Entrevista

Héctor de Prado, experto en energía comunitaria

La energía comunitaria despegará en España cuando se derogue el decreto de autoconsumo
Por Alex Fernández Muerza 5 de febrero de 2016
Img hector prado hd

No son más caras, no te quedas sin luz al darte de baja de las grandes empresas energéticas, las facturas son mucho más detalladas y el consumidor se vuelve más activo y ecológico. Así son las iniciativas de energía comunitaria, según Héctor de Prado, experto en este sistema y responsable del Área de Clima y Energía de Amigos de la Tierra. Por ello, cada vez más propuestas de este tipo logran en todo el mundo que ciudadanos e instituciones locales produzcan y comercialicen energía renovable, y que esta ya no esté solo en manos del “oligopolio energético”. En España, De Prado reconoce que no alcanzan ni el 1% del total de la producción de energía. Esto se debe, en su opinión, a que “se legisla a favor del interés privado y no del común”, pero que, cuando esta situación cambie, “la energía comunitaria despegará y el modelo energético será mucho más eficiente, barato y respetuoso con el medio ambiente”.

¿Qué es la energía comunitaria?

La definición de la energía comunitaria es muy amplia y está en constante evolución. Pero, por resumir, es la apropiación ciudadana de las energías renovables. En otras palabras, la titularidad de los proyectos de producción y distribución pasan de estar en las manos de grandes empresas a las de personas corrientes, pequeñas sociedades o de autoridades locales; por tanto, tienen el control de las instalaciones y se reparten los beneficios.

¿Las cooperativas de energía renovable que han surgido en España siguen este modelo?

“Las tarifas de las cooperativas de energía renovable no son más caras que las de las compañías convencionales”
En efecto. Una de las formas organizativas directamente ligadas a la energía comunitaria es la cooperativa de producción y comercialización de energía a partir de fuentes renovables. Las sociedades cooperativas, como las de Som Energia, GoiEner o la recientemente establecida La Corriente, dan de lleno en su corazón: sus miembros son a la vez sus dueños y siempre está la posibilidad de que nuevos inversores formen parte del proyecto. Además, hay que remarcar el fuerte carácter democrático en la gobernanza de estas cooperativas y su reconocimiento por los límites ecológicos del planeta.

¿Son más caras para un consumidor este tipo de iniciativas que una compañía convencional?

No, en absoluto. Y, por supuesto, nunca te quedarás sin luz por hacer el cambio. Mi experiencia personal ha sido positiva. Desde que abandoné las empresas del oligopolio, dispongo de una factura sobre mi consumo mucho más detallada y de un mejor servicio de atención al cliente. Y claro, luego está el orgullo personal de no ser considerado como un mero consumidor pasivo del sistema.

¿Qué tiene que hacer un consumidor para beneficiarse de un proyecto de energía comunitaria?

Lo primero es informarse. En Amigos de la Tierra hemos publicado la guía gratuita ‘10 pasos para liberar al sol‘, que explica algunas pautas importantes. El consumidor tiene varias opciones, pero ahora mismo la más sencilla y directa es formar parte de una cooperativa que comercialice energía limpia o de una huerta solar, como la que propone nuestra ONG, abierta a la ciudadanía.

¿Cuáles son las principales iniciativas en el mundo? ¿Y en España?

“Con la energía comunitaria la producción y distribución pasa de manos de las grandes empresas a las de los ciudadanos”
Hay muchas y de muchos tipos. Las más corrientes suelen ser las iniciativas de producción de energía renovables abiertas a la participación ciudadana y las iniciativas de ahorro energético en edificios de viviendas. Algunos países ya se han dado cuenta del potencial de creación de empleo verde asociado a estas iniciativas, y ya se han puesto manos a la obra. En España, estas iniciativas no alcanzan ni el 1% del total de la producción de energía.

¿Cómo han afectado a estos sistemas las diversas leyes que penalizan en la práctica el autoconsumo con renovables?

El vilipendiado Real Decreto 900/2015, el famoso decreto de autoconsumo que le pone precio al sol, afecta enormemente. Como se legisla a favor del interés privado, y no a favor de lo común, el ciudadano que plantea un cambio de actitud es con rapidez disuadido por la burocracia del proceso o el miedo a estar fuera de la ley. Es una situación vergonzosa incluso a nivel internacional. Es indispensable que una de las primeras medidas del nuevo Gobierno sea derogar la totalidad de este texto. A partir de ahí, la energía comunitaria despegará y el modelo energético actual se transformará de forma paulatina en un modelo descentralizado mucho más eficiente, barato y respetuoso con el medio ambiente.

¿Qué beneficios ambientales y económicos tiene?

“Algunos países ya se han dado cuenta del potencial de creación de empleo verde de la energía comunitaria”
La reducción de la demanda energética, de las emisiones de gases de efecto invernadero y del coste de la electricidad son argumentos sólidos para seguir explorando este concepto. Pero más allá de los beneficios ambientales y económicos, ayudarán a cambiar la percepción de varios municipios, que ven las renovables como una amenaza al paisaje y a la biodiversidad. Y eso será porque, al ser copropietarios, harán suyo el proyecto y los beneficios asociados repercutirán en la comunidad local.

¿Y qué inconvenientes?

El mayor inconveniente es la falta de apoyo de la Administración central y la falta de información y voluntad política de la mayoría de las autoridades locales.

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