El anillo vaginal

Tan seguro como la píldora con la ventaja de que se coloca una vez al mes
Por Clara Fraile 16 de diciembre de 2004

En 2003 se incorporó al mercado español un método anticonceptivo cómodo y seguro: el anillo vaginal. Una vez que la propia mujer se lo coloca, este dispositivo le procura un mes de protección frente a embarazos. Sin embargo, a pesar de su eficacia y sus ventajas, este moderno método de anticoncepción sigue siendo de uso minoritario en un país como España, en el que el 22,5% de las mujeres mantiene relaciones sexuales sin tomar precauciones. El anillo, al igual que los parches transdérmicos, que alcanzan un periodo de protección de una semana, se encuentra muy lejos de desbancar a la píldora, utilizada por el 22% de las mujeres, o a los populares preservativos, elegidos por la mitad de quienes adoptan métodos anticonceptivos.

Cómodo y efectivo

Cerca de 80.000 mujeres españolas utilizan el anillo anticonceptivo mensual que desde principios del 2003 se comercializa en España. Se trata de un anillo de plástico flexible y transparente de unos cinco centímetros de diámetro que se coloca en la vagina y que libera durante tres semanas dos hormonas femeninas, concretamente etonogestrel y etinilestradiol, que inhiben la ovulación de la misma forma que lo hace la píldora y con la misma eficacia.

Nos hallamos ante un nuevo anticonceptivo “seguro e indicado para cualquier mujer que no presente contraindicaciones ante una medicación hormonal combinada”, manifiesta el doctor Ezequiel Pérez Campos, presidente de la Sociedad Española de Contracepción (SEC) y jefe del Servicio de Ginecología del Hospital General de Requena (Valencia). Esto quiere decir que cualquier mujer a la que un ginecólogo pueda prescribir dosis hormonales de estrógenos y gestágenos como los que se administran al tomar la píldora anticonceptiva puede ser usuaria de este nuevo método.

“Se hace necesaria la valoración por parte de un médico especialista que observe y prescriba este medicamento, ya que hablamos de administración de hormonas en sangre, aunque a niveles muy bajos, lo que puede conllevar efectos secundarios peligrosos para algunas personas, como por ejemplo para fumadoras con más de 35 años o para mujeres con patología cardiovascular”, justifica el doctor Pérez Campos al defender la obligatoriedad de mostrar la receta en la farmacia para poder adquirir uno de estos dispositivos.

La ventaja del anillo frente a la píldora es que elimina la obligación de recordar diariamente la toma, lo que evita embarazos no deseados debido a los olvidos, según el presidente de la SEC, proporcionando más tranquilidad a la mujer.

Porque una cosa es la eficacia y otra la efectividad, precisa Carlos Raposo desde el Departamento Técnico del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, refiriéndose a que un producto puede ser muy bueno, aunque deja de ser efectivo si es mal utilizado.

Investigaciones realizadas en nuestro país que maneja la Sociedad Española de Contracepción indican que el 18% de las mujeres españolas se olvida de tomar, como mínimo, una píldora cada ciclo. Así, a pesar de que los anticonceptivos orales tienen una eficacia teórica próxima al 99% (el índice de fallos está en el 0,12% – 0,34% al año por mujer, si se toman correctamente), en la práctica los errores se sitúan entre el 3% y el 8% en el primer año de uso por incumplimientos en la toma de las pastillas.

Preguntas y respuestas

Durante el año 2003, tras las pertinentes autorizaciones para su comercialización, se incorporó al mercado, además del anillo mensual, el anticonceptivo semanal en forma de parche (una especie de “tirita” que se pega sobre la piel). A pesar de sus ventajas, la utilización de estos dos nuevos métodos de contracepción (que impiden la concepción), no está tan extendida como cabría esperar.

NuvaRing es el nombre comercial del único anillo mensual que hay en las farmacias, un dispositivo que se parece en cierta medida a los mencionados parches trasdérmicos puesto que éstos liberan, también de forma constante, las hormonas anticonceptivas.

Cuando el anillo mensual está dentro de la vagina, las hormonas que se encuentran en su interior se van liberando gracias a su membrana externa y pasan al torrente sanguíneo a través de la pared vaginal. “La vagina es una magnífica vía de absorción de medicamentos, porque se trata de una extensión muy grande y muy vascularizada. Los ginecólogos la utilizamos con frecuencia para administrar, por ejemplo, tratamientos de fertilidad”, asegura el doctor Pérez Campos.

Pero a pesar de llevar casi dos años en el mercado español, este anillo anticonceptivo todavía no es muy conocido, según Carlos Raposo, y genera numerosas dudas. Veamos las más habituales y sus respuestas:

¿Se necesita receta para adquirirlo?

Si, pues se trata de un medicamento que se administra bajo prescripción médica.

¿Cuánto cuesta?

El anillo, con cobertura anticonceptiva para un mes, puede adquirirse en farmacias a un precio de 12,80 euros. Su uso, como el de la mayoría de los anticonceptivos, no está financiado por la Seguridad Social.

¿Tiene efectos secundarios?

Al mantener una liberación constante se impide que se produzcan oscilaciones en los niveles de hormonas en sangre y por ello los efectos secundarios, como dolor de cabeza, vómitos o tensión mamaria, se presentan en menor medida que cuando se toma la píldora. Además, la dosis hormonal pasa de la vagina al torrente sanguíneo, actuando directamente, sin pasar primero por el hígado como ocurre cuando se toman anticonceptivos orales. Gracias a este mecanismo de absorción vía vaginal, en caso de algún trastorno gastrointestinal, como vómitos o diarreas, no se corre ningún riesgo de pérdida de eficacia anticonceptiva, como pasa cuando se toma la píldora.

