Falta de atención: cinco claves para que los padres ayuden a sus hijos

En casa, en el aula, el día anterior a un examen, los fines de semana o cuando el niño tiene TDAH, los padres pueden ayudar a mejorar la atención de los pequeños
Por Azucena García 25 de octubre de 2013
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Imagen: John Morgan

Mantener la atención no es fácil. Cuando los niños están cansados o muestran desinterés por estudiar o hacer los deberes, muchos padres no saben cómo ayudarles a recuperarlo. En este artículo se señalan cinco recomendaciones para captar su atención en distintos espacios y momentos del día: en casa, en el aula, el día anterior a un examen, cuando el niño tiene Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) o durante los fines de semana, un momento en el que se ha de combinar deberes con descanso.

1. Cómo motivar a los hijos en casa

Aunque después de las clases los niños disfruten de un rato de ocio con sus amigos en el parque, al llegar a casa, hay que hacer los deberes, un momento que en ocasiones se acompaña de malas caras y desgana. ¿Cómo motivar a los hijos? Es esencial conocerles y aplicar un método individual que responda a sus particularidades, pero unas reglas generales ayudan a tomar la mejor decisión.

Un espacio de estudio, un horario y pausas periódicas son fundamentales para que el niño adquiera el hábito de concentrarse

La Fundación SHE (Foundation for Science, Health and Education – Fundación para la Ciencia, la Salud y la Educación) aconseja estar junto al niño en el momento de enfrentarse a sus primeros deberes escolares. De este modo, los pequeños adquirirán unas pautas que mantendrán en adelante.

La rutina es fundamental para que el menor adquiera unos hábitos e identifique qué debe hacer en cada momento. En esta tarea, los progenitores deben facilitarle un espacio de estudio («con la luz adecuada, sin ruidos excesivos, ordenado y limpio») y marcarle un horario. Ese será el momento en el que los estudiantes realizarán sus deberes, con ayuda de los padres cuando sea necesario, pero sin interrupciones. Sí conviene permitirles hacer pausas, señala la Fundación SHE. «A diferencia de los adultos, los niños necesitan hacer paradas frecuentes en medio de una tarea para concentrarse mejor. Levantarse y caminar, hablar un poco o incluso escuchar música suave durante un minuto«, explica.

2. Ayudar en el aula: hablar con el profesorado

El ámbito de actuación de los padres parece limitado al espacio doméstico, pero no tiene por qué ser así. Es conveniente mantener un encuentro con los profesores para conocer la actitud del niño en la escuela y, en caso de ser necesario, el modo de motivarle. Cuando se detecte falta de atención en el aula, los progenitores pueden participar junto con el profesorado en la elección del lugar idóneo para los alumnos en la clase (al lado del profesor, frente a la pizarra, etc.), así como en la detección de los elementos de despiste.

El profesorado cuenta con información de primera mano y recursos para conocer si la falta de atención se debe al cansancio del pequeño, a la falta de sueño, a que siente hambre, a una mala relación con sus compañeros o a determinados problemas de aprendizaje, entre otras cuestiones. Una vez que sepan las causas, los padres podrán ayudar a sus hijos a superarlas.

3. Si el niño tiene TDAH

La Dirección General de Educación de La Rioja ha editado un ‘Protocolo de Intervención Educativa con el alumnado con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad’ (TDAH). En él incluye un apartado dedicado a las estrategias en el aula y con las familias, así como orientaciones para estas. Como en el anterior caso, recomienda «citas regulares con la familia para el intercambio de información tanto del comportamiento del alumno en casa, como en el centro educativo». Se aboga por un trabajo conjunto, «con intervenciones comunes y objetivos concretos y planificados que se revisarán periódicamente». La familia es vital para apoyar a los estudiantes en casa y reforzar las estrategias desarrolladas en la clase.

Se aconseja a las familias supervisar la agenda de los hijos para saber qué deberes, exámenes o trabajos tienen pendientes y, de este modo, motivarles y ayudarles en las tareas de organización. De nuevo se apela a estrategias comunes con el centro para «multiplicar» su eficacia. Estas pasan por: hablarles con claridad, mirarles a los ojos cuando se hace, reforzar las conductas positivas y establecer normas de disciplina «explícitas, claras y comprensibles», entre otras cuestiones.

La Asociación Cántabra de Padres de Ayuda al Déficit de Atención y/o Hiperactividad (ACANPADAH) considera que, en casa, los padres han de crear un ambiente relajado, eliminar los motivos de distracción de los hijos con TDAH, como el hecho de trabajar junto a una ventana, ya que puede incitarle a mirar lo que sucede fuera. Cuando el niño no entienda un ejercicio, los padres se lo podrán explicar de manera sencilla, con instrucciones claras sobre lo que debe realizar.

4. El día anterior a un examen

Ante un examen, es necesario mantener la calma. Por ello, enseñar a los pequeños a relajarse es clave. Cuanto más calmados estén, mayor será su nivel de concentración y mejores resultados obtendrán. La Fundación SHE señala que los ejercicios de meditación «son de gran utilidad para aumentar la agilidad mental y la capacidad de asimilar y retener mejor la información en niños y adolescentes».

Junto con esto, los padres han de infundir a los hijos confianza y actitudes positivas. Enfrentarse a una prueba con una actitud negativa aumenta las posibilidades de no superarla o de obtener una calificación inferior. La escuela Aprender a aprender, de EROSKI CONSUMER, insiste en la importancia de evitar los sentimientos negativos y estudiar días antes a la fecha del examen, y no justo el día anterior, para poder dormir esa noche y fijar mejor los conocimientos.

5. Los fines de semana, ¿cómo combinar deberes y descanso?

Los fines de semana son el momento de descanso de los hijos, pero también de los progenitores, y atender las necesidades de ambos no es sencillo. Los niños han de mantener durante estos días una rutina que les marcarán los padres, pero se puede optar por distintas formas, como las fichas de trabajo adaptadas a sus gustos y necesidades.

Otra alternativa para mejorar la atención de los hijos pasa por fomentar la atención auditiva. Basta leerles un cuento y pedirles indicar cada vez que escuchen una determinada palabra. De este modo, prestarán atención a lo que se dice para detectar la palabra a tiempo. Se les puede motivar con un premio si realizan bien el ejercicio.

El refuerzo en casa es esencial y el fin de semana es el momento idóneo para plantearlo de un modo ameno. Un truco es «conocer sus intereses y preferencias para favorecer la concentración y la atención partiendo ellos» y recurrir a actividades variadas en cada momento, que eviten la fatiga y el aburrimiento, tal como recomiendan los especialistas Maribel Martínez y Ginés Ciudad-Real. Ambos apuestan por combinar actividades escolares con otras no relacionadas con la escuela, pero que trabajan y entrenan de manera más específica la capacidad de atención, como las recogidas en el blog de recursos educativos Orientación Andújar.

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