Placas solares futuristas

La carestía y rigidez de las placas de silicio animan a los científicos a buscar nuevas alternativas que podrían revolucionar el sector dentro de pocos años
Por Alex Fernández Muerza 17 de junio de 2007

La instalación de placas solares es cada vez más común, habida cuenta de las ventajas de esta energía renovable. Sin embargo, su expansión se frena en parte porque el material del que está compuesta la gran mayoría de estos paneles, silicio monocristalino, requiere un proceso de fabricación muy caro. Por ello, los científicos buscan alternativas más baratas y eficientes que puedan emplearse en los próximos años para aprovechar al máximo la energía del Sol.

En Gran Bretaña, un equipo de ingenieros está trabajando en un revestimiento de «nanoestructuras de óxido de titanio con colorante» (DSSC en sus siglas inglesas) que imita la fotosíntesis de las plantas y carece de silicio, por lo que es mucho más barato. La idea es poder rociar este material con un spray en cualquier techo de acero de almacenes, grandes superficies comerciales y fábricas, de manera que puedan aprovechar la luz solar.

La iniciativa está cofinanciada por el Ministerio de Comercio e Industria británico y participan en ella una empresa privada, Corus Colors, las universidades de Bath, Bangor, Swansea, así como el Imperial College de Londres. Sus responsables afirman que en 2012 podría comercializarse este spray, y calculan que si se aplicara en 100 millones de m2 de tejados generaría más del 5% de la electricidad total consumida actualmente en Gran Bretaña.

En España, científicos de la Universidad Complutense de Madrid están desarrollando unas nuevas células solares de plástico «todo-orgánicas», basadas en un nuevo material compuesto de un polímero semiconductor y unas moléculas de carbono (fullerenos).

Las células de plástico podrían dejar obsoletas a las actuales placas de silicio, al ser mucho más baratas, ligeras y flexibles
Según estos investigadores de la Complutense, estas células de plástico podrían dejar obsoletas a las actuales placas solares de silicio, al ser mucho más baratas, ligeras y flexibles, lo que les permitiría adaptarse a superficies curvas. Los científicos estiman que en dos o tres años estas células podrán empezarse a utilizar en dispositivos «indoor» como juguetes, relojes o calculadoras, que no requieren estar al sol constantemente.

Por su parte, el Centro de Recursos Ambientales de Navarra presentaba recientemente la «primera placa solar termodinámica que produce frío y calor». El sistema, desarrollado por la empresa cordobesa Energy Panel, permite un bajo consumo energético y necesita menos espacio, ideal para edificios de ámbito residencial y del sector servicios.

Los expertos de Energy Panel explican que el sistema está compuesto de dos placas, una térmica y otra termodinámica, dentro de la misma superficie, complementándose y pudiendo funcionar de manera independiente para obtener agua caliente con el colector térmico y producir frío en el ciclo termodinámico. Asimismo, afirman, logra un rendimiento superior a los actuales equipos por bomba de calor.

Reutilizando el silicio

Mientras estos u otros sistemas se desarrollan, el sector de la energía solar tiene que seguir utilizando el silicio en la fabricación de sus paneles. Una manera más económica y ecológica de conseguir este material es por ejemplo aprovechando el remanente de la industria de los microchips.

En este sentido, algunas empresas como Texas Instruments (TI), Intel o Advanced Micro Devices han encontrado una nueva vía de negocio al vender el silicio que tienen que desechar, ya que los chips son mucho más exigentes en cuanto a calidad de este material que las placas solares. Por ejemplo, los responsables de TI venden a empresas de la industria solar de EEUU, Alemania, Japón, Hong Kong o India este silicio “basura”, lo que les permite generar unos beneficios de unos 6 millones de euros anuales.

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