Mejorar y ampliar el vocabulario en los estudiantes

La competencia léxica de los estudiantes favorece los procesos de aprendizaje
Por Marta Vázquez-Reina 6 de agosto de 2010
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Manejar un amplio vocabulario y estar capacitado para utilizar el léxico de una lengua con precisión y propiedad es fundamental para obtener unos resultados académicos satisfactorios. La competencia lingüística de los estudiantes alcanza a todos los aspectos del curriculum y es una herramienta básica para desenvolverse en todos los ámbitos: el social, el académico y, en un futuro, en el laboral. Los docentes y las familias pueden aplicar diferentes estrategias didácticas para promover y mejorar la capacidad verbal de los alumnos.

El Diccionario de la Lengua Española recoge más de 80.000 términos que forman parte del léxico de nuestro idioma. Si se suprimen los arcaísmos, localismos o coloquialismos no compartidos por España y América y se mantienen sólo las acepciones que tienen un uso verificado en el español actual, aún persisten más de 54.000 vocablos. Todos ellos forman parte de lo que se denomina vocabulario, es decir, el conjunto de términos lexicales que se emplean para comunicarse en una lengua.

Al finalizar el primer año de vida, el vocabulario de un niño se limita apenas a una o dos decenas de palabras, a los dos años puede superar las 300 y en torno a los tres años puede haber adquirido cerca de 1.000 términos. A partir de entonces, comienza una larga carrera hasta alcanzar una correcta fluidez verbal que le permita desenvolverse en diferentes ámbitos y que servirá de base para avanzar en todas las áreas cognitivas que forman parte del currículum académico.

La importancia del léxico

El lenguaje sirve de apoyo a todas las formas de aprendizaje

Numerosos estudios relacionan la competencia léxica de un estudiante con su rendimiento académico. El lenguaje sirve de apoyo a todas las formas de aprendizaje. A través de él se puede interpretar, representar y expresar los significados que intervienen en el proceso de enseñanza y, por tanto, un nivel lingüístico inadecuado al nivel escolar de un alumno puede alterar la correcta adquisición de otras competencias académicas.

El papel de las familias es fundamental en el proceso de adquisición de vocabulario. Es importante que los progenitores se esfuercen por trabajar en casa sobre esta área e incidan en dos aspectos básicos:

Fomento de la lectura: es una de las principales herramientas para ampliar el léxico de los más pequeños. En la etapa de prelectura los padres deben leerles a sus hijos y tratar de explicar los términos que desconozcan.

Lenguaje apropiado: utilizar un léxico adecuado y cada vez más amplio es fundamental para la riqueza lingüística. A determinada edad es preciso evitar el uso de términos onomatopéyicos que pueden crear confusión en los pequeños.

Actividades en clase para ampliar el vocabulario

El vocabulario no debe trabajarse sólo desde el área del lenguaje

La escuela es el principal entorno en el que los estudiantes adquieren el vocabulario. La materia de Lengua forma parte de todas las etapas educativas y la variedad léxica es una de las competencias que deben adquirir los alumnos con esta asignatura. Sin embargo, el vocabulario no debe trabajarse sólo desde el área del lenguaje. Los docentes del resto de materias curriculares pueden incidir en la adquisición de nuevos términos con sencillas actividades que se enmarquen en sus determinadas áreas de conocimientos:

Deducción de palabras: periódicos, revistas y otros medios de comunicación de actualidad pueden servir de soporte idóneo para trabajar con los alumnos en clase la deducción de términos que desconocen. Los alumnos deben proponer los significados que interpretan de los términos marcados por el docente con el apoyo del contexto que rodea a la palabra.

Origen de las palabras: estudiar de dónde proviene un término ayuda al estudiante a comprender su significado y le permite relacionarlo en otras situaciones con palabras semejantes que derivan del mismo.

Cadenas de palabras: consiste en buscar campos semánticos en los que se pueden incluir sinónimos o antónimos hasta construir una cadena de términos completa. Después el docente puede trabajar en la utilización de los términos en un contexto oral o escrito para que se asimile de una forma más práctica.

Buscar palabras: cada día el docente propone a un alumno preparar una exposición para el resto de los compañeros sobre un término determinado. El trabajo debe incluir tanto la explicación del significado como su aplicación en diferentes contextos. Puede ser de utilidad colocar un panel expositivo en el aula donde se recoja el nuevo vocabulario que se introduce cada día.

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