Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono

La capa de ozono, esencial para la vida, se recupera gracias al Protocolo de Montreal, que cumple 25 años
Por Alex Fernández Muerza 13 de septiembre de 2012
Img diaozono2012
Imagen: UNEP

El próximo 16 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono. La jornada coincide este año con la conmemoración por parte de Naciones Unidas del 25 aniversario de la firma del Protocolo de Montreal. Gracias a este tratado internacional, el mal llamado “agujero” de la capa de ozono comenzaba su lenta recuperación. Pero no hay que bajar la guardia, porque harán falta más décadas. Este artículo explica qué es la capa de ozono y por qué hay que preservarla, señala cómo se encuentra, recomienda qué pueden hacer los consumidores y recuerda que el ozono es mucho más que una capa de la atmósfera.

Qué es la capa de ozono y por qué hay que preservarla

El ozono es un gas que a 25 kilómetros de altura, en la estratosfera, actúa de filtro de la radiación ultravioleta del sol. A principios de los años 70 del siglo XX se descubrió que los clorofluorocarbonos (CFC), unos gases muy utilizados en la industria del frío y en los aerosoles de uso cotidiano (desodorantes, lacas, etc.), destruían esta capa de la atmósfera. Cáncer de piel, cataratas, reducción de la respuesta del sistema inmunitario o afección al crecimiento del fitoplancton oceánico son algunas de sus graves consecuencias.

Hasta la década de los sesenta del presente siglo no habrá una recuperación de los niveles de 1980
El «agujero» de la capa de ozono fue uno de los temas de actualidad más candentes del momento. En realidad consiste en un adelgazamiento en la capa que tiene lugar en determinadas épocas del año y, de forma más significativa, en la Antártida.

En 1987 se firmaba en Montreal un Protocolo Internacional, desde entonces vigente, para prohibir el consumo y fabricación de los CFC. Más de 190 países de todo el mundo lo han suscrito y, gracias a él, la capa de ozono ha mejorado. Jorge Olcina, climatólogo de la Universidad de Alicante, asegura que «es de los protocolos internacionales que en mayor medida han cumplido los países firmantes. La clave estuvo en que la industria encontró sustitutivos de los CFC de forma rápida y que no encarecía la fabricación de los aerosoles y de la refrigeración».

Cómo se encuentra la capa de ozono

El mal llamado «agujero» de la capa de ozono ya no acapara las portadas de los medios, pero no significa que el problema haya desaparecido. Las mediciones tomadas este año indican que los datos de la extensión en el debilitamiento de la capa de ozono en la Antártida están dentro de la media, si bien son inferiores a los de 2011. La Agencia Espacial Estadounidense (NASA) ofrece una página web en la que se puede seguir el estado de la capa de ozono.

Jorge Olcina explica que la recuperación de la capa de ozono es lenta: «Los modelos de evolución señalan que hasta la década de los sesenta del presente siglo no se podrá hablar de una recuperación de los niveles de 1980. La permanencia en la atmósfera de los CFC es larga y, aunque ya no se emitan más holocarburos, permanecen entre 50 y 100 años (para los que se utilizaban más en la industria de aerosoles y refrigeración, CFC-11 y CFC-12). Nos quedan varias décadas de escuchar la producción de un «agujero» en la capa de la ozonosfera (dentro de la estratosfera) de la Antártida durante la primavera austral (entre septiembre y diciembre)».

Qué pueden hacer los consumidores

Desde 1994, la Asamblea General de Naciones Unidas conmemora cada 16 de septiembre la firma del Protocolo de Montreal, que este año celebra por tanto su 25 aniversario. Este día internacional es un llamamiento mundial para que todos los implicados, desde gobiernos, empresas o ciudadanos, sean conscientes de este problema.

Los consumidores pueden contribuir a recuperar la capa de ozono si evitan productos con CFC u otros similares. Más de cien sustancias, como los HCFC, halones, bromuro de metilo, tetracloruro de carbono o metilcloroformo, también contribuyen a la disminución del ozono estratosférico.

Los ciudadanos deben protegerse de los rayos del sol, en especial a partir de mayo y hasta octubre. La utilización de cremas protectoras, siempre que se tome el sol en la playa o en el campo y, en cualquier caso, evitar la exposición prolongada son los consejos más prácticos.

Ozono, mucho más que una capa

El ozono es un gas utilizado en la actualidad en diversas aplicaciones: como conservante para alargar la vida útil de productos frescos como frutas o carne, en la desinfección de aguas o como tratamiento para la salud («ozonoterapia«).

Por otra parte, cuando el ozono se sitúa en la capa más baja de la atmósfera (troposfera, la capa de los cambios atmosféricos) y supera ciertos niveles, deja de ser el gas protector de la vida en el planeta para convertirse en un peligroso contaminante. Por ello, los países desarrollados realizan mediciones regulares del contenido de ozono troposférico para alertar, en su caso, de niveles altos que puedan perjudicar la salud de las personas y el estado fisiológico de los seres vivos en general. En España la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) realiza mediciones diarias que pueden consultarse en su página web.

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