Quebrantahuesos

Una especie de buitre en peligro de extinción
Por Alex Fernández Muerza 10 de abril de 2006

El Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) es una especie de buitre que recibe su nombre por la costumbre de remontar huesos y caparazones hasta grandes alturas con el objetivo de soltarlos para que se despedacen contra las rocas y poder comer así el tuétano de su interior. Se trata de una especie amenazada en amplias zonas de su distribución.

El quebrantahuesos ocupaba en épocas pasadas áreas mucho más amplias que hoy día. Los científicos hablan de dos subespecies. Por un lado, el Gypaetus barbatus barbatus, la más extendida, se encuentra en las principales cordilleras de Eurasia y norte de África (Pirineos, Alpes, Balcanes, islas de Córcega y Creta, Asia Menor y Atlas), extendiéndose hacia el este por algunas montañas del suroeste de Arabia, Cáucaso, Irán, Pakistán, hasta las grandes cordilleras de Asia Central (Hindu-khus, Himalaya, Kuen Lun, Meseta de Pamir, Tien-Shan o Altai). Por otro lado, el Gypaetus barbatus meridionalis se reparte por algunas montañas del sur y este de África, principalmente en Etiopía y Sudáfrica (Cordillera de Drackensberg), así como en algunos enclaves montañosos aislados de Kenia, Tanzania y Uganda. En general, los quebrantahuesos habitan en zonas remotas donde no han sido perseguidos y afectados por cebos envenenados, y en aquellos lugares provistos de grandes barrancos o acantilados y zonas de cuevas donde poder nidificar sin ser molestados. También procuran estar cerca de lugares donde frecuentan las diferentes especies de los géneros Caprinae, como ovejas, cabras o gamuzas, base de su alimentación.

Está considerada una especie rara y en regresión, catalogada «en peligro de extinción» en toda Europa
El quebrantahuesos está considerado como una especie rara y en regresión, catalogada «en peligro de extinción» en toda Europa. Según la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, los principales problemas detectados para su conservación son:

  • Alteración del hábitat, en especial grandes obras de infraestructuras y turísticas
  • Persecución directa (caza furtiva, expolio, venenos)
  • Molestias indirectas (batidas de caza, fotografía de nidos, escalada, parapente, senderismo). Especialmente problemáticas son las molestias durante el periodo inicial de la reproducción, causando la perdida de la puesta o la muerte del pollo
  • Choque y electrocución en tendidos eléctricos

Su envergadura media es de dos metros y medio, y su peso medio se sitúa en los seis kilos. Según la edad, puede tener hasta cuatro coloraciones diferentes de pelaje a lo largo de su vida. Las alas largas y estrechas, la cola larga en forma de rombo y una cabeza cubierta de plumas, al contrario que el resto de buitres, son las principales características morfológicas de esta especie. Se trata de la única ave osteófaga, al alimentarse del tuétano de los huesos de sus presas. Además de los huesos, una cuarta parte de su alimentación lo componen pellejos y restos de carne. El grupo familiar puede estar compuesto por dos machos y una hembra, los cuales participan por igual en la alimentación de las crías. En la eclosión de los huevos pueden nacer dos polluelos, aunque el más fuerte acaba matando a su hermano (cainismo), un fenómeno cuyas causas e implicaciones ecológicas aún están poco claras.

El quebrantahuesos protagoniza además algunas curiosidades de la Historia. Se cree que sirvieron de inspiración para el mito del grifo de la Antigua Grecia, puesto que las representaciones más antiguas le caracterizan con su cabeza y garras. El comediante griego Esquilo murió al ser golpeado en el cráneo por una tortuga soltada desde las alturas por un quebrantahuesos. El ave debió confundir su brillante calva con una piedra. Asimismo, el quebrantahuesos forma parte del escudo de armas de Transilvania, a pesar de que hace ya bastante tiempo que se extinguió en esta región.

El quebrantahuesos en la Península Ibérica

En los años 50, el quebrantahuesos podía encontrarse en todos los sistemas montañosos principales de la Península Ibérica, de donde desapareció debido a las carroñas envenenadas que los ganaderos dejaban para librarse de la presencia de buitres negros y leonados. Hoy, esta práctica ha sido prohibida y todas estas especies están protegidas.

En la actualidad, según datos de la Fundación Quebrantahuesos del año 2002, la distribución actual ha quedado relegada al área pirenaica y pre-pirenaica, donde sobrevive una población pre-adulta de unos 200 ejemplares, en 126 territorios ocupados, de los cuales 99 se asientan en la vertiente Sur (España) y 59 de ellos en la Comunidad Autónoma de Aragón (montañas pirenaicas y pre-pirenaicas de Huesca y Zaragoza).

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube