¿Gasolina de 95 o de 98 octanos?

La gasolina de 98 octanos contribuye a que mejore el rendimiento y el consumo del motor, aunque de una forma casi imperceptible para un usuario normal
Por Juan Manuel Daganzo 28 de agosto de 2007

Hasta hace unos años cuando parábamos en cualquier surtidor de combustible sólo podíamos elegir entre gasolina de un sólo tipo o gasóleo; sin embargo la evolución de los combustibles ha dado paso a una oferta más o menos amplia de productos que buscan un mejor rendimiento, menor consumo y disminución de la contaminación de nuestros coches. Dentro de este abanico de productos nos encontramos con dos tipos de gasolina denominadas 95 octanos y 98 octanos. La diferencia entre una y otra, para el bolsillo del consumidor, es de unos céntimos, pero no sólo el dinero separa un tipo de gasolina de la otra.

Seguro que te has parado a pensar alguna vez qué significan esas cifras, más allá de la mera denominación comercial. Pues bien, tanto 95 como 98 indican el índice de octanaje del combustible. Este término se refiere a una medida de la resistencia a la detonación de un combustible. Por ello, cuanto mayor es este índice, mayor puede ser la compresión dentro de un mismo motor, en comparación con un índice de octanaje más bajo. A efectos prácticos, y tomando como base un mismo propulsor, la gasolina de 98 hará que tenga un mejor rendimiento y que consuma menos. Este tipo de combustible se suele usar en coches con un claro perfil deportivo, que buscan un máximo aprovechamiento de su potencia. Eso sí, normalmente todos los coches accionados por gasolina aceptan ambos tipos de combustible, aunque el fabricante siempre recomendará uno u otro en función de las características del motor.

Por su parte, la gasolina de 95 octanos es el índice mínimo que se permite en Europa en la composición de la gasolina. Su ventaja con respecto a la de 98 es su precio y que facilita el arranque en frío. También hay que señalar que, al ser menos densa, es la que menos pesa. Este índice de octanaje es el más utilizado en la mayoría de los turismos y la más usada en general. Según las estadísticas de la Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP), el consumo de 95 en lo que va de año obedece a un total de 2.349 toneladas métricas, frente a las 341 toneladas de la gasolina de 98.

Salvo en un uso muy exigente del coche, la mejor manera de mantener el consumo bajo control es intentar llevarlo dentro de la zona que ofrece el mejor rendimiento

Como ya se ha comentado, gracias a la gasolina de 98 octanos (la más cara) el motor mejora rendimiento y consumo, aunque de una forma casi imperceptible para un usuario normal (alrededor de un 3%). Habría que echar mano de la calculadora y ver si el combustible que nos ahorramos al cabo del año compensa el gasto de utilizar gasolina de 98. Salvo en un uso muy deportivo y exigente de nuestro coche, la mejor manera de mantener el consumo bajo control es intentar llevar el coche dentro de la zona que ofrece el mejor rendimiento. Hay una franja de revoluciones en la que el motor nos da su mayor cifra de par, gastando lo menos posible. Esto, unido a un uso controlado del acelerador, sin movimientos bruscos, puede aportarnos mayor rendimiento que el uso de una de estas dos gasolinas.

Las gasolinas de los fabricantes

Tomando como base el índice de octanaje de 95 y 98, los operadores petrolíferos han desarrollado combustibles con diferentes nombres comerciales. Anuncian una serie de ventajas que, en ocasiones, no hacen más que reflejar una guerra publicitaria en la que ningún rival quiere quedar desbancado.

De esta manera, en el caso de los combustibles basados en la gasolina de 95 octanos, la mayoría de los fabricantes anuncian cuatro ventajas fundamentales:

  • Protegen y alargan la vida del motor.
  • Mantienen limpias las partes importantes de nuestro propulsor.
  • Optimizan las prestaciones de los vehículos.
  • Reducen el azufre en su composición, con la consiguiente reducción de emisiones contaminantes.

Por su parte, en la gasolina de 98 octanos, las empresas petrolíferas ofrecen los siguientes beneficios:

  • Es una gasolina con menos contenido en azufre (incluso menos que la de 95), y, en el caso de algún producto, totalmente libre de este compuesto. Se convierte así en uno de los combustibles más limpios.
  • Su composición tiene nuevos aditivos de última generación.
  • Mejora las prestaciones del motor, su protección y disminuye el consumo.
  • Alarga la vida útil del catalizador.
  • Optimiza las prestaciones de vehículos de gama alta.

Un aspecto importante que destacan la mayoría de las empresas petroleras es el efecto positivo a largo plazo de estos combustibles. Según sus estudios, la eficiencia del motor mejora cuanto más se utilizan. Al contrario que ocurría con las gasolinas antiguas, que provocaban la acumulación de residuos en distintas partes del motor, estos combustibles tienen aditivos que ayudan a limpiarlos. Además, especifican que tanto la gasolina de 95 como de 98 octanos cuentan con este beneficio.

Si se analizan todas estas ventajas, las diferencias entre una y otra gasolina, y siempre tomando como base las indicaciones de los fabricantes, son bastante pequeñas, a pesar de las diferentes denominaciones comerciales. Y ahí entra la imagen de marca, que cobra una gran importancia. En este sentido, las empresas no dudan en asociar sus productos con las competiciones de motos, coches, Fórmula Uno, Dakar e, incluso, emplean a pilotos para que destaquen sus cualidades.

Súper 97 octanos

En un parque automovilístico como el español, que está bastante envejecido (en 2004, el 35% de los vehículos tenía más de 10 años), la gasolina Súper de 97 octanos todavía tiene bastante protagonismo. Este combustible sustituyó a la clásica gasolina súper con plomo en 2001, obedeciendo a una directiva europea. Es la gasolina que utilizan los coches que no tienen catalizador, es decir, los más antiguos.

A partir de 2009, los coches que no puedan utilizar 95 o 98 deberán comprar una serie de aditivos en las gasolineras para poder funcionar correctamente

Este tipo de carburante -cuya fecha de caducidad está establecida en 2009- sustituye el plomo por otros aditivos para que puedan funcionar los automóviles sin el citado catalizador. A partir de 2009, los coches que no puedan utilizar 95 o 98 deberán comprar una serie de aditivos en las gasolineras para poder funcionar correctamente. La principal idea es que el parque automovilístico español se vaya rejuveneciendo y disminuya con ello la contaminación, además de favorecer las ventas en la industria del automóvil.

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