Interacciones entre plantas medicinales y fármacos

Hay que ser precavido en el uso conjunto de medicamentos y plantas medicinales, ya que el resultado no siempre es beneficioso
Por Teresa Romanillos 29 de abril de 2011
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Imagen: belchonock

En los últimos años, el consumo de plantas medicinales ha experimentado un notable incremento. Sin embargo, no están exentas de efectos secundarios y pueden provocar interacciones con determinados fármacos. Por esta razón, es necesario que tanto los consumidores como los profesionales sanitarios estén alerta respecto a esta posibilidad, que puede comportar un riesgo para la salud. En este artículo se describe para qué alteraciones el uso de la fitoterapia es más habitual, qué precauciones hay que tomar para evitar interacciones con los medicamentos y cuáles son los efectos secundarios más habituales.

A menudo, se cree que las plantas medicinales no causan efectos perjudiciales. Se consideran productos naturales y muchos las consumen en sustitución de medicamentos porque piensan que carecen de efectos secundarios. El hecho de que se empleen desde la antigüedad y que puedan adquirirse sin receta favorece que se estimen inofensivas y que se utilicen sin tener en cuenta los posibles riesgos y consecuencias. No obstante, esta idea es errónea. Al igual que las plantas contienen principios activos que pueden mejorar ciertos problemas de salud, estas también pueden resultar perjudiciales.

Hierbas medicinales: ¿para qué se usan?

Los problemas que más se tratan con la fitoterapia son los digestivos, la ansiedad, el insomnio y el sobrepeso
Según datos del Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO), en España, la mayoría de las personas que las utilizan reconocen que siguen una tradición familiar y que en su entorno también se consumen. Por norma general, las hierbas medicinales se emplean para remediar alteraciones de salud poco relevantes o como tratamiento preventivo, aunque en algunos casos puedan usarse para cuestiones de mayor importancia.

Con frecuencia se busca solución a ciertas afecciones para las cuales la medicina convencional tiene menos recursos. Sería el caso de quienes pretenden adelgazar o buscan efectos estimulantes. Los problemas de salud que con más frecuencia se tratan con la fitoterapia son los digestivos, como el estreñimiento y los problemas de digestión, la ansiedad, el insomnio y los problemas de sobrepeso.

Consumo de hierbas y medicamentos: precauciones

Algunos de los problemas del consumo de plantas se relacionan con la confusión con otra especie por identificación errónea o por contaminación del producto, ya sea con microorganismos o con productos químicos. También son posibles variaciones en el contenido de los principios activos según la zona geográfica, la estación en que se haya recolectado la planta o la parte que se use. Igual que en los medicamentos, pueden provocar intoxicaciones y reacciones alérgicas.

Con frecuencia, el consumo de hierbas se solapa con el del medicamento empleado para el mismo problema de salud o para otro distinto. En este caso, los elementos activos de la planta pueden interaccionar con el fármaco y causar variaciones en su efecto. Esto puede producir alteraciones en la absorción, distribución, metabolismo o excreción del fármaco. En cuanto a la absorción de medicamentos, cuando hay una interacción, las hierbas medicinales reducen los niveles del fármaco, con lo que disminuye su actividad terapéutica.

Hay que ser muy precavido con las plantas cuyo efecto se solapa con el de ciertos medicamentos
Otro aspecto que se debe considerar es que muchas tienen efectos laxantes y provocan una disminución en la absorción de determinados elementos, como el calcio, el hierro, el litio o los anticoagulantes orales. También pueden alterar el pH y la motilidad digestiva y favorecer la formación de complejos no absorbibles.

Las plantas medicinales pueden originar que el fármaco quede libre en la sangre y se modifique su distribución, es decir, su transporte por la sangre hasta el punto donde ejerce su acción. Una de las interacciones más importantes se registra en el metabolismo del fármaco. Sería el caso de la hierba de San Juan o hipérico, un inductor del citocromo P450, clave en la metabolización de muchas sustancias. Por otra parte, hierbas con propiedades diuréticas podrían interferir con medicamentos de eliminación renal.

También pueden desarrollarse efectos aditivos y potenciadores entre medicamentos y plantas. Esto sucede en las hierbas con propiedades sedantes o hipotensoras, que podrían incrementar la acción de fármacos con estas características. De nuevo, el hipérico, por sus propiedades antidepresivas, puede interaccionar con algunos fármacos antidepresivos con los que comparte similar mecanismo de acción.

Hay que estar alerta ante el consumo de plantas, sobre todo, cuando se solapa con el de ciertos medicamentos con potencial para provocar interacciones clínicas relevantes, como los anticoagulantes, los medicamentos usados para la epilepsia, los fármacos para el sida e inmunosupresores, entre otros. De igual forma, estas interacciones pueden tener una gran trascendencia clínica en enfermedades graves o en insuficiencia hepática o renal, así como en personas polimedicadas, en quienes las probabilidades de una interacción aumentan de manera considerable. En este caso, los ancianos tendrían mayor susceptibilidad de sufrirlas.

Interacciones entre medicamentos y plantas de consumo habitual

  • Ajo, angélica, sauce blanco: potencian los efectos de fármacos anticoagulantes y aspirina, de manera que pueden provocar sangrados.
  • Cáscara sagrada: interfiere en la absorción intestinal de fármacos y puede disminuir su efectividad.
  • Espino blanco: potencia el efecto de algunos fármacos habituales en el tratamiento de cardiopatías, como la digoxina, y puede generar intoxicaciones por incremento de sus efectos.
  • Ginseng: potencia los efectos de anticoagulantes y aspirina y puede provocar sangrados. Potencia los efectos de los antidiabéticos orales, con las consiguientes hipoglucemias. Interfiere con algunos antidepresivos y puede causar efectos maniacos.
  • Ginkgo biloba: potencia los efectos de anticoagulantes y aspirina y puede producir sangrados. Puede potenciar los efectos de algunos antidepresivos.
  • Goma guar: disminuye el efecto de algunos antidiabéticos.
  • Hipérico: interfiere con medicamentos antidepresivos. Puede provocar somnolencia. Disminuye la concentración plasmática de muchos fármacos al interferir con su metabolización.
  • Regaliz: puede interferir con los corticoides.
  • Salvia: potencia los efectos de anticoagulantes.
  • Valeriana: potencia los efectos de los sedantes.
  • Zaragatona: interfiere en la absorción de algunos compuestos (hierro, calcio, vitaminas…).
Consumo de plantas medicinales en España

El consumo de plantas medicinales es una práctica habitual que, en los últimos años, ha aumentado. No obstante, España aún continúa rezagada con respecto a otros países, como Alemania y Francia, donde la fitoterapia está incluida en los listados de medicinas de sus sistemas de salud.

Según el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO), el 68% de los españoles asegura utilizar preparados de plantas medicinales para prevenir o tratar afecciones. El consumo de plantas medicinales obtenidas en la farmacia ha aumentado un 10% en el último año, y son el insomnio y la ansiedad las afecciones más habituales en las que más plantas medicinales -como valeriana, pasiflora o amapola de California, entre otras- se consumen y uno de los que más crece: un 27%. Según datos de esta sociedad, el 91% de los españoles preferiría tomar preparados de plantas medicinales antes que medicamentos de síntesis para combatir el insomnio.

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