Combatir enfermedades autoinmunes desde los genes

El descubrimiento del gen responsable de la creación de ciertas células de defensa abre nuevas vías de tratamiento
Por Núria Llavina Rubio 25 de septiembre de 2009
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Imagen: Wikimedia

Las células NK (“natural killer”, célula asesina) son vitales en la defensa del sistema inmunitario y en el control de enfermedades. Desde su descubrimiento en la década de los setenta, se sospecha su implicación en varios trastornos médicos cuando son defectuosas. Miembros del Instituto Nacional de Investigación médica y del Imperial College y la Universidad de Londres han hallado un nuevo gen que podría aclarar este misterio.

El gen descubierto provoca que células madre sanguíneas de la médula ósea se conviertan en células NK («natural killer»). Cuando éstas funcionan de forma correcta, son un tipo de glóbulo blanco que actúa en primera línea de defensa del organismo. Atacan enfermedades causadas por virus, bacterias o células tumorales. «Escanean» el organismo en busca de células dañadas o alteradas y las destruyen.

La comunidad científica espera que este hallazgo, publicado en «Nature Inmunology», conduzca a nuevas formas de mejorar la producción de estas células, tan importantes en la defensa inmunitaria y que se generan de forma continua durante toda la vida. Los investigadores también ven el descubrimiento como un camino viable para combatir el cáncer y ayudar al desarrollo de nuevos tratamientos para la diabetes de tipo 1 o la esclerosis múltiple. Estas enfermedades están causadas por un fallo del sistema inmunitario, que provoca que se vuelva en contra de los propios tejidos del organismo.

Promover las células NK

El gen en cuestión se llama E4bp4. En el trabajo, los científicos crearon ratones que carecían de él, pero tenían el resto de células de la sangre e inmunitarias intactas. Las conclusiones desvelaron que E4bp4 controla la producción de NK a partir de células madre sanguíneas en la médula ósea. La omisión de este gen, por tanto, inhibe la creación de células NK, utilizadas hoy en día de forma aislada para tratar a pacientes con cáncer.

El objetivo de los investigadores es desarrollar una terapia que promueva la producción de estas «unidades asesinas», si bien su efectividad es limitada ya que pueden variar de una persona a otra. Este problema de incompatibilidad podría solucionarse si se lograran más células madre de la propia sangre del paciente. Así producirían células NK y mejoraría la fuerza del organismo para combatir el cáncer sin tener que hacer frente a los problemas de incompatibilidad de donante.

Sistema autoinmunitario intacto

La mayoría de las deficiencias inmunitarias se producen por factores externos como la malnutrición o las escasas condiciones higiénicas en gran parte del mundo. Otras causas son el paso de los años, los medicamentos (como los corticoesteroides o los citostáticos, empleados contra el cáncer), la radioterapia o el estrés tras una intervención quirúrgica, según datos presentados en el II Congreso Europeo de Inmunología, celebrado en Berlín (Alemania).

La mayoría de las deficiencias inmunitarias se deben a casos de malnutrición o a escasas condiciones higiénicas

La superficie del cuerpo es una barrera que frena a la mayoría de los patógenos. No obstante, el sistema inmunitario (glóbulos blancos, granulocitos, células NK o células dendríticas) realiza una búsqueda sistemática para identificar cuerpos extraños. Si los encuentra, reacciona con una inflamación: hinchazón, enrojecimiento, dolor o fiebre.

Sólo los patógenos más agresivos sobreviven a esa respuesta y obligan al organismo a poner en marcha un segundo plan de acción: el sistema inmunitario adaptativo (células T y B), un «apoyo» que elimina estos cuerpos y desarrolla una memoria para futuras protecciones.

Sin embargo, la respuesta del organismo no siempre funciona. Estas deficiencias autoinmunitarias innatas se dan en uno de cada 500 individuos. En el 65% de los casos, se deben a defectos en la formación de anticuerpos. Entre el 15% y el 20% sufren una combinación de varias alteraciones causadas por errores en el desarrollo y el funcionamiento de las células T. El resto están originadas por fallos infrecuentes de las células inmunitarias.

A pesar de ello, el sistema inmunitario es muy poderoso. Tanto, que se buscan terapias contra el cáncer que lo estimulen para que elimine el tumor y evite la recurrencia posterior. En el mismo congreso, investigadores del Trinity College Dublin (Irlanda) presentaron una de estas terapias biológicas. Su objetivo es activar células dendríticas del sistema inmune, que dirigen la activación de las células T encargadas de matar a las células cancerígenas.

UN POTENCIAL PARA VACUNAS

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Los linfocitos T coordinan la respuesta inmunitaria ante un ataque. Son similares a las células NK, aunque cuentan con un receptor especial en la superficie de la membrana. Los científicos que buscan vacunas contra el virus del sida (VIH) siguen de cerca al principal “asesino” de las células T. Las vacunas se centran en un subtipo de éstas, las CD8+, que reconocen y destruyen las unidades infectadas. El reciente congreso europeo celebrado en la capital alemana ha servido para que el grupo de Patogénesis e Inmunosenescencia del VIH del Hopital Pitie-Salpetriere (París) presentara sus últimos hallazgos en este campo. No obstante, los investigadores aseguran que la comprensión de la eficacia de estas células es limitada y todavía es necesario determinar con exactitud los mecanismos de protección para el diseño de una vacuna.

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