¿Influye en el peso?

Generalmente no. La dosis de hormonas es tan baja y constante que no repercute sobre el peso.

¿Cómo se pone y se quita?

Se pliega con los dedos y se empuja, sin necesidad de ningún aplicador, hacia el interior de la vagina como si fuera un tampón. Pasadas tres semanas se retira el mismo día de la semana que se colocó, cogiendo el borde del anillo con el dedo índice en forma de gancho. “El adiestramiento es muy fácil, incluso para las mujeres no acostumbradas a la manipulación genital”, comenta el presidente de la SEC.

¿Es importante su posición?

No. Al no tratarse de un anticonceptivo de barrera, la posición en la que queda colocado no tiene ninguna importancia para su eficacia anticonceptiva.

¿Puede salirse de la vagina?

La expulsión espontánea de anillo es muy poco frecuente, porque la posición de la vagina y la musculatura que hay alrededor de la parte inferior de la misma lo sostienen de forma natural.

¿Se nota cuando está introducido?

No se nota cuando se lleva puesto porque la parte superior de la vagina prácticamente no tiene sentido del tacto. En todo caso, si la usuaria no se sintiera cómoda, con empujarlo un poco más hacia arriba sería suficiente.

¿Se pueden usar tampones con el anillo?

Lo normal es que la mujer sangre en los siete días de descanso del anillo, pero el uso de tampones es compatible en los casos excepcionales en los que se presente un sangrado mientras se lleve puesto.

¿Se puede hacer ejercicio físico?

Se puede hacer deporte sin problemas porque el anillo mensual está adaptado especialmente a la anatomía de la vagina.

¿Resulta incómodo en las relaciones sexuales?

Tras un estudio internacional de un año de duración en el que participaron 2.586 usuarias, un 32% de los hombres dice haberlo notado durante el coito, pero el 91% de ellos no pone objeciones a que su pareja continúe usándolo.

Tras dejar de utilizarlo, ¿cuándo se produce el retorno de la fertilidad?

Es un método reversible. Esto significa que cuando la mujer deja de utilizarlo recupera su fertilidad. La mayoría de las mujeres ovulan y tienen la menstruación el ciclo siguiente de interrumpir el uso del anillo.

Contracepción y preferencias

El doctor Pérez Campos considera que España es un país bastante tradicional en cuanto a uso de anticonceptivos, y desde su cargo como presidente de la Sociedad Española de Contracepción reclama a la Administración mayor financiación para estos productos, al menos para los sectores más desprotegidos.

En el primer estudio sociológico “Anticoncepción Siglo XXI”, realizado por el instituto independiente Gallup se realizó una encuesta a 1.894 personas de 14 a 40 años. De esta muestra, el 75% eran mujeres y un 22,5% dijo no utilizar ningún método anticonceptivo, frente al 50,4% que indicó que empleaba el preservativo y el 22,4% que tomaba la píldora.

Este estudio, presentado en la primavera de 2004, pretendía averiguar el grado de conocimiento de los anticonceptivos en nuestro país, donde se producen anualmente, según datos oficiales, unos 77.000 abortos.

El preservativo, utilizado en el 90% de las primeras relaciones sexuales, “eclipsa” al resto de los métodos de control de la natalidad, en opinión de Carlos Raposo, técnico del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, posiblemente porque “es fácil de conseguir”, por su “inmediatez”, porque no precisa receta o manipulación por parte de profesionales de la medicina o por las campañas emprendidas para prevenir enfermedades de transmisión sexual como el sida.

Al hilo de lo anterior, la última “Encuesta de fecundidad” elaborada por el INE en 1999 entre mujeres entre 15 y 49 años con relación de pareja, revela que:

  • El 19,71% de las chicas entre 19 y 24 años no ha utilizado ni utiliza ningún método.
  • Una de cada cinco mujeres de 40 a 44 años ha usado o usa al menos un método ineficaz, pero ninguno eficaz.
  • El DIU (dispositivo intra uterino) no se implanta hasta pasados los 20 años.
  • El 24,48% de las féminas entre 35 y 39 años ha utilizado o utiliza diafragma, tapón o esponja vaginal.
  • La abstinencia es el método adoptado por el 18,88% de las mujeres de 30 a 34 años.
  • El 31,67% de las mujeres de entre 35 y 39 años utiliza o ha utilizado métodos como el ritmo y temperatura basal.
  • El coitus interruptus lo practican casi una de cada cinco mujeres entre los 30 y los 39 años.
  • Una de cada cuatro mujeres de 35 a 39 años acostumbra a realizar el llamado lavado vaginal, basado en lavarse con agua y jabón la vagina después de tener relaciones sexuales como método de prevención de embarazos.
  • Las cremas anticonceptivas se utilizan en un 24,82% de las relaciones en esta misma franja de edad.
  • El 42,09% de 35 a 39 años ha utilizado o confía en la lactancia prolongada (los niveles altos de la hormona que facilita la lactancia inhiben la ovulación).
  • El 26% de las mujeres de esta edad ha utilizado o utiliza las inyecciones hormonales que evitan la ovulación durante uno o varios meses.
  • El 33,87% de las mujeres de 35 a 39 años ha tomado alguna vez la píldora del día siguiente.
  • En esta misma edad, el 30,57% dice que su pareja se ha hecho la vasectomía, porcentaje similar al de mujeres que han decidido optar por la ligadura de trompas.
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