler, con el que se incide en las de carácter eléctrico. Las bicis elegidas disponen de una batería de 3,5 kilos de peso y también podrán utilizarse en modo mecánico. Su recarga total tarda cinco horas, aunque su uso en ciudad lleva a que tarden más en agotarse. La explicación se debe a que un sistema inteligente se encargará de calcular el nivel de carga de la batería al dejarla en el anclaje para decidir si se debe cargar de nuevo. Las tarifas, por otra parte, oscilan en función de si se está abonado al servicio (1,1 euros la hora) o no (2 euros). Y en todo caso, podrán alquilarse en cualquier momento y durante todos los días del año.

Las ventajas económicas de ir en bicicleta

A las innegables bondades que se derivan de la utilización de la bicicleta, tales como la mejora del medio ambiente y la promoción del ejercicio físico, se les unen otras económicas y que permiten ahorrar muchos euros al mes. En cualquier caso, los ciudadanos que se decantan por este medio de transporte podrán obtener una serie de aportaciones, entre las cuales destacan las siguientes:

  • Su adquisición es mucho más asequible que otros medios de transporte, ya que en la mayoría de las ocasiones el desembolso no superará los 300 euros.

  • Se ahorra el gasto por combustible, y en reparaciones, ya que otros vehículos exigen mayores aportaciones económicas.

  • No necesita un mantenimiento especial y, en cualquier caso, es más económico que los que demandan otros vehículos.

  • Se evitan atascos, y de esta forma se conseguirá llegar al trabajo a su hora, y también volver antes a casa, sin estar tantos minutos al frente del volante.

  • Al dirigirse todos los días al centro laboral se evitan los gastos derivados de su aparcamiento y también de fichar en los parquímetros.

  • No es necesario comprar abonos, tarjetas y billetes en los transportes públicos, con lo que la cuenta corriente de los usuarios al final de cada mes estará más saneada.

